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Cráter de un obús en la localidad de Deir al-Balah, en Gaza. EFE

Las armas se toman una pausa en Gaza

Un ataque con misil de Israel antes de la tregua mató a ocho miembros de una familia en la que el padre, según Tel Aviv, era un dirigente de Yihad Islámica

Mikel Ayestaran

Jersusalén

Jueves, 14 de noviembre 2019, 20:28

Las armas callaron en Gaza después de 48 horas de violencia. Yihad Islámica (YI) e Israel acordaron el cese de las hostilidades gracias a la mediación de Egipto y Naciones Unidas y pusieron fin a dos días en los que 34 palestinos perdieron la ... vida y Yihad Islámica lanzó 400 cohetes a territorio israelí. En esta ocasión fue la facción palestina próxima a Irán la que llevó el peso de una lucha en la que Hamás, grupo que gobierna la Franja desde 2007, permaneció en segundo plano.

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Según YI, Israel se comprometió a detener lo que presenta como asesinatos selectivos de sus líderes y a dejar de emplear fuego real para contener las manifestaciones que cada viernes se organizan en la verja de separación en el marco de la Gran Marcha del Retorno. El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, se limitó a decir que «la tranquilidad será respondida con tranquilidad» y en declaraciones a la emisora del Ejército recordó que su país «no vacilará en atacar a aquellos que le hagan daño, desde la Franja de Gaza o desde cualquier lugar».

Como ocurre cada vez que se anuncia un alto el fuego, las dos partes son conscientes de que se trata de un pausa antes de la próxima escalada de tensión. En esta ocasión fue Israel el que prendió la chispa el martes de madrugada con el asesinato de Baha Abu al-Ata, de 42 años, jefe del brazo militar de Yihad Islámica, a quien responsabilizaba de numerosos ataques y de ser una amenaza para las treguas pactadas con Hamás. La supuesta acción selectiva contra Al-Ata se cobró también la vida de su esposa, Alma, de 39 años.

En declaraciones a este medio, el analista Tareq Baconi, autor de 'Hamas Contained', se mostró opuesto a la sensación de ruptura entre los grupos palestinos y aseguró que «las cosas entre ellos no cambiarán porque tienen una fuerte relación táctica y estratégica». Alg que quedó claro en las tres grandes operaciones lanzadas por Israel contra la Franja desde 2008.

Fuentes consultadas próximas a Hamás no quisieron hablar de «división» y subrayaron el rol que tiene el grupo al frente del Gobierno de una Franja que no está en condiciones de soportar una ofensiva a gran escala como la de 2014. Desde YI trataron de mostrar el alto el fuego con Israel como «una victoria» y señalaron que estas 48 horas de lucha en solitario les sirvieron para «que no nos vean como el hermano pequeño de Hamás. Hemos demostrado que somos capaces de pelear solos».

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En su último día, antes de que se acordara la tregua, la escalada costó la vida a ocho miembros de una familia de Gaza, cuya vivienda recibió el impacto directo de un misil israelí. Tres de las víctimas eran niños y dos, mujeres, según Reuters. Israel justificó el ataque diciendo que el padre, Rasmi Abu Malhous, era un dirigente de Yihad Islámica.

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