M. Pérez
Viernes, 5 de enero 2024, 12:11
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, y el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami, han jurado vengarse contra Estado Islámico durante el funeral de las 84 víctimas mortales registradas en el atentado del miércoles en Kermán. «Te encontraremos donde ... quiera que estés», ha prometido Salami sobre la organización yihadista, cuyo mortífero golpe al régimen islamista no ha hecho más que avivar las fuertes tensiones en Oriente Medio, desencadenadas a raíz del conflicto entre Israel y Hamás.
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La televisión estatal muestra imágenes donde se observa a miles de personas ante el santuario del Imam Ali, donde se desarrolla la ceremonia. Los familiares rezan ante los féretros de las víctimas alineados y envueltos en la bandera iraní, informa Reuters. Muchos de los asistentes reclaman «venganza» y lanzan gritos contra Israel y Estados Unidos.
El presidente, Ebrahim Raisi, se pronunció en un mensaje televisado sobre el «inhumano» atentado y advirtió que «nuestras fuerzas decidirán el lugar y el momento de actuar» en respuesta. «Nuestros enemigos pueden ver el poder de Irán y el mundo entero conoce su fuerza y capacidades».
Oriente Medio y Occidente tienen puesta la mirada este viernes en la república islamista y la catársis política y social que puede producirse después del peor ataque sufrido en su territorio en décadas. A los fallecidos se suman casi trescientos heridos como consecuencia de la acción de dos terroristas suicidas que hicieron explotar sendos cinturones-bomba en medio de la multitud que recordaba al general Qasem Soleimani, jefe de la fuerza de élite Quds de la Guardia Revolucionaria asesinado en 2020 por un dron estadounidense.
Pese a que Estado Islámico ha golpeado en anteriores ocasiones a Irán, y que el pasado agosto llevó a cabo un atentado parecido con más de medio centenar de muertes en Afganistán en una demostración de su poder asesino, Occidente se pregunta por el hecho de que haya elegido este momento –en plena escalada de tensiones regionales– para su ataque. La organización yihadista, en el comunicado en el que asume la autoría, lo justifica por su enemistad con los «politeistas» y anima a los «leones del Islam» a atacar además a los «judíos y cristianos» en todo el mundo por la ofensiva sobre los palestinos en Gaza.
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Aaron Zelin, experto del grupo de expertos del Instituto de Política de Oriente Próximo de Washington, ha explicado a Reuters que el atentado podría haber sido organizado por la rama de Estado Islámico con base en Afganistán, el denominado Isis-K. Este grupo, debilitado dentro del propio país, intentaría demostrar en cambio su fortaleza para desatar el terror en el exterior. En ese sentido, más allá del conflicto israelí, el atentado de Kermán tendría una lectura interna. El Isis habría decidido golpear Irán el miércoles aprovechado el simbolismo del aniversario de la muerte de Suleimani, quien jugó un papel capital contra el califato y ayudó al retroceso de Estado Islámico en sus feudos de Siria e Irak.
«El mayor enfoque externo de ISIS-Khorasan es probablemente el acontecimiento más preocupante», refrenda un informe del Centro Nacional de Contraterrorismo de Estados Unidos publicado el pasado agosto. Este análisis confirmaba que los golpes asestados a la organización, que entre otros causó la muerte de tres generales y al menos otros 13 agentes de alto rango en Irak y Siria en 2022, contribuyó a una pérdida de experiencia y a una disminución de los ataques de ISIS en Medio Oriente«. Pero al mismo tiempo advertía de la expansión de Estado Islámico »en África« y de otros indicios recogidos en 2023 que apuntarían a una nueva estrategia para diseminar el horror.
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La inestabilidad ha vuelto a concentrar en la región a los principales enviados de Estados Unidos, el secretario de Estado Antony Blinken, y la Union Europea, el jefe de la diplomacia Josep Borrell, en un intento de evitar una escalada de las tensiones. El primero abre este viernes una gira por Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Israel, Cisjordania y Egipto, además de Turquía y Grecia. Sus objetivos declarados en este viaje pasan por mejorar la seguridad de los civiles en Gaza, aumentar la ayuda humanitaria y ayudar a resolver la crisis de los rehenes, pero su misión más importante será la de interpelar a todos estos países para averiguar cómo pueden contribuir a desactivar la presión en Oriente Medio, el reto «más duro» según admite la propia Casa Blanca. «A nadie le interesa, ni a Israel, ni a la región, ni al mundo, que este conflicto se extienda más allá de Gaza», ha declarado el portavoz gubernamental, Matthew Miller.
Por su parte, Josep Borrell aterriza este viernes en Líbano, donde se reunirá con las máximas autoridades políticas y militares del país, así como con el jefe de las fuerzas Interinas en Líbano de la ONU, el general español Aroldo Lazaro. El representante europeo de Exteriores discutirá «todos los aspectos de la situación en Gaza», además de la situación en la frontera israelí-libanesa, según ha señalado Bruselas en un comunicado. Borrell ha advertido que existe un riesgo real de que «todo Oriente Medio se vea envuelto en llamas» y hará especial hincapié en «la importancia de evitar una escalada regional».
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