T. Nieva
Lunes, 5 de junio 2023, 10:15
Un final feliz con 20 años de retraso. Así se podría resumir el caso de Kathleen Folbigg, una australiana condenada a prisión en 2003 por la muerte de sus cuatro hijos, y que ha sido finalmente indultada por el fiscal general de Nueva Gales del ... Sur, Michael Daley. Y todo gracias a una investigación liderada por la inmunóloga española, Carola García Vinuesa, y que ha servido para presentar «dudas razonables» sobre su culpabilidad en la muerte de los pequeños.
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Folbigg, de 55 años y conocida como «la peor asesina en serie de Australia», fue condenada por matar a tres de sus hijos, y por homicidio involuntario de su primogénito, entre los años 1989 y 1999. Los bebés tenían entre 19 días y 19 meses. La acusada siempre ha mantenido su inocencia, asegurando que todos sus hijos murieron por causas naturales y no tras asfixiarlos, como sostenían los fiscales desde hace dos décadas.
La revisión de este caso ha tenido lugar después de que una investigación científica, que se inició en mayo del año pasado, apuntara a una posible mutación genética que provoca arritmias letales. Los puntos clave de este nuevo informe firmado por la científica española y que ha llevado a la decisión del indulto incluyen «la posibilidad razonable» de que tres de los cuatro niños murieran por causas naturales.
El juez retirado Tom Bathurst, quien encabezó la nueva investigación, señaló que se encontraron condiciones médicas que podrían responder por tres de las muertes. Asimismo, precisó que dos niñas tienen una rara mutación genética mientras que un niño habría tenido una «condición neurogénica subyacente». Dados estos factores, Bathurst determinó que la muerte del cuarto niño tampoco resultaba sospechosa y agregó que no podía aceptar que «Folbigg fuera otra cosa que una madre cariñosa con sus hijos».
Finalmente, la Justicia australiana terminó por rendirse a las evidencias. «En aras de la justicia, Kathleen Folbigg debe ser liberada de custodia lo antes posible», declaró Daley este lunes. «Creo que todos tenemos que ponernos en el lugar de Folbigg y dejarle ahora el espacio que necesita para continuar con su vida; no acosarla o perseguirla de ninguna manera. Ha sido un calvario de 20 años para ella. Le deseamos lo mejor para el resto de su vida», ha indicado el fiscal general, tal y como recoge 'The Sydney Morning Herald'.
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La Academia Australiana de las Ciencias, que ayudó en la investigación, dijo estar «aliviada» de que se hiciera justicia con Folbigg. En 2021, decenas de científicos de Australia y del exterior del país firmaron una petición pidiendo la liberación de Folbigg tras los nuevos análisis del caso.
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