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M. Pérez
Lunes, 9 de diciembre 2024, 11:17
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha informado que un grupo de 26 españoles y familiares de nacionalidad siria han abandonado el país y se encuentran en Líbano después del derrocamiento del régimen de Bashar Al Assad. Entre los evacuados figura el personal de la embajada en Damasco. El ministro ha añadido que la legación diplomática en Beirut se encuentra «plenamente operativa» para atender a otros compatriotas que quieran salir de territorio sirio.
Debido a que el aeropuerto de la capital todavía se encuentra cerrado, Albares ha explicado, en declaraciones a RNE, que los desplazados han salido del país a primeras horas de este lunes en un convoy por carretera y que han llegado a la frontera con Lìbano, donde se han detenido para cumplimentar los correspondientes trámites administrativos. «Esperamos que, una vez que termine ese papeleo, puedan estar ya a salvo en Líbano, donde les está esperando personal de nuestra embajada en Beirut, que estaba plenamente activada desde que ayer decidimos poner en marcha esa evacuación desde Damasco», ha explicado. Precisamente, este domingo el ministro explicó que solo había un español censado en Siria que había mostrado su petición de ser trasladado.
La operación se ha centrado en la evacuación de Damasco, «que es donde se encuentra el grueso de nuestra colonia», aunque hay españoles en «zonas mucho más alejadas del país». Albares ha reconocido que en estos casos «era físicamente imposible llegar a un punto de encuentro» en la capital, debido a la inestabilidad del país y las dificultades para viajar por sus carreteras interiores. De hecho, en el operativo de salida no solo ha figurado España sino que lo han conformado otras embajadas europeas y latinoamericanas mientras el convoy «lo encabezaba un vehículo de las Naciones Unidas».
Si bien el Gobierno facilitó este domingo la cifra de nueve españoles registrados en Siria, Albares no ha querido esta maána concretar el número exacto de la colonia, que posiblemente pudiera ser bastante superior a tenor de los compatriotas que ya han sido evacuados. «Algunos nos trasladaron que no querían abandonar el país en estos momentos», ha especificado. El Gobierno se mantiene en contacto con ellos por vía telefónica «a la espera de que se reabra el aeropuerto de Damasco y se pueda realizar una operación de más amplitud para aquellos que lo deseen». Albares ha indicado a las familias de estos residentes que «estén tranquilos. De la información que tengo en primera mano de nuestro encargado de negocios en Damasco, todo se está produciendo con un orden dentro de las circunstancias», ha garantizado.
La comunidad internacional sigue muy atenta a las primeras horas de los rebeldes al frente del país, después de que este fin de semana conquistaran la capital y derrocaran al régimen de Al Assad. El presidente hizo las maletas a los sones de 'El lago de los cisnes' en la televisión y se marchó durante la mañana del domingo en un avión con destino a Moscú, donde se encuentra con su mujer y sus dos hijos desde la pasada noche. Ni él ni el presidente Vladímir Putin, su antiguo aliado, han hecho declaraciones. Al Assad figura como asilado por razones humanitarias.
Uno de los temores sobre el futuro radica en el riesgo de reconstitución de Estado Islámico (EI) en Siria, pese a que la principal organización insurgente liderada por el rebelde Muhammad Al Golani se desvinculó aparentemente hace años de Al Qaeda. Las agencias de Inteligencia de Estados Unidos «seguirán vigilantes» ante cualquier indicio de resurgimiento de grupos terroristas, en palabras del presidente Joe Biden que, como otros líderes europeos, considera que Al Golani tendrá que demostrar su ruptura con el yihadismo.
EE UU mantiene a 900 soldados en el país y, poco después de la toma de Damasco, el Pentágono lanzó un bombardeo contra 75 campamentos y centros de poder de EI en el centro de Siria para impedir que ampliaran su influencia en medio de las revueltas de la oposición y otras insurgencias. Londres también ha expresado su inquetud ante la posible consolidación de un nuevo grupo de Estado Islámico y cabe pensar que, junto a la necesidad de consolidar una nueva estabilidad en Siria, será uno de los asuntos principales de la reunión de este lunes del Consejo de Seguridad de la ONU.
El ministro español de Exteriores ha calificado como una «buena noticia» que «una dictadura haya terminado» y confía en que ahora se dé paso a »una Siria sin injerencias externas, soberana» y plural. Albares admite que «todavía hay muchas incertidumbres» y ve prioritario que el «movimiento militar dé paso a un movimiento político y que cualquier decisión, cualquier paso que den los sirios sea pacífico». También ha apostado por esperar a conocer los próximos pasos de los rebeldes y su principal facción, Hayat Tahrir al Sham. Entre otros temores, existe el de que se produzcan tensiones internas entre los diferentes grupos armados que han tomado parte en el alzamiento que impidan un control único de todo el territorio o puedan devenir en enfrentamientos seculares.
Albares asume que, de producirse la transición «pacífica» que está en boca de todos los actores, el nuevo liderazgo intentará «muy rápidamente entrar en contacto con la comunidad internacional». Sobre Al Golani y el resto de milicias anteriomente relacionadas con el yihadismo, el ministro cree que habrá que «juzgarles por sus hechos». «Por el momento todo se está produciendo con tranquilidad, sin violencia y los primeros signos son de que una parte de la administración del régimen de Al Assad va a trabajar y va a colaborar con el nuevo Gobierno de facto», ha destacado.
En una línea muy parecida, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, ha declarado que Washington seguirá «de cerca los acontecimientos a medida que se desarrollen» y que ha pedido colaboración a los países de la región para contribuir a la reestabilización de Oriente Medio. Blinkan dice haber «tomado nota de las declaraciones hechas por los líderes rebeldes», aunque además de sus «palabras», la Casa Blanca también «evaluará sus acciones».
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