Secciones
Servicios
Destacamos
M. Pérez
Jueves, 15 de agosto 2024, 14:58
Estados Unidos considera que el ejército israelí ya no tiene nada que hacer en Gaza. Los asesores de Seguridad Nacional en el Gobierno coinciden mayoritariamente en que la operación militar ha reducido a niveles mínimos el poder de combate de Hamás y que proseguir con los bombardeos aéreos en La Franja solo incrementa el riesgo para los civiles. Altos mandos estadounidenses han mostrado su sorpresa porque creen que Israel ha conseguido objetivos superiores a los que esperaban hace diez meses, pero advierten que la milicia islamista nunca será eliminada por completo mediante las armas y que la liberación de los rehenes llegará por la vía de la negociación, no de la guerra.
Las impresiones de Estados Unidos sobre Gaza se conocen justo al comienzo de una nueva ronda de negociación internacional en Catar para poner fin al conflicto. Posiblemente, esta es la más crucial de todas las que ha habido a lo largo de la guerra. La Casa Blanca, y también varios países de Oriente Medio, opinan que de su resultado depende en bastante medida que Irán lleve a cabo su anunciado ataque a Israel en respuesta al asesinato en Teherán del jefe político de Hamás, Ismael Haniye. Washington también cree que se trata de la última oportunidad para frenar una espiral que ha costado la vida a 40.000 palestinos y liberar al centenar largo de rehenes en manos de la milicia.
Por todo lo que está en juego en estas conversaciones, la Administración estadounidense ha hecho un despliegue inusual de representantes. El director de la CIA, William J. Burns, llega este jueves a Catar. Amos Hochstein, asesor principal de la Casa Blanca en la región, se encuentra ya en Líbano. Y Brett McGurk, el responsable personal de Joe Biden paraasuntos de Oriente Medio, viaja hacia Egipto, como primera escala antes de Catar. Uno de sus propósitos es insistir en que Israel ha llegado ya a una especie de límite final con Hamás y que poco puede hacer ya la operación militar en Gaza, según 'The New York Times'.
Estados Unidos considera que la milicia islamista se encuentra muy debilitada. Es una organización «disminuida», según el general Joseph L. Votel, antiguo jefe del Comando Central. El Pentágono rechaza sistemáticamente detallar el número de baja en Hamás. En cambio, los militares israelíes barajan una cifra de 14.000 milicianos muertos o hechos prisioneros y más de un 50% de sus comandantes eliminados. Entre ellos, Muhammad Deif y Marwan Issa, quienes dirigían las Brigadas Qassam y las operacionesde guerra en La Franja.
Los estadounidenses señalan también que cientos de kilómetros de la red de túneles clandestinos han sido destruidos, llevándose consigo las rutas principales de abastecimiento y contrabando de las células de Hamás. Pero el sistema es demasiado grande. El ejército juega con la incertidumbre como activo para disusadir a los islamistas de que los pasadizos son un lugar seguro. De forma reiterada, difunde el mensaje de que los interrogatorios a los detenidos arrojan cada vez más datos sobre dónde se hallan las bocas a la 'ciudad subterránea', de modo que ésta se vuelve inestable e insegura. Sin embargo, es tan vasta que muchos expertos sostienen que resultará imposible de desmantelar sin destruir La Franja completa.
Quedan 115 rehenes que los combatientes islamistas han conseguido mantener ocultos hasta la fecha, cuando a las Fuerzas de Defensa de Israel ya no les queda prácticamente lugar alguno de Gaza sin rastrear. Las tropas han entrado además en una especie de juego del gato y el ratón con los milicianos, tendente a convertirse en una espiral sin final. Los milicianos se esconden continuamente en los túneles. Cuando la Inteligencia israelí descubre que se recomponen en un lugar de La Franja, envían allí a sus regimientos. La diferencia es que lo que antes era una estrategia doble para sobrevivir y luchar contra el ejército en orden a conseguir su desgaste, ahora Hamás lo ha transformado en una operación más conservadora; ewxclusivamente destinada a la supervivencia de los suyos.
El mensaje que los estadounidenses tratan de inculcar en las negociaciones de paz colisiona, sin embargo, con los discuros del propio Gobierno hebreo. Su primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha asegurado que la operación militar continuará en Gaza. El general Amidror, uno de sus principales asesores, ha comentado a 'The New York Times' que los logros del ejército son «impresionantes», pero que todavía faltan meses para completar todos sus objetivos, si el Estado hebreo no quiere ver cómo Hamás «se levanta de nuevo» en el futuro. Mientras en Doha han comenzado las negociaciones para salvar a los rehenes y tratar de decretar un alto el fuego, quizás en una de las últimas oportunidades de evitar una escalada regional del conflicto, el ejército israelí ha ordenado este jueves una nueva evacuación de civiles del campo de Khan Jounis y ha realizado treinta ataques sobre instalaciones de Hamás.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.