Borrar
Una columna de humo se alza sobre el edificio donde cayó el misil, en medio del populoso y céntrico distrito de Al-Bashura. AFP
Beirut, conmocionada por los bombardeos que sacuden el centro de la capital

Beirut, conmocionada por los bombardeos que sacuden el centro de la capital

La aviación israelí ha causado nueve muertos y catorce heridos en un ataque a un edificio de Al-Bashura, cerca del cual se encuentra el Parlamento, sedes del Gobierno libanés y el Instituto Cervantes

M. Pérez

Jueves, 3 de octubre 2024, 18:43

Beirut se encuentra bajo la conmoción de los bombardeos israelíes, que este jueves han causado nueve muertos y catorce heridos en el centro de la capital libanesa. Esta es la segunda ocasión en la que el ejército hebreo ataca en el interior de la ciudad, aunque sus habitantes se están familiarizando con el estruendo de las explosiones y el temblor del suelo después de que en dos semanas la aviación haya dejado caer sus misiles una decena de veces en el distrito de Dahiye, donde las Fuerzas de Defensa sitúan el bastión de Hezbolá

El ataque, realizado todavía de noche, ha provocado grandes daños en un edificio de la zona de Al-Bashura que, según la Agencia Nacional de Noticias, albergaba un centro de la Autoridad Sanitaria Islámica. La explosión barrió varias plantas. La mayoría de las víctimas son paramédicos y otros miembros de los servicios de rescate. Los cuerpos de varios de ellos salieron despedidos a la calle.

Israel ha informado posteriormente que avisó del ataque antes de que se produjera y que se trató de una «operación selectiva» contra un bloque de apartamentos donde supuestamente había una célula de Inteligencia de la milicia, La acción armada habría matado a varios agentes y destruido información y material de la principal base de espionaje de Jezbolá en Beirut, según esta versión.

El pasado lunes, el ejército también destruyó una planta de un inmueble del barrio de Cola donde señaló que se escondían tres miembros del Frente Popular para la Liberación Palestina. Medios libaneses han descartado la vinculación del centro de la Autoridad Sanitaria, afiliada a Hezbolá , con actividades terroristas.

Edificio destruido en Al-Bashura y bombardeo en una ciudad del sur libanés pocas horas después. AFP y EFE

Numerosos beirutíes siguen en estado de shock. El edificio se encuentra en el corazón de la ciudad, pero ademas el ejército israelí ha arriesgado mucho en este bombardeo. Ellugarb se encuentra a pocos metros del Parlamento libanés, la oficina del primer ministro y otras sedes del Gobierno. En las calles adyacentes hay varias sedes diplomáticas, además de comercios y oficinas de la Administración. El Instituto Cervantes se encuentra a quinientos metros. Su personal fue precisamente evacuado ayer por los dos aviones enviados desde España. Los empleados locales han sido enviados a sus casas y las clases permanecen suspendidas.

«Nadie está tranquilo. Sabemos que los aviones israelíes, voluntariamente o por un error táctico, pueden dejar caer sus bombas sobre nosotros», explica un vecio del centro a un medio local. La explosión fue de tal calibre, que miles de personas salieron a las ventanas o se echaron a la calle angustiadas en todos los puntos de Beirut. Ambulancias y bomberos se concentraron en Al-Bashura. En un pequeño cementerio próximo, los equipos recogieron los restos de varias víctimas arrojadas por el impacto a decenas de metros.

El terror se ha incrementado además con el paso de las horas, al tomar forma la posibilidad de que Israel hubiera utilizado bombas de fósforo blanco en el ataque. El Gobierno de Benjamín Netanyahu todavía no ha respondido a la denuncia de las autoridades libanesas. Esta sustancia se encuentra prohibida por la Convención de Ginebra, aunque es una norma sistemáticamente sorteada en las guerras. En la de Ucrania y Rusia los dos bandos se han acusado de utilizara contra el enemigo. Human Rights Watch asegura que los israelíes la han usado en bombardeos en suelo libanés hasta en diecisiete ocasiones en el último año.

Otros miles de beirutíes pasaron este jueves toda la noche en vela en Dahiye, donde los cazabombarderos hicieron varias pasadas para destruir previsiblemente sedes de Inteligencia, cuarteles generales y equipos de vigilancia de Hezbolá. El líder de esta organización, Nasrala, fue asesinado en estos barrios del sur de Beirut la semana pasada. Los cráteres de las bombas lo recuerdan a diario. El mismo miércoles todos los habitantes supieron que nadie dormiría cuando el portavoz militar israelí Avichay Adraee les pidió a través de los medios que se alejaran a más de medio kilómetro del extrarradio.

El éxodo

Los ataques de esta naturaleza se han extendido también a la frontera sur libanesa, donde ha habido orden de evacuar otras 25 localidades . Con éstas, se acerca al centenar las poblaciones desalojadas en cuatro días, lo que ha generado un tremendo movimiento de desplazados hacia el norte. Azuzados por el terror de una ofensiva que ha matado a 2.000 personas desde la semana pasada, 65 en cuestión de las últimas 24 horas, 1,2 millones de ciudadanos han abandonado sus hogares hacia un futuro incierto. Adelante quedan las instalaciones y campamentos que puedan ser habilitados. La ONU califica este objetivo de prioritario. Atrás quedan unas casas que, dada la virulencia de los ataques, es posible que nunca puedan recuperar y queden reducidas a escombros.

En medio de todo esto se encuentran también los suburbios libaneses al sur de la capital, regiones y áreas urbanas densamente pobladas por distintos grupos y religiones que viven día a día escrutando el cielo en busca de los aviones de reconocimiento de Israel. Las carreteras atestadas de tráfico habitualmente están desiertas. El periódico 'Al-Akhbar' ha cronometrado el trayecto en la denominada carretera del Mártir Hadi Nasrallah. Donde hace diez días recorrer cuatro kilómetros costaba una hora, ahora «se hace pocos minutos». Pocos se aventuran a circular por calles y carreteras abiertas donde en cualquier momento puede producirse una incursión aérea. Se teme tanto a los cazabombarderos como a los drones armados. A Libano han llegado muchas historias de milicianos y cargos de Hamás, Hezbolá o la Yihad Islámica siria que han saltado por los aires en sus coches de un solo disparo de un avión no tripulado..

Hay muchos barrios en estas poblaciones donde los daños de operaciones militares antiguas y redadas más actuales todavía son bien visibles en los edificios, las tiendas y las avenidas. Aunque, como destaca 'Al-Akhbar', hasta ahora no habían perdido su vida callejera.

Por las mañanas es el momento de mayor tránsito. Numerosos desplazados hacia el norte regresan a comprobar si sus viviendas siguen en pie o a recoger alimentos, ropa y otros enseres. Quedan menos comercios abiertos en los suburbios. En la última semana, muchos propietarios han cargado furgonetas con el material de sus tiendas y se lo han llevado a otros lugares más seguros para no perder su valor. Otros establecimientos y negocios siguen en funcionamiento, aunque al atardecer evitan encender las luces. «Abrimos nuestras casas para controlarlos y vaciamos el contenido de los frigoríficos», dice Fadia, que ha encontrado asilo temporal en Al-Kafa'at. «Parece que la estancia será larga, así que aumentamos las provisiones y ropa que podemos llevarnos».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Beirut, conmocionada por los bombardeos que sacuden el centro de la capital