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Funeral por uno de los soldados turcos muertos el viernes en Siria tras los bombardeos de las fuerzas de Damasco. EFE
Turquía lanza una operación a gran escala para hacer retroceder a El-Asad

Turquía lanza una operación a gran escala para hacer retroceder a El-Asad

Ankara sostiene que en la ofensiva sobre Idlib derribó dos aviones sirios Sukhoi Su-24 y bombardeó aeropuertos y bases, al tiempo que pide la mediación de Putin

MIKEL AYESTARAN

Jerusalén

Domingo, 1 de marzo 2020, 23:28

Recep Tayyip Erdogan cumplió su amenaza y Turquía puso en marcha la operación 'Escudo de Primavera', la cuarta gran operación militar que lanza en el norte de Siria desde el inicio de la guerra. Esta vez el enemigo no son los kurdos, sino ... el Ejército de Bashar el-Asad y el objetivo es «poner fin a las masacres del régimen e impedir una ola migratoria», según el ministro de Defensa, Hulusi Akar, quien confirmó el derribo de dos aviones sirios Sukhoi Su-24, la destrucción de 103 tanques y aseguró que sus tropas lograron «neutralizar» a 2.212 miembros de las fuerzas enemigas.

La ofensiva militar se produjo de forma paralela a la decisión de Ankara de no frenar la llegada de refugiados a las fronteras de la Unión Europea, una forma de presionar a Bruselas para que no se entrometa en sus planes en Siria que se tradujo en la llegada de más de 13.000 personas a la frontera con Grecia, según datos de la ONU.

En realidad, 'Escudo de Primavera' se puso en marcha el jueves por la noche, poco después del conocer que 36 soldados turcos perdieron la vida en un bombardeo en Idlib, pero los responsables de Defensa esperaron al fin de semana para dar detalles sobre el nombre y objetivos y, sobre todo, esperaron a que Rusia, principal aliado de El-Asad, no moviera ficha. Erdogan pidió el sábado a Vladímir Putin que se «apartase del camino» de Turquía en Siria, y aseguró que Damasco «pagará el precio» por sus ataques.

«No tenemos intención de enfrentarnos a Rusia», repitió en varias ocasiones Akar en su encuentro con la prensa. Durante el fin de semana, al menos, la impresión es que Putin accedió a la petición turca y las fuerzas de Ankara, apoyadas por grupos islamistas sirios, recuperaron terreno y golpearon a bases del Ejército, donde había también presencia de iraníes, aeropuertos militares y sistemas de defensa antiaérea.

En el intercambio de golpes, la agencia oficial Sana informó del derribo de tres aviones no tripulados turcos, uno de ellos en Saraqeb, ciudad clave para el control de la autopista que une Alepo con Damasco. El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, declaró que las negociaciones para poner fin a la escalada de violencia están abiertas, pero que «el problema de Idlib solo puede ser resuelto entre los presidentes Erdogan y Putin».

Encuentro bilateral

El encuentro entre ambos líderes podría producirse este mismo jueves en Moscú, según la prensa de Turquía. La tensión entre Ankara y Moscú se trasladó también al mundo de la prensa y el redactor jefe y tres colaboradores de la agencia rusa Sputnik fueron arrestados por las autoridades turcas.

El Ejército sirio, con ayuda de Rusia, avanza desde el 1 de diciembre y tiene el objetivo de recuperar el control de Idlib, provincia fronteriza con Turquía controlada por el brazo sirio de Al-Qaida y donde Ankara tiene una red de doce puestos de observación y miles de militares desplegados. A comienzos de mes, Erdogan amenazó con una ofensiva a gran escala tras la pérdida de varios de sus hombres en combates con las unidades sirias y esa operación ya es una realidad.

En estos dos meses de hostilidades 900.000 civiles sirios han escapado hacia el norte, pero Turquía, que ya cuenta con 3,5 millones de refugiados, mantiene cerrada la frontera por lo que viven ahora en campos improvisados a lo largo de la línea fronteriza. En ellos varios niños ya han muerto congelados debido a las condiciones extremas.

Distribución de comida entre refugiados sirios en la frontera entre Turquía y Grecia. EFE

Refuerzo de Frontex

 La presión de estos 900.000 sirios en el muro de separación fue uno de los argumentos esgrimidos por Ankara para justificar la decisión de permitir a los refugiados que tiene en su país dirigirse a la frontera de la UE. La Agencia Europea de Fronteras y Costas (Frontex) anunció el reforzamiento de su personal y equipamiento en Grecia, donde la Policía empleó material antidisturbios para hacer retroceder a los migrantes que trataron de cruzar a su territorio por el paso de Pazarkule. Según la ONU, unas 13.000 personas se encontrarían a lo largo de la frontera, una cifra muy alejada de los 76.358 migrantes de los que habló el ministro de Interior turco, Suleiman Soylu.

Ante el bloqueo del paso terrestre, otros migrantes optaron por llegar a las islas griegas por mar, en lanchas neumáticas, con destino Lesbos, una isla que ya está desbordada por la llegada de migrantes en los últimos años. Las escenas que se viven desde el jueves por la noche recuerdan a la crisis del verano de 2015, cuando un millón de sirios entró en suelo europeo escapando de la guerra.

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