Secciones
Servicios
Destacamos
Byron Kaye
Jueves, 16 de diciembre 2021, 12:55
Cinco niños perdieron la vida y otros cuatro tuvieron que ser ingresados en estado grave en un hospital tras caer desde una altura de cerca de diez metros después de que una ráfaga de viento levantara del suelo en la mañana de este miércoles –madrugada ... de este jueves en España– un castillo hinchable en la escuela de primaria de Hillcrest, en el municipio de Devonport, dentro de la isla australiana de Tasmania, según explicó el comisario de la Policía Darren Hine a la cadena de televisión local ABC.
Las autoridades creen que el accidente fue provocado por un deficiente anclado de las instalaciones. Sin embargo, remitieron a una investigación posterior para valorar las causas. También se negaron a desvelar las edades de las víctimas. Sí se supo que los estudiantes cursaban quinto y sexto grado de Primaria, por lo que normalmente pueden tener 10 o 11 años.
Hine subrayó que la investigación «llevará algo de tiempo» y recalcó que lo principal ahora era «apoyar a los que se han visto trágicamente afectados por lo sucedido». Personal de los servicios de emergencia será el encargado de analizar las circunstancias que rodearon el incidente.
«Estos niños debían estar celebrando su último día de clase antes de las vacaciones navideñas y, en su lugar, nos encontramos todos llorando su pérdida», manifestó. «Nuestros corazones están rotos por las familias y seres queridos, compañeros de clase y profesores de estos jóvenes que se han ido demasiado pronto», agregó.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, lamentó la «devastadora» tragedia y trasladó su pésame tanto a los allegados como a las autoridades de Tasmania. Morrison tenía previsto realizar hoy un viaje político a la isla, pero finalmente optó por aplazar la visita por «respeto», según señaló un portavoz.
El siniestro ya es considerado el más mortífero de la historia de Australia entre los relacionados con atracciones y provocó una ola de incredulidad y duelo. Las distintas cadenas de televisión emitieron imágenes de los familiares que llegaron al centro escolar sin saber si entre las víctimas se encontraban sus hijos o nietos. Fue el caso de Mark, un abuelo que vio como sus ojos se inundaban con lágrimas de alivio al comprobar que su nieta estaba a salvo. Johathan, por su parte, también se sintió reconfortado al cerciorarse de que su hija solo sufrió pequeñas lesiones en una pierna.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.