mikel ayestaran
Corresponsal en Jerusalén
Jueves, 9 de diciembre 2021, 18:57
Después de una semana de parón, Irán y EE UU retoman las conversaciones indirectas en Viena, las séptimas, para tratar de resucitar el acuerdo nuclear. Los iraníes aseguran que «no vemos obstáculo para lograr un acuerdo» y los estadounidenses que «quieren dar otra oportunidad a ... la diplomacia», según adelantó el portavoz del departamento de Estado, Ned Price, pero pasar de las palabras a los hechos se presenta complicado ya que la desconfianza es enorme y ambos piensan que es el otro quien debe dar el primer paso.
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El coordinador del proceso enviado por la UE, Enrique Mora, pidió a las dos partes «realismo» y les advirtió que «no tenemos todo el tiempo del mundo». Las cosas han cambiado mucho desde 2015, cuando se alcanzó un acuerdo por el que Teherán se comprometió a limitar el enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de sanciones. Seis años después, la ruptura del pacto por parte de Donald Trump en 2018 y la vuelta de los castigos ha causado graves problemas a la economía iraní, ya que le impiden vender petróleo, y la república islámica ha respondido avanzando en su enriquecimiento hasta el 60%, cada vez más cerca del nivel necesario para fabricar una bomba.
Teherán negocia con el nuevo equipo diseñado por el presidente ultraconservador Ebrahim Raisi, que tiene al frente a Ali Bagheri Kani, diplomático que era una de las voces más críticas con el acuerdo alcanzado por la anterior administración moderada iraní. En su primer encuentro en Viena, Bagheri presentó dos borradores con sus propuestas con la idea central del levantamiento de las sanciones. Teherán considera que ellos cumplieron y fue Trump quien rompió el pacto, por lo que esperan que sea EE UU quien traiga algo nuevo a la negociación.
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La vuelta al pacto de 2015 fue una de las promesas de campaña de Joe Biden, pero pasan los meses desde su llegada a la Casa Blanca y los castigos siguen. Israel es la voz más crítica con el diálogo y su ministro de Defensa, Benny Gantz, voló a Washington para presionar a EE UU. El Estado judío endurece su retórica, insiste en que todas las opciones están sobre la mesa para frenar el programa nuclear y el Ejército anunció que en primavera realizará un ejercicio a gran escala en el Mediterráneo en el que decenas de aviones simularán un ataque a la república islámica.
La fijación con Irán de los actuales dirigentes contrasta con los mensajes de cada vez más ex asesores de seguridad israelíes que coinciden en que fue un error presionar a Trump para que rompiera el pacto.
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