Israel lanza uno de los peores ataques en Líbano mientras negocia la tregua en Gaza

Al menos diez personas de nacionalidad siria han muerto a consecuencia de un ataque de las fuerzas armadas israelíes contra un polígono industrial en el sur de Líbano. El ejército asegura que la ofensiva ha tenido como objetivo un depósito de armas de Hezbolá ubicado en la población de Wadi al-Kfour, en la provincia de Nabatieh. Pero no ha sido el único. En una noche que ha registrado una inusual escalada de violencia, la aviación de Israel ha bombardeado dos viviendas en Hanine y Maroun al-Ras, igualmente en el sur libanés, donde fuentes de Inteligencia aseguraron que se refugiaban militantes armados de la milicía chiíí. Mientras, un dron asesinó a un comandante de la fuerza de élite Radwan de Hezbolá. El avión no tripulado abatió al mando cuando circulaba en su motocicleta.

El Ministerio de Salud libanés ha informado de que todos los fallecidos en Nabatieh eran ciudadanos sirios. Entre las ruinas se han encontrado los cadáveres de una mujer y sus dos hijos. Otras cinco personas han resultado heridas. Dos de ellas, en estado crítico, se debaten entre la vida y la muerte.

El ataque se produjo en un polígono industrial donde las viviendas comparten espacio con fábricas y una granja. Hezbolá afirma que todas las víctimas son civiles. Un familiar de tres de ellas ha señalado que se trata de vecinos y trabajadores que descansaban en sus casas. Ha negado que en las instalaciones «hubiera armamento de ningún tipo» y precisado que sólo almacenaban «hierro y material para la construcción».

Hezbolá respondió de inmediato con una lluvia de cohetes contra el territorio israelí. Disparó 55 proyectiles, la mayoría de los cuales fueron interceptados por las defensas antiaéreas. Sin embargo, algunos de ellos y multitud de restos cayeron sobre una decena de enclaves de Alta Galilea, donde se produjeron incendios. El ejército no ha informado de víctimas. Antes de la ofensiva chií, las autoridades avisaron a los habitantes de toda la región de que se metieran en los refugios antiaéreos. Los cohetes cayeron además en zonas abiertas.

La acción en Líbano es una de las más mortíferas llevadas a cabo por las Fuerzas de Defensa israelíes en los últimos diez meses. Paradójicamente, el ataque se ha llevado a cabo de madrugada, poco después de que los mediadores del alto el fuego que se discute en Doha dieran por terminada la reunión y se emplazaran a la semana que viene. Ahora, nadie sabe el efecto que puede tener esta ofensiva.

De hecho, Hezbolá había respondido afirmativamente al emplazamiento del ministro de Exteriores de Catar, en cuya capital se desarrollan las conversaciones de paz, para que ni la milicia ni Irán desarrollen operaciones bélicas durante la negociación La milicia ha justificado este sábado su ataque de represalia por las acciones israelíes de la madrugada.

Las delegaciones técnicas sustituyen ahora a las políticas en Doha. Los representantes de los gobiernos de Estados Unidos, Egipto y Catar se levantaron este viernes de la mesa con esperanza y cierta sensación de satisfacción y consideraron que ha sido el diálogo más «constructivo» de cuantos se han celebrado hasta ahora.

Los presidentes de EE UU y Egipto, Joe Biden y Abdel-Fattah el-Sissi, así como el emir qatarí, Tamim bin Hamad Al Thani, se comunicaron por telefóno y coincidieron en que parece haber llegado «el final de juego». Confían en que Israel y Hamás aprueben el plan de tres fases que establece un alto el fuego, la entrega de los rehenes, la retirada gradual del ejército israelí y la reconstrucción de Gaza. Las delegaciones volverán a reunirse en El Cairo antes del 25 de agosto. Hamás no ha mostrado una postura oficial, pero fuentes internas sostienen que la negociación se queda corta.

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