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Mikel Ayestaran
Jerusalén
Lunes, 8 de febrero 2021, 18:34
Ni la campaña masiva de vacunación, ni los acuerdos de normalización de relaciones con países árabes le sirven a Benyamin Netanyahu para eclipsar el proceso que tiene abierto con la justicia de Israel, que le procesa por delitos de soborno, fraude y abuso de ... autoridad. A falta de seis semanas para las elecciones, el primer ministro con más tiempo en el cargo de la historia del Estado judío se presentó de nuevo ante el tribunal de Jerusalén y, como hizo en su primera comparecencia en mayo, se declaró «no culpable».
Es la segunda vez que Netanyahu acude ante la justicia y sus abogados pidieron retrasar la próxima vista a dentro de tres o cuatro meses. El proceso ha registrado ya varios retrasos debido a los tres confinamientos que ha impuesto Israel para tratar de frenar la pandemia, el último lo levantó el domingo.
Pese a la petición de las fuerzas de seguridad de evitar concentraciones, cientos de manifestantes tomaron las calles próximas a un tribunal blindado por la Policía, que está situado en la parte oriental de la ciudad. Le recibieron al grito de «¡dimisión!» y no pararon de abuchearle. Son las mismas personas que desde hace meses acampan frente a la residencia oficial bajo carteles que califican a Netanyahu de «crime minister» –ministro del crimen– y todos los sábados se concentran a lo largo del país para pedirle que deje el cargo por corrupto. El líder del Likud apenas pasó veinte minutos en la sala y abandonó el lugar lo antes que pudo.
A falta de seis semanas para las elecciones, las cuartas en menos de dos años en Israel, Netanyahu sigue los pasos de Ehud Olmert, ex primer ministro de su mismo partido que fue juzgado y declarado culpable por un delito de corrupción por el que pasó 16 meses en prisión. La diferencia es que la acusación contra Olmert llegó cuando ya había dejado la jefatura de Gobierno. Pese al juicio, Netanyahu mantiene alta su popularidad y es el principal candidato a la victoria en los comicios, según las encuestas.
Los casos contra el primer ministro son los conocidos como 'Caso 1000' –en el que será imputado por fraude y violación de confianza por recibir regalos como puros, joyas y viajes por un valor de unos 180.000 euros de empresarios millonarios de Hollywood, a cambio de favores– y el 'Caso 2000', en el que le acusan de los mismos cargos debido a la conspiración con el dueño del diario 'Yedioth Ahronoth', Arnon Mozes, también procesado, a cambio de obtener una cobertura favorable.
El último escándalo en explotar, y el más grave, es el 'Caso 4000', en el que hará frente a cargos por sobornos, fraude y violación de confianza tras presionar para garantizarse una cobertura informativa favorable para él y su mujer a Walla, portal de noticias propiedad de Shaul Elovitch, principal accionista de Bezeq, el gigante de las telecomunicaciones en el país. En caso de ser declarado culpable, la pena puede suponerle hasta diez años de prisión.
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