Secciones
Servicios
Destacamos
Mikel Ayestaran
Corresponsal. Estambul
Miércoles, 5 de junio 2024, 18:34
Después de ocho meses de guerra en Gaza y con la propuesta de alto el fuego presentada por Joe Biden en el aire ante la falta de unidad en el Gobierno de Israel, Benjamín Netanyahu viajó este miércoles a la frontera norte y anunció que el ejército prepara una respuesta «extremadamente poderosa» a los ataques de Hezbolá. El primer ministro se mostró decidido a dar un paso adelante en este frente que la milicia libanesa mantiene abierto para obligar a los hebreos a no poder centrar todos sus esfuerzos en Hamás y donde cada día se produce intercambio de fuego. La primera medida práctica fue el anunció de movilización de 50.000 nuevos reservistas, con lo que ya son 350.000 los hombres llamados a filas.
«Cualquiera que piense que puede hacernos daño y que nos quedaremos cruzados de brazos está profundamente equivocado», dijo Netanyahu durante una visita a la ciudad de Kiryat Shmona, evacuada desde que el grupo chií libanés comenzó a atacar comunidades israelíes y puestos militares a lo largo de la frontera casi a diario. Como ocurre en la frontera sur, en el norte hay más de 60.000 personas desplazadas porque las fuerzas armadas son incapaces de garantizar su seguridad ante un enemigo con medios más sofisticados que Hamás. Netanyahu acudió a la región veinticuatro horas después que el jefe del ejército, Herzi Halevi, quien adelantó que «la decisión sobre la respuesta adecuada a Hezbolá está próxima».
Aunque hasta el momento los ataques de uno y otro lado se limitan en la mayoría de casos a la zona fronteriza, la situación podría desembocar pronto en una guerra a gran escala. Hasta ahora ya han muerto 329 milicianos libaneses y diez soldados israelíes, y toda la frontera se ha convertido en zona de combate. Hezbolá ataca con cohetes y drones y una de sus acciones provocó el lunes un grave incendio, para cuya extinción los bomberos han necesitado dos días.
El último gran choque entre la milicia chií y el Estado judío se produjo en 2006 y fueron 33 días de guerra en los que murieron más de 1.000 libaneses y 43 israelíes. Desde entonces el grupo cercano a Irán ha combatido en la guerra en Siria junto a las tropas de Bashar al-Assad y los expertos señalan que sus hombres son una mayor amenaza por su intensa experiencia en combate, a la que suman las armas de última generación que les proporciona Teherán.
El frente libanés se complica para Israel, que enfrió un poco más la opción de una tregua Gaza porque desde el Gobierno insistieron en pedir garantías a Estados Unidos de tener la opción de volver a los combates cuando lo estimen oportuno. Desde Hamás afirmaron que no piensan firmar un documento que no recoja el final de la contienda y la retirada de las tropas enemigas.
Los bombardeos fueron intensos una jornada más en una Gaza en la que el ejército lanzó una segunda operación terrestre contra el campo de refugiados de Al-Bureij, en el centro de la Franja. Como ocurrió hace un mes en Yabalia, al norte, las tropas regresan a zonas en las que había dado a Hamás por derrotado al ver que los milicianos retoman el control tras la retirada de los militares.
Médicos Sin Fronteras (MSF) informó de la llegada de setenta muertos y trescientos heridos al hospital de Al-Aqsa, en Deir el-Balah, «la mayoría son mujeres y niños y los ataques han sido indiscriminados», en palabras de Paulo Milanesio, coordinador de emergencias de la organización. Milanesio recordó que Rafah sigue cerrado un día más y que de esta manera es imposible traer los medicamentos y equipos necesarios para atender a los heridos. Esta clausura también imposibilita la salida de pacientes a hospitales del extranjero para intentar salvar sus vidas.
Los mensajes de alarma se repiten cada jornada, pero Israel no hace caso y mantiene un bloqueo total por tierra, mar y aire. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó de que, si la guerra continúa a este ritmo, «más de un millón de palestinos podrían sufrir el nivel más alto de hambruna a mediados de julio». Las agencias de la ONU denunciaron que «el hambre en Gaza se está viendo exacerbado por las intensas restricciones al acceso a la ayuda y el colapso del sistema alimentario local».
Israel no quiere testigos de esta guerra y por eso mantiene cerrado el paso a Gaza a la prensa internacional y ha matado a un centenar de periodistas y trabajadores de medios palestinos. Los hebreos buscan además el apoyo internacional y por eso, según una investigación de 'The New York Times', el Ministerio de Asuntos de la Diáspora invirtió millones de dólares en cuentas falsas en redes sociales para instar a los legisladores estadounidenses a financiar al ejército. La campaña comenzó en octubre y sigue activa en la plataforma X. En su momento de mayor intensidad, utilizó cientos de cuentas falsas que se hacían pasar por estadounidenses reales en X, Facebook e Instagram para publicar comentarios a favor de Israel.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.