Quién es Ismail Haniya, el profesor que se convirtió en líder de Hamás

El actual líder de Hamás, reelegido en agosto de 2021 después de ocupar el cargo desde 2017, nació en 1963 en el campo de refugiados de Shati, al oeste de la ciudad de Gaza. Años más tarde se matriculó en la Universidad Islámica de Gaza, un centro influenciado por los postulados religiosos y políticos de los Hermanos Musulmanes con predominio del sentimiento anti-israelí, donde se diplomó en Literatura Árabe en 1987. Ese mismo año tomó parte en la Intifada y se afilió a Hamás. También fue detenido durante los disturbios y acabó en prisión.

No sería la primera vez. En 1988 volvió a entrar en la cárcel y, al año siguiente, poco después de obtener la libertad, regresó a presidio hasta 1992 para cumplir una condena por subversión. Inmediatamente después de su excarcelación, las autoridades israelíes le deportaron al sur de Líbano junto a otros líderes del movimiento y unos 400 activistas. En 1993 regresó a Gaza y se convirtió en deán de la Universidad Islámica. En esa época, Hamás cobró una dramática notoriedad por las acciones de su brazo militar en las poblaciones de Israel, con frecuentes ataques suicidas con explosivos que tenían como objetivo, mercados, inmuebles llenos de civiles o autobuses. Lejos de considerarlos actos de terrorismo, el movimiento calificaba los atentados como operaciones militares de resistencia.

En 2003 Haniya vivió un ataque aéreo junto al fundador y líder espiritual de Hamás, Ahmed Yassin, quien le había puesto al frente de su oficina en Gaza, en un intento de Israel por eliminar a los dos altos cargos de Hamás. Yassin estaba considerado por el ejército israelí como uno de los principales ideólogos de los ataques terroristas. Los dos líderes, junto con otra docena de dirigentes, lograron salir ilesos, aunque Yassin moriría un año más tarde en otro bombardeo de precisión israelí.

Así y todo, no fue hasta enero de 2006, año en el que Hamás ganó las elecciones legislativas de Palestina, cuando Haniya comenzó a ganar popularidad. De hecho, durante su ascenso en la jerarquía siempre procuró mantenerse en un segundo plano, con escasas apariciones públicas y renunciando a los discursos más incendiarios, un hábito que se acentuó tras comprobar el empeño de Israel en acabar con los principales mandos de Hamás. A diferencia de otros compañeros, destacó por una cierta moderación que le llevó a ser considerado «uno de los políticos más abiertos al diálogo con Israel dentro de la organización islamista».

La victoria le llevó a ocupar el cargo como primer ministro palestino, aunque no por mucho tiempo. Fue despedido en 2007 por el presidente y líder de Al Fatá, Mahmud Abbas, aunque siguió gobernando la Franja de Gaza después de tomar el control de la misma ese mismo año.

Ismail fue reelegido en agosto de 2021 como líder de Hamás, cargo que ocupaba desde mayo de 2017. El Consejo General de la Shura optó por renovar su mandato y mantener a su vez a Saleh al Arouri como vicepresidente. Una de sus funciones ha sido la de comportarse como un funambulista sobre el alambre: ha tratado de hacer gala de pragmatismo, en un intento de romper el aislamiento internacional al que está sometido el movimiento, pero sin molestar al ala dura.

Israel, Estados Unidos y la Unión Europea consideran a Hamás un grupo terrorista. Ismail trata de convencerles de la existencia de un giro político. En 2017, la organización introdujo una serie de enmiendas a su Carta Fundacional de 1988. Aunque conservaba su espíritu primigenio y ciertamente extremista para evitar una confrontación con el núcleo más ultra, Haniya anunciaba ya cierto viraje a posiciones menos radicales: la aceptación de la creación de un Estado de Palestina en las fronteras anteriores a la guerra de 1967, algo tabú en el texto original. Hamás rompió con los Hermanos Musulmanes y cosechó el rechazo de la Yihad Islámica. Nadie sabe cómo explicará ahora Haniya la violenta incursión de sus milicianos en Israel.