La OTAN y EE UU rechazan la exigencia rusa de retirarse de Europa del este

La respuesta de la OTAN a Rusia incluye tres ejes de acción en los que Stoltenberg ve «un espacio amplio para el acuerdo» y del que Moscú se puede beneficiar. El documento pide recuperar la vía diplomática con el Kremlin y promover la transparencia sobre los movimientos militares. «Debemos tener serias conversaciones sobre control de armas», en particular los misiles estratégicos y las armas nucleares estacionadas en Europa. El secretario de la OTAN ha invitado a los aliados y a la parte Rusa a reunirse para debatir la situación en Ucrania.

El despliegue de la Alianza tiene un carácter «totalmente defensivo» y parte de su cometido consiste en recabar información sobre los movimientos de las tropas rusas. «Sabemos que continúan movilizando cientos de miles de efectivos en Moldavia, Georgia y Bielorrusia», donde Moscú también reúne aviones de combate y sistemas antiaéreos.

El problema es que «no hay transparencia respecto a los ejercicios tácticos», insistió Stoltenberg e hizo referencia al conflicto de 2014, cuando Rusia se sirvió de un pretexto similar para anexionar Crimea. La Alianza Atlántica se mantiene firme en la defensa de que cualquier país tiene derecho a decidir libremente su futuro y expresar su deseo de entrar en la OTAN y pide «una desescalada de las tensiones».

Si todo falla y Europa se ve abocada a un escenario de guerra, la OTAN cuenta con fuerzas de respuesta rápida, cuyo cuerpo principal está formado por 5.000 efectivos, «que podrían actuar en cuestión de días», afirmó Stoltenberg. Esos efectivos estarían preparados para movilizarse en el momento que el consejo de la Alianza tomase la decisión. «Si es necesario se hará», aseguró su secretario general. Además, desde la invasión de Crimea, la OTAN ha ampliado su fuerza militar en Polonia para dar ofrecer protección al este de Europa.

Sobre la posibilidad de que Rusia use la respuesta negativa de EE UU y la OTAN para justificar su invasión de Ucrania, Stoltenberg se mostró confiado en que «puede haber avances diplomáticos» con Moscú y la escalada de tensiones en las fronteras de Ucrania «hace que sea más importante el esfuerzo político por resolver el conflicto». Todo depende, eso sí, de que Rusia actúe «de buena fe».

El entendimiento es posible. «Ya existen acuerdos para reducir las armas y las cabezas nucleares en poder de EE UU y Moscú», dijo Soltenberg. Aún así, la OTAN no es ingenua y con la agrupación de sus tropas busca mandar dos mensajes; por un lado, quiere dar confianza y una imagen de seguridad a los países aliados; y, por otro, demostrarle a Rusia las graves consecuencias que conllevaría un conflicto armado.

En su respuesta, EE UU también se negó a excluir la posibilidad de que Ucrania adhiera a la OTAN, pero ofreció lo que considera una «vía diplomática seria» para resolver la crisis. Sin entrar en detalles sobre el contenido del documento, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, destacó que incluye «medidas de transparencia que «mejorarían la confianza con respecto a los ejercicios y maniobras militares en Europa».

En paralelo, la Unión Europea trabaja en un paquete de sanciones «masivas» para cortocircuitar la economía rusa, quizás la mejor arma para disuadir a Moscú de seguir el camino la violencia.