El Museo del Hermitage de San Petersburgo incorpora obras al sistema virtual

Por primera vez, el prestigioso museo ruso se propone llevar a cabo una subasta de versiones tokenizadas de cinco obras de sus fondos: Madonna Litta de Leonardo da Vinci , Judit de Giorgione, Lilac Bush de Vincent van Gogh, Composición VI de Vasili Kandinski y La esquina del jardín en Montgeron de Claude Monet. El ganador de la subasta poseerá estas obras de forma virtual. Se trata, según el museo, de «proporcionar un nuevo nivel de accesibilidad a las colecciones del Hermitage», subrayando que la digitalización supone «una nueva etapa en el ámbito de la colección de obras de arte».

Pero en Rusia las criptomonedas están prohibidas casi por completo y la circulación de otros tipos de tokens es muy limitada. Las leyes que en el país eslavo regulan la venta de activos digitales obligan a la mayor parte de las propiedades criptográficas a registrarse en el Banco Central de Rusia, especialmente a efectos fiscales.

Sin embargo, los abogados han desarrollado un modelo que cumple plenamente con la legislación, lo que, según fuentes del Hermitage, permitirá integrar el mercado ruso en la circulación internacional de NFT, los cuales pueden representar un contenidos digital o un activo físico, pero que no son divisibles. Una obra de arte no se puede partir en fragmentos. Se almacenan en una blockchain, principalmente la de Ethereum.

Para cada pintura, se crearán dos copias del NFT: una de ellas se almacenará en el Hermitage y la otra se presentará en el mercado de Binance, cuyas ventas se realizarán en formato de subasta. Todos los ingresos de la venta se transfieren al Museo del Hermitage y cualquier usuario de Binance podrá pujar. Cada copia digital está firmada personalmente por Piotrovski.

En declaraciones al diario ruso Kommersant, Helen Hai, directora de Binance NFT, señaló que «el hecho de que uno de los museos más grandes el mundo reconozca la tecnología blockchain y NFT supone un nuevo paso hacia la digitalización global». Piotrovski, por su parte, considera que «las nuevas tecnologías, la blockchain en concreto, han abierto un nuevo capítulo en el desarrollo del mercado del arte, a la cabeza del cual está la posesión y la garantía de esa posesión». A su juicio, »hace que el lujo sea más accesible, pero siendo al mismo tiempo excepcional, exclusivo (...) los tokens no fungibles brindan la garantía de que el comprador es el único propietario de una copia específica y dan la sensación de poseer una obra digital única creada una sola vez«.