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T. Nieva
Jueves, 26 de octubre 2023, 10:20
De rodillas y llorando desconsoladamente, Wael Dahdouh, jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, abraza los cuerpos de su mujer, su hijo de 15 años, su hija de 7 y un nieto, que han fallecido tras un ataque aéreo israelí, según el Ministerio ... de Salud. Recibió la noticia mientras cubría en directo los ataques israelíes contra Gaza. En esta acometida han muerto al menos 25 personas.
⭕️ LIVE: Family members of Al Jazeera Arabic Gaza correspondent Wael Dahdouh killed in an Israeli strike, including his wife, son and daughter. https://t.co/3qo1DkcpCr
— Al Jazeera English (@AJEnglish) October 25, 2023
Al Jazeera comunicó que el corresponsal Wael al-Dahdouh había trasladado a su familia a Nuseirat desde su casa en el norte de Gaza después de que Israel advirtiera a los residentes que se desplazaran al sur antes de su esperada incursión terrestre contra los militantes de Hamas.
Al Jazeera asegura que otros miembros de la familia de Dahdouh también murieron en el ataque. Esta cadena no acusó a Israel del ataque a la familia de Wael Dahdouh. Tampoco hubo comentarios inmediatos del ejército israelí sobre esta acometida, que según Al Jazeera afectó a un área en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza.
Heartbreaking. Al Jazeera Arabic is reporting that the family of their Gaza correspondent Wael Dahdouh - his wife, his son, his daughter - have been killed in an Israeli strike on a house they were sheltering in. pic.twitter.com/cVrRwobUBJ
— Barry Malone (@malonebarry) October 25, 2023
Obligados a huir de los bombardeos israelíes en la ciudad de Gaza, cientos de periodistas palestinos cubren la guerra entre el movimiento islamista Hamás e Israel en condiciones terribles y arriesgando sus vidas. Algunos trabajan para medios locales y otros para la prensa internacional. Pero todos sufren el mismo calvario para ejercer su profesión. Las redacciones están ahora en carpas montadas en el patio de un hospital. De noche se transforman en cuartos de descanso.
De acuerdo con su sindicato, al menos 22 periodistas han muerto en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra, desencadenada por un ataque sin precedentes en Israel lanzado por Hamás el 7 de octubre desde este estrecho territorio.
Al inicio del conflicto, los medios presentes en la Franja trabajaban en oficinas situadas en la ciudad de Gaza. Pero los intensos bombardeos israelíes los obligaron a desplazarse hacia el sur, aunque los ataques aéreos golpean el territorio entero. Varios cientos de periodistas se han instalado en el patio del hospital Nasser, en la ciudad de Jan Yunes.
Hombres y mujeres ataviados con cascos de protección van y vienen sin parar, luciendo la palabra «Press» («prensa», en inglés) en sus chalecos antibalas. Comparten el patio con más de 30.000 palestinos desplazados por la guerra. Gracias a los generadores del hospital, aún tienen electricidad para cargar sus móviles, ordenadores y cámaras.
Las condiciones de higiene, en cambio, son básicas. El agua corriente se interrumpe continuamente y muchos se lavan con pulverizadores en los baños. En las tiendas de campaña, algunos duermen directamente en el suelo. Para tener más intimidad, algunas mujeres deciden dormir en sus vehículos.
«Llevamos dos semanas trabajando desde el hospital Nasser. Dormimos en el coche. Bebo muy poca agua para no tener que ir al baño», explica Wissam Yassin, corresponsal de la cadena estadounidense en lengua árabe Al-Hurra. «Los bombardeos no cesan a nuestro alrededor. En varias ocasiones nos vimos obligados a abandonar nuestras cámaras y no salir al aire para transmitir en directo», añade. «Para ducharme, me fui a casa de una familia que no conocía, al lado del hospital», relata.
No es la primera ofensiva israelí que Yassin cubre en Gaza. Pero nunca ha vivido «condiciones tan difíciles», asegura. «A veces dudo en atender las llamadas de mi hija Bana, de nueve años, porque no soporto su llanto y me siento impotente para calmarla», cuenta.
Huda Hiyazi, de 25 años, creció en España antes de instalarse en Gaza hace cinco años, donde trabaja como corresponsal de una cadena española. Convive con los otros reporteros instalados en el patio del hospital. «Es la primera vez que cubro una guerra de esta envergadura. La situación es trágica y hace quince días que no veo a mi familia. Pienso en ellos todo el tiempo y eso me pone más presión», suspira.
Hiyazi también ostenta la nacionalidad española y, en teoría, podrá salir de la Franja si se abre el puesto de Rafah, en la frontera con Egipto. Ella ha decidido que se quedará «para hacer su trabajo». Pero no tiene dudas de que sacará a su familia, que se ha quedado en la ciudad de Gaza.
Mohamad Daher, corresponsal de la cadena jordana Roya, de 34 años, evacuó a su familia de Gaza hacia Nuseirat, en el centro. Y Nizar Sadawi, de 36 años y corresponsal de la cadena turca TRT World, lamenta que los problemas de telecomunicación causados por los bombardeos complican la posibilidad de hablar con sus familiares. Todos trabajan con el mismo miedo de que le pase algo a sus familiares.
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