Jamenei pide a los países musulmanes un «cinturón defensivo» ante Israel

Tres días después de ordenar el lanzamiento de 181 misiles balísticos contra Israel, Alí Jamenei dirigió la oración del viernes en Teherán para rendir homenaje a Hasán Nasrala. El secretario general de Hezbolá, asesinado por los israelíes hace una semana en un bombardeo masivo al sur de Beirut, era amigo personal de un Líder Supremo que llevaba cuatro años sin dirigir esta oración semanal. Con tono desafiante y de gran enfado, Jamenei llamó a la unidad de los países musulmanes para hacer frente a Israel, «un enemigo cuya estrategia es 'divide y vencerás'».

El religioso, de 85 años, introdujo un concepto nuevo en su discurso y señaló la necesidad de «apretar el cinturón de defensa, desde Afganistán hasta Yemen, desde Irán hasta Gaza y el Líbano, en todos los países islámicos». Es la primera vez que Jamenei apela a este 'cinturón de defensa' y lo hace cuando Israel clama venganza por la operación del martes, en la que varios de los misiles superaron las medidas de defensa e impactaron en sus objetivos.

«Lo que hicieron nuestras fuerzas armadas fue el castigo mínimo por los crímenes del régimen sionista usurpador», dijo Jamenei sobre el lanzamiento de misiles. En palabras del Líder Supremo, Israel es un «régimen malicioso» que «solo se ha mantenido en pie gracias a la inyección de apoyo estadounidense. No durará mucho».

La oración se trasladó de la Universidad de Teherán al complejo de Mosalá y la asistencia fue masiva. El régimen necesitaba dar una imagen de fuerza y lo consiguió. Jamenei quería demostrar que no está metido en un búnker, como apuntaron algunos medios tras el ataque contra las bases militares y el cuartel del Mossad, y que puede aparecer en el centro de Teherán para darse un baño de masas.

El máximo dirigente de la república islámica dedicó la primera parte de su intervención, en farsi, a Israel. La segunda, en árabe, fue un homenaje a Nasrala, a Hezbolá y a todos los grupos del llamado 'eje de la resistencia' que pelean contra el Estado judío. En estas apariciones públicas, cada detalle es un mensaje y los iraníes cedieron al jefe de la oficina de Hezbolá en Teherán, Abdullah Safieddine, un lugar junto al Líder y al jefe del poder judicial, Gholam Hossein Mohseni Ejei.

Pese a la gran pérdida que supone el asesinato de Nasrala, Jamenei aseguró que «la resistencia en la región no retrocederá ante estos martirios y ganará, Israel nunca derrotará a Hamás y a Hezbolá». El público, con fotografías de Nasrala, celebró las palabras enérgicas de un religioso que no mostró ni un mínimo asomo de incertidumbre ante el tipo de respuesta que pueda dar Israel al lanzamiento de los misiles.

Los medios israelíes han planteado como objetivos posibles las plantas nucleares y las instalaciones de gas y petróleo, claves para la economía del régimen, pero, consultado al respecto, Joe Biden aconsejó a sus aliados «considerar otras opciones» no relacionadas con el sector energético. Una acción de este tipo podría disparar los precios a nivel mundial, sobre todo teniendo en cuenta la capacidad de Irán de bloquear el paso de los petroleros por el estrecho de Ormuz como represalia. Se estima que por este paso marítimo, de importancia estratégica incalculable, circula el 20 por ciento del crudo que se consume en el mundo.

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