mikel ayestarán
Jerusalén
Martes, 28 de julio 2020, 21:08
La tensión en la frontera norte obligó a Benjamín Netanyahu a aparcar ayer por unas horas la lucha contra la segunda oleada de coronavirus y las divisiones en el seno de su Gobierno. Veinticuatro horas después del «grave incidente de seguridad» que enfrentó al Ejército ... con Hizbolá sin causar bajas o heridos, el primer ministro se subió a un helicóptero para supervisar en persona la situación a lo largo de la Línea Azul, que divide Líbano de Israel, y visitar a sus tropas, en estado de «alerta máxima». Israel acusa a milicianos enemigos de penetrar 20 metros en su territorio para atacar una de sus posiciones, Hizbolá niega que se produjera ataque alguno, pero no se ha pronunciado sobre el supuesto cruce de la línea.
Publicidad
«Estamos listos para cualquier escenario», declaró Netanayahu tras reunirse con el jefe del Ejército, general Aviv Kochavi, e insistió en que «haremos todo lo necesario para defendernos. Sugiero a Hizbola que tenga este hecho tan simple en consideración». El primer ministro aprovechó para arremeter contra el secretario general del partido y milicia libanés, Hasán Nasrala, a quien acusó de «servir a los intereses de Irán a expensas de Líbano».
El dirigente conservador concluyó señalando a la república islámica como responsable final de lo sucedido y le advirtió que «seguiremos frustrando sus intentos de establecerse en nuestra zona». Esta advertencia se interpretó como la intención de Israel de seguir con su estrategia de bombardeos en Siria, donde Irán y Hizbolá combaten junto al presidente, Bashar Al Assad.
Este nuevo desencuentro en la Línea Azul estaba anunciado desde hace una semana, cuando un miliciano de Hizbolá murió en uno de esos bombardeos de Israel en las cercanías de Damasco. En 2015, Nasrala puso en marcha una doctrina por la que cada una de sus bajas debe ser vengada, una estrategia para intentar mantener su capacidad de disuasión frente a un enemigo infinitamente superior desde el punto de vista militar. El último choque directo se produjo en septiembre cuando Hizbolá atacó un blindado del Ejército de Israel y un puesto de vigilancia en la localidad fronteriza de Avivim.
El primer ministro libanés, Hasán Diab, denunció ayer que «Israel asaltó la soberanía de Líbano y violó una vez más la Resolución 1701 con una peligrosa escalada militar». Diab enmarcó el último incidente en la supuesta intención del «enemigo» de «modificar el mandato de la Unifil», la Fuerza Provisional de Naciones Unidas para Líbano, que cuenta con presencia española y vela por la seguridad en la frontera desde el final de la guerra de 2006. El portavoz de la misión internacional, Andrea Tenenti, declaró que se habían puesto en contacto con las dos partes para «intentar reducir la tensión y evitar malentendidos».
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.