El choque cultural se produjo pronto. Antes de la inauguración, las autoridades iraníes retiraron una pieza de la exposición sobre el arte y la arqueología del Mediterráneo occidental. Se trata de una litografía donde se recrea el día en que Isabel II, en el centro ... del plano, celebra el primer viaje de un tren de vapor que llega a Alicante desde Madrid. Junto a la reina, su consorte, Francisco de Asís de Borbón, oficiales del Ejército y parte de la corte, que están en este puerto, llegados desde la capital, gracias al medio de transporte más rápido de la época. La modernidad permitía recorrer casi 500 kilómetros en 17 horas.
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La exhibición se había preparado con esmero y cuidado entre el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) y el Museo Nacional de Irán -que ya habían colaborado en una ocasión anterior-, pero hasta el último momento no se advirtió cómo esta litografía de 1858, en la que su alteza real viste un traje de pronunciado escote, podía herir la sensibilidad de la República Islámica.
Más allá de su presunta desnudez, Isabel II encarna el poder, pues los hombres de la escena permanecen subordinados ante ella, rodeada de símbolos de divinidad. Corona, escudos, bastón de mando. En el cuadro hay sumisión, ostentación, riqueza, autoridad y supremacía encarnadas en una mujer. Ante la fuerza de su presencia, la piel de los brazos y el torso es mera anécdota.
La obra se retiró de la vitrina aun cuando el nacimiento del busto de su majestad en esa pieza bitono y panorámica sea casi como buscar a Wally, debido al trazo y a sus dimensiones. Cierto es que la monarca es la más desabrigada entre los veintantos personajes del cuadro pero los responsables iraníes conocían el listado de objetos que serían expuestos. La litografía llegó a ser desembalada por los montadores, pero finalmente no será apreciada por el público, una vez cumplido el protocolo de apertura por parte del ministro de Cultura Alí Asghar Moonesan. La muestra, titulada 'Alicante. Patrimonio Arqueológico de España. Tesoros del MARQ' reúne 282 piezas, sin contar la litografía censurada. Abierta hasta el 8 de abril de 2020, el cuadro de Isabel II esperará su vuelta a casa, protegida en los almacenes del museo persa, que desde que triunfó la revolución liderada por el ayatolá Jomeini ha recibido otras tres colecciones de museos europeos: Capitolino (Vaticano), Louvre (Francia)y Drents (Holanda).
En las tres salas del museo de Teherán hay obras de la colección permanente del museo alicantino y restos encontrados en recientes excavaciones de la región, que abarcan distintas culturas y eras. Del paleolítico al íbero, de los fenicios a los romanos.
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Que fueran los reales hombros desnudos los que ocasionaron la retirada del cuadro es mera conjetura. No hay un argumento oficial. Por fortuna, la Dama de Elche, cuya réplica exacta también forma parte de la exposición, es dueña de la más pura androginia.
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