Mikel Ayestaran
Enviado especial. Beirut
Jueves, 3 de octubre 2024, 21:04
Israel aplica en Líbano la estrategia empleada en Gaza. El ejército ordenó ayer la evacuación de una veintena de localidades más del sur del país, todas ellas por encima del río Litani, y desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) denunciaron la muerte de 28 sanitarios en las últimas 24 horas, situaciones frecuentes en la Franja desde el 7 de octubre. Los choques fueron intensos en la frontera entre Hezbolá y las tropas hebreas y, por primera vez desde el inicio de la guerra, Israel mató a dos soldados del ejército libanés.
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Los israelíes insisten en que esta nueva operación en Líbano es «limitada», pero ya son cinco las divisiones movilizadas. Los choques cuerpo a cuerpo del miércoles dejaron ocho soldados y decenas de milicianos muertos, según el ejército, que anoche notificó una nueva baja mortal: el capitán Ben Zion Falach, de 21 años y miembro del 202 Batallón israelí de paracaidistas. Falleció también el miércoles en un combate en el sur del país.
Las Fuerzas de Defensa ordenaron ayer la nueva evacuación. Esta zona se halla fuera de la zona delimitada por Naciones Unidas tras la guerra de 2006 y la orden abre la puerta a una operación a gran escala porque incluye localidades como Nabatieh, de 50.000 habitantes.
La directora del centro de estudios estratégicos Carnegie Middle East Center, Maha Yahya, señaló en su cuenta de X que «Israel ha ordenado el éxodo masivo y el desplazamiento forzado de al menos un cuarto de millón de libaneses en veinticuatro horas, mientras se ocupa de bombardear sus hogares y hacer inhabitables sus pueblos. Gaza 2.0 a la vista». El número de desplazados internos en el último año alcanza el millón de personas, según las autoridades, y supone todo un foco de presión para Hezbolá, que también usa a los desplazados israelíes del norte como arma psicológica contra Benjamín Netanyahu.
Hezbolá lanzó cientos de cohetes al norte del Estado hebreo e informó de un ataque a un tanque enemigo en Netua, localidad israelí situada frente a Aita al-Shaab. La milicia proiraní aseguró además que, por segundo día, atacó a soldados cerca de Odaisseh, lugar de la emboscada mortal del miércoles, e hizo explotar un artefacto al paso de las tropas en Maroun al-Ras. El ejército informó de más de 200 ataques aéreos en la zona contra posiciones enemigas.
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La intensidad del conflicto aumenta con la campaña terrestre y desde la OMS denunciaron la muerte de 28 sanitarios en un día. «Muchos otros trabajadores no se presentan a sus puestos. Huyeron de las zonas donde trabajan debido a los bombardeos», dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Esto está limitando gravemente la prestación de servicios en una situación de traumatismos masivos», lamentó.
La tensión en el sur va a acompañada de las operaciones diarias en Beirut, que por segunda vez en menos de una semana alcanzaron un céntrico barrio de la capital. Un misil mató a nueve personas de una organización sanitaria próxima a Hezbolá en Bashoura, barrio popular situado junto al Parlamento y la sede de la ONU. El bombardeo afectó de lleno al cementerio musulmán, donde los operarios municipales trabajaron todo el día para reparar los daños en las tumbas. «No dejan ni descansar a los muertos», lamentaba el responsable de este camposanto de la época otomana en el que están enterrados, entre otros muchos, el ex primer ministro libanés Shafiq al-Wazzan.
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Este bombardeo en Bashoura llegó acompañado de otros en los barrios del sur de la capital, entre ellos uno contra la sede de inteligencia de la milicia chií, según el ejército, y otro contra el centro de prensa en el que se registran los periodistas antes de trabajar en zonas bajo control del Partido de Dios. La aviación castigó además los alrededores del aeropuerto donde destruyeron un almacén. Los ataques a Beirut se producen ahora desde el aire y el mar.
Líbano es el punto central de las operaciones israelíes, que se extienden también a Gaza y Siria, todo ello con la respuesta a Irán en el horizonte por el lanzamiento de 181 misiles balísticos. Los israelíes tratan de imponer una especie de cerco militar a Hezbolá por tierra, mar y aire para que no pueda recibir armas. El aeropuerto internacional de Beirut está operativo, pero Israel tiene la última palabra sobre los vuelos que pueden aterrizar y en las últimas 48 horas se han intensificado los ataques en territorio sirio porque los israelíes consideran que esta es la puerta principal de entrada de armamento para la milicia chií.
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En este contexto de guerra abierta anuncia su llegada a Beirut el ministro de Asuntos de Exteriores iraní, Abbas Aragchi, si su vuelo desde Teherán recibe la luz verde israelí.
Israel ha trasladado su centro de gravedad militar a Líbano, pero no se olvida de Gaza, donde cada día hay bombardeos y la cifra de muertos supera los 41.000. El ejército informó que había podido confirmar la muerte de tres altos funcionarios de Hamás en un ataque aéreo realizado hace tres meses. Entre los islamistas alcanzados figura Rawhi Mushtaha, persona cercana al desaparecido Yahya Sinwar, líder del movimiento islamista, a la que se consideraba una especie de primer ministro en la Franja.
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