Mikel AyestarAn
Viernes, 25 de diciembre 2020, 11:26
Veinticuatro horas después de disolver el Parlamento y anunciar una nueva convocatoria de elecciones, las autoridades israelíes han decidido aplicar un nuevo confinamiento nacional para intentar frenar la pandemia. Este es el tercer cierre nacional en un Estado judío que supera los 385.000 ... infectados y donde ya han muerto 3.150 personas a causa del coronavirus. El nuevo confinamiento arrancará este domingo a las cinco de la tarde y por un periodo inicial de dos semanas en los que vuelven restricciones como la prohibición de alejarse más de mil metros de casa.
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La gran novedad en esta ocasión es que las escuelas permanecerán abiertas, aunque de manera parcial. Otra de las novedades es que todos aquellos israelíes y extranjeros residentes en el país que regresen al mismo, deberán guardar diez días de cuarentena en un hotel bajo control del Ejército.
Las autoridades han decidido adoptar esta medida tras un incremento sostenido de infecciones en las últimas semanas que, en cualquier caso, está muy alejado del grave azote que sufren los países europeos. La cifra de contagios supera los 3.000 al día y el Ministerio de Salud llevaba varias jornadas alertando de la necesidad de adoptar medidas de choque para frenar el crecimiento de la curva y reducirla a menos de mil. La noticia se produce cumplida la primera semana de campaña de vacunación y ya son 70.000 las personas que han recibido la vacuna de Pfizer. El Estado judío ha comprado también dosis de las vacunas de Moderna y AstraZeneca y fue el primer ministro, Benjamín Netanyahu, el primero en vacunarse ante las cámaras para transmitir a la población la importancia de dar este paso.
Al otro lado del muro, sin embargo, los palestinos no tienen un plan de vacunación. El primer ministro, Mohamed Shtayyeh, realizó un llamamiento a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los países amigos para que garanticen el envío de vacunas. Preocupa especialmente la situación en Gaza donde dos millones de personas viven bajo el bloqueo de Israel y Egipto y cuentan con un frágil sistema sanitario.
En medio del pulso político de las últimas jornadas, en las que la coalición de gobierno ha saltado por los aires, el coordinador de la lucha contra la pandemia, el profesor Nachman Ash, ya había adelantado que «el tercer confinamiento es inevitable» y alertó de que Israel «tendrá 3.000 muertos más en los próximos dos meses» si el Gobierno continua con su política de «no hacer nada». Al conocer la noticia de las dos semanas de confinamiento aprobadas por las autoridades, Ash ha declarado que «es demasiado corto».
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Los israelíes se confinan de nuevo mientras los partidos políticos parecen más preocupados en las próximas elecciones del 23 de marzo que en combatir al virus. El nuevo escenario electoral presenta un panorama en el que, según los sondeos, Azul y Blanco, la coalición más votada en abril, casi desaparece de la escena y el electorado castiga a su líder, Benny Gantz, que aceptó pactar con Netanyahu tras prometer en campaña que nunca lo haría. En su lugar irrumpe el partido 'Nueva Esperanza', del ex ministro del Likud, Gideon Sa'ar.
Las encuestas vuelven a mostrar a Netanyahu como el gran favorito para lograr la victoria, pero el margen será estrecho y deberá tener la capacidad de formar una coalición para poder mantenerse en el puesto. Los casos de corrupción parecen no pasar factura al primer ministro con más tiempo en el cargo de la historia de Israel y el votante del Likud sigue fiel a su líder.
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