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Mikel AYESTARÁN
Jerusalén
Viernes, 11 de junio 2021, 18:18
Los grupos ultranacionalistas de Israel tienen permiso para celebrar la «marcha de las banderas» el martes, pero no atravesarán el Barrio Musulmán de la Ciudad Vieja para evitar el punto de mayor fricción entre comunidades. Organizadores y Policía llegaron a un acuerdo por el que ... los participantes podrán acercarse hasta la Puerta de Damasco, principal acceso al Barrio Musulmán, para hacer bailar sus banderas azules y blancas, pero no podrán cruzarla y tendrán que subir hasta la Puerta de Yaffa para acceder al recinto amurallado y completar la ruta hasta el Muro de los Lamentos, según adelantó el diario Haaretz. «Estamos contentos porque las banderas de Israel podrán ondear con orgullo por la Ciudad Vieja», declararon unos organizadores que llamaron a «todos los ciudadanos del país a participar y alabar el heroísmo israelí».
Esta marcha conmemora la conquista de la parte oriental de la ciudad en la guerra de 1967 -donde se encuentran los lugares santos- y cada año miles de ultranacionalistas, bandera nacional en mano, atraviesan la Puerta de Damasco y recorren la arteria principal de la zona musulmana de la Ciudad Vieja hasta llegar al Muro. El año pasado se canceló debido al coronavirus y este año, el 10 de mayo, se suspendió en el último momento debido a la fuerte tensión en la ciudad santa en las semanas previas. Instantes después de su cancelación Hamás lanzó varios cohetes contra Jerusalén y así comenzó la última escalada de violencia en Gaza.
El jueves los ultranacionalistas, con el diputado radical de Sionismo Religioso Itamar Ben Gvir a la cabeza, intentaron marchar, pero no obtuvieron el permiso policíal. Ben Gvir se acercó entonces a la Puerta de Damasco y, rodeado de fuerzas de seguridad, denunció que el no tener derecho a cruzar el Barrio Musulmán es «una derrota ante Hamás y una victoria del terrorismo». Su sola presencia causó fuertes protestas y la Policía detuvo a 14 palestinos en los choques posteriores.
Hamás, con quien Israel mantiene una frágil tregua después de once días de violencia, dijo que «seguimos de cerca las provocaciones y agresiones de los usurpadores de Jerusalén». Un mensaje en clave de amenaza por parte de unos islamistas que después de tres guerras luchando por aligerar el bloqueo, en la última lanzaron los cohetes en señal de solidaridad con la situación en Jerusalén y en respuesta a los asaltos policiales a la mezquita de Al Aqsa, toda una línea roja.
La marcha del martes será uno de los primeros problemas a los que tendrá que hacer frente el gobierno del cambio que liderará Naftali Bennet, si finalmente es ratificado por el parlamento el domingo. Desde Estados Unidos, la administración de Joe Biden alertó del riesgo de que esta movilización ultranacionalista reavive el conflicto y llamaron a Israel a evitar «las provocaciones de la extrema derecha».
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