Los firmantes europeos del pacto nuclear presionan a Irán

El acuerdo agoniza desde la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018 y la vuelta de las sanciones y con esta resolución los europeos se alinearon con la vía estadounidense, algo que no hicieron China y Rusia, que votaron en contra por considerarlo «contraproducente». Washington aplaudió el movimiento alemán, británico y francés, pero pidió dar un paso más y no levantar el embargo armamentístico sobre la república islámica, que según el acuerdo nuclear debería expirar en otoño.

El enviado especial iraní al OIEA, Kazem Gharibabadi, aconsejó a los países europeos que «si no pueden hacer algo para salvar el pacto, al menos eviten que la situación sea más complicada y difícil», y calificó el texto aprobado como una «una trampa» de Estados Unidos e Israel. Según el último informe del organismo internacional, la república islámica llevaría cuatro meses negando la entrada de los expertos a dos lugares en los que se habrían localizado trazas de materiales fisibles que podrían provenir de experimentos nucleares no declarados realizados hace 15 años.

Teherán defendió su inocencia, recordó que su programa es el más vigilado del mundo y dejó claro que «la adopción de esta resolución no alentará a otorgar acceso a la agencia en base a acusaciones falsas e infundadas», en palabras de Gharibabadi. Los iraníes argumentan que la información sobre esos dos lugares a los que quiere acceder el OIEA proviene de servicios de inteligencia enemigos, en alusión a Israel.

«No tenemos nada que ocultar. Ha habido más inspecciones en Irán durante los últimos 5 años que en la historia del OIEA», recordó el ministro de Exteriores, Javad Zarif, en su cuenta de Twitter. El director del organismo internacional, Rafael Grossi, le respondió con una llamada al diálogo y señaló que «no hay otro camino que sentarnos a hablar y lograr el acceso trabajando con Irán». Para Grossi, «está muy claro que cuanto antes se nos otorgue el acceso y que nuestros inspectores puedan volver a hacer su trabajo, será mejor para todos», resumió.

La decisión de Donald Trump de salirse del pacto llevó a los iraníes a dar una serie de pasos que le alejan del texto original, pero los expertos del OIEA han seguido trabajando en sus instalaciones. La república islámica ha superado el límite de almacenamiento de uranio, que estaba fijado en 300 kilos, enriquece por encima del 3,67% y ha recuperado la actividad en Fordo, una planta subterránea situada cerca de la ciudad santa de Qom que, durante mucho tiempo, se mantenía en secreto.

Se trata de pasos «anunciados y reversibles», según insiste Zarif, que dice que volverán a los límites originales cuando el resto de firmantes cumplan con su parte. Alemania, Francia y Reino Unido no solo han sido incapaces de poner en práctica medidas que ayuden a los iraníes a superar los castigos de Trump, sino que han optado por aumentar su presión.

Pese a que todos los informes elaborados por el OIEA confirmaban que Irán cumplía con los puntos acordados, esto no era suficiente para Estados Unidos, que aspira a ampliar los acuerdos al programa balístico y exige garantías a la república islámica de que frenará su expansión regional. Estas medidas no se contemplan en el acuerdo de 2015 y están dirigidas a contentar y proteger a los dos grandes aliados regionales de Washington: Israel y Arabia Saudí, enemigos de Irán que siempre criticaron el que califican de «el peor acuerdo posible» rubricado por Barack Obama.