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Angela Merkel, en su habitual rueda de presa de verano. AFP
Un tribunal de Berlín autoriza la protesta de los negacionistas del coronavirus
Diario de corresponsales

Un tribunal de Berlín autoriza la protesta de los negacionistas del coronavirus

Merkel define las prioridades de Alemania en los próximos meses para luchar contra la pandemia

colpisa

Viernes, 28 de agosto 2020, 09:30

POR JUAN CARLOS BARRENA

La epidemia de coronavirus ha determinado la vida de los alemanes desde principios de año y amenaza con convertirse en un problema creciente en los meses fríos que se avecinan, subrayó este la canciller federal, Angela Merkel, quien advirtió a los ciudadanos alemanes de que ... en los próximos meses hay que contar con que la situación se agrave aún más frente al verano, dado que será inevitable pasar más tiempo encerrados entre cuatro paredes. «El virus es una desconsideración para la democracia. Esto es algo que nos preocupa y nos tomamos muy en serio», señaló Merkel en referencia al dictado de restricciones y el recorte de libertades, durante su tradicional rueda de prensa de verano ante los periodistas acreditados ante el Gobierno.

«Desde hace más de medio años el coronavirus determina mi trabajo», confesó la canciller federal, para insistir seguidamente en que «nos veremos obligados a convivir más tiempo aún con este virus». Añadió que, mientras no existan una vacuna y un medicamento efectivos, «la única esperanza solo puede residir en que hagamos frente a la enfermedad evitando que nos amenace a nosotros y a los grupos de riesgo».

La jefa del gobierno alemán desarrolló los tres objetivos prioritarios de su gobierno para hacer frente a la pandemia en otoño e invierno y afirmó que su ejecutivo hará todo lo posible para que los niños no se conviertan en los grandes perdedores de la epidemia. «Y me refiero a todos los niños, da igual cual sea su entorno», destacó la política conservadora, quien advirtió de que no puede haber rezagados en el colegio y reconoció que el retorno a los centros educativos en un ambiente de normalidad relativa es una de las tareas más complicadas para las autoridades. No menos importante para el ejecutivo de Berlín es reactivar lo antes posible la vida económica en Alemania para mantener las empresas y conservar los empleos. La canciller destacó la necesidad de conservar e impulsar la capacidad innovadora alemana y se refirió a la protección del clima como uno de los campos en el que es posible su desarrollo.

Como tercer objetivo Merkel planteó procurar mantener en la medida de lo posible la cohesión social y recordó que la pandemia supone un reto, que resulta mayor para algunos sectores de la sociedad entre los que citó a la gente de avanzada edad, los necesitados de cuidados permanentes, los estudiantes, las familias con niños pequeños en viviendas reducidas, los pequeños empresarios y los artistas. La canciller aseguró que es necesario mantener un diálogo abierto con todos ellos. La canciller federal celebró que durante la crisis del coronavirus la gran mayoría de la población «haya demostrado tener sentido común, responsabilidad y humanidad».

Los errores cometidos

Preguntada por los errores cometidos a la hora de gestionar la pandemia, Merkel reconoció que el Gobierno federal ha tenido que reaccionar y corregir decisiones sobre la marcha. «Cuando nos enteramos de algo nuevo decidimos tomar nuevas medidas», señaló para reconocer seguidamente que nunca habría pensado que toda España podría ser declarada región de riesgo este verano. Igualmente defendió como «absolutamente necesarias» las ayudas multimillonarias acordadas por el ejecutivo para sostener la economía durante la crisis y aseguró que las arcas alemanas se pueden permitir todo lo aprobado , si bien admitió que la crisis supone un reto «para nuestra capacidad financiera».

En cuanto a las relaciones con Rusia y el presunto envenenamiento del disidente Alexei Navalni, que se encuentra hospitalizado en la capital alemana, la jefa del gobierno germano señaló que lo sucedido supone un nuevo revés para los contactos entre Berlín y Moscú, pero defendió mantener el diálogo abierto con el Kremlin. Comentó que su deseo es una reacción conjunta de la Unión Europea ante este caso, ya que «no se trata de un problema alemán, aunque Alemania haya acogido al señor Navalni».

Angela Merkel exigió además de Moscú que respete la soberanía de Bielorrusia y afirmó que sus habitantes deben poder seguir su propio camino. Tras revelar que el presidente bielorruso, Alexander Lukaschenko, se ha negado a hablar con ella por teléfono, dijo que la situación en ese país le recuerda el final de la extinta República Democrática Alemana, aunque las circunstancias son otras. Entonces la Unión Soviética toleró la revolución pacífica, mientras la situación hoy en Bielorrusia no es tan favorable como hace 30 años.

Sobre la posibilidad de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, resulte reelegido en los comicios presidenciales del próximo 3 de noviembre, Merkel aseguró que está acostumbrada a colaborar «con todo presidente electo», aunque admitió que existen muchas diferencias de opinión y comparten solo unas pocas convicciones, como que la OTAN es una alianza importante.

Peticiones de los médicos

Por otra parte, este jueves el presidente del Colegio Federal de Médicos (BAK), Klaus Reinhardt, ha exigido que la policía supervise el control del cumplimiento de las cuarentenas domiciliarias, después de que el gobierno federal y los de los 16 estados federados acordaran este jueves endurecer para aquellas personas que retornan o llegan a Alemania procedentes de países o regiones de riesgo la política preventiva para evitar la expansión del coronavirus.

Tras comentar que los médicos y el sistema sanitario tienen ya suficiente trabajo con rastrear las cadenas de infección y ordenar las medidas de aislamiento, Reinhardt afirmó en declaraciones a la agencia DPA que «la vigilancia del cumplimiento de esas medidas y la ejecución de sanciones debe ser asumida por otros, por ejemplo por la policía».

Reinhardt celebró que Berlín y los 16 estados federados lograran unificar una buena parte de las medidas contra la pandemia. «Otra cosa no haría sino confundir a la gente», señaló el jefe de los médicos alemanes, quien advirtió de que «no contribuye a la aceptación de las medidas preventivas el hecho de que las estructuras de registro de casos y las medidas de cuarentena que ordenan las oficinas de sanidad lleguen a ser diferentes incluso entre municipios vecinos». Además afirmó que «Alemania vive la más grave crisis sanitaria y económica de las últimas décadas» y criticó que en muchas oficinas sanitarias todavía estén trabajando con medios analógicos en vez de digitales. Esto debe cambiar inmediatamente».

El presidente del BAK celebró que las autoridades germanas mantengan la prohibición de celebrar grandes eventos culturales, sociales o deportivos. «Antes de arriesgarnos a cerrar de nuevo los colegios o incluso un nuevo parón económico hay que seguir limitando los contactos sociales, dijo Reinhardt, quien demandó también la realización de test rápidos de coronavirus que pueden dar resultados en una hora. «Los médicos podrían entonces asesorar inmediatamente, en los centros de testeo o sus consultas, a los pacientes y ordenar de ser necesario la reclusión en cuarentena», explicó finalmente el experto.

Por su parte, la Federación Alemana de Funcionarios (DBB) ha denunciado la avalancha de trabajo que se avecina para la policía y las distintas administraciones a la hora de imponer las nuevas medidas acordadas por los gobiernos federal y de los estados federados para combatir la pandemia y advertido de que será necesario crear miles de nuevos puestos de trabajo. «A la policía y las oficinas sanitarias les viene encima una enorme carga de trabajo», dijo Ulrich Silberbach, presidente de la DBB, quien, pese a todo, celebró los acuerdos alcanzados en Berlín porque ayudarán a evitar una segunda paralización de la actividad económica en Alemania.

Manifestaciones contra la política de restricciones

Asimismo, el Tribunal Administrativo de Berlín ha tumbado hoy la prohibición dictada por la policía para la celebración este fin de semana en la capital alemana de varias manifestaciones contra la política de restricciones del gobierno federal para gestionar la crisis del coronavirus. Un portavoz de la cámara anunció que la mayor de las protestas convocadas, para la que se había solicitado permiso para reunir a más de 20.000 personas, podrá tener lugar, aunque bajo condiciones. Sin embargo, la decisión no es definitiva, ya que se puede recurrir a una instancia superior. El Senado de Berlín apelará la sentencia ante el Tribunal Superior Administrativo de la ciudad, según anunció nada más conocer la sentencia la presidenta de la policía berlinesa, Barbara Slowik. El senador de Interior, Andreas Geisel, comunicó a su vez que la policía se prepara para cualquier eventualidad y ha solicitado miles de refuerzos de agentes antidisturbios a varios estados germanos y a la Policía Federal para imponer las condiciones dictadas por el tribunal o, llegado el caso, la posible prohibición final de las protestas.

La mayor de las diez manifestaciones que habían sido inicialmente prohibidas por las autoridades locales ha sido convocada este sábado por un movimiento de inconformistas de Stuttgart en la avenida que conduce a la Puerta de Brandeburgo. La prohibición había sido dictada con el argumento de que es de esperar que los participantes no respeten las normas de higiene y marchen sin mascarilla puesta y sin guardar la distancia física mínima lo que supone un riesgo para la población. La policía subrayó que en una protesta similar celebrada el pasado 1 de agosto los asistentes ignoraron descarada e intencionadamente las normas dictadas para prevenir la propagación del virus Sars-Covid-19. Críticos con las restricciones impuestas por las autoridades y defensores de las libertades constitucionales, pero también negacionistas de la enfermedad, militantes antivacunas y seguidores de teorías conspirativas, así como ultraderechistas y neonazis, se sumaron entonces a la manifestación y se espera que repitan este fin de semana.

El Tribunal Administrativo de Berlín levantó la prohibición tras una demanda de los organizadores por entender que no existen condiciones para el veto. No existen indicios suficientes de que la manifestación pueda considerarse una amenaza para la seguridad pública, señaló su portavoz, quien añadió que los convocantes han presentado un concepto de higiene y las autoridades locales no han podido demostrar que no vaya a cumplirse. Los jueces condicionaron la celebración de la protesta a una serie de exigencias concretas como la de mover la tribuna principal de lugar para conceder más espacio al público, guardar una distancia mínima de 300 metros entre las pantallas gigantes de vídeo que van a instalarse y que por megafonía se recuerde regularmente a los asistentes que deben guardar una distancia física mínima entre sí. No figura entre las exigencias del tribunal la obligación de llevar mascarillas puestas.

Pese a la prohibición inicial, las autoridades de Berlín no han descartado en ningún momento que pudiesen producirse protestas ilegales. En varios portales de internet, también de grupos ultraderechistas y neonazis que llaman al «asalto de Berlín», existen numerosas llamamientos a acudir a protestar a la capital alemana. La policía de la ciudad ha recibido además en los últimos días miles de solicitudes de permisos para la celebración de manifestaciones para suplir a las que habían sido prohibidas. Las peticiones se pueden hacer de manera rápida y sencilla a través de la página web de la policía de Berlín.

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