Homenaje al diputado 'tory' David Amess, asesinado el pasado viernes. AFP/Vïdeo: ATLAS

Johnson advierte que quienes cometen «actos de maldad nunca triunfarán sobre la democracia»

El primer ministro británico encabeza el homenaje que Westminster tributa al diputado 'tory' Ammes mientras debate sobre la seguridad de los políticos

Paula Rosas

Londres

Lunes, 18 de octubre 2021, 19:59

Con tristeza y unidad, reviviendo con emoción y humor anécdotas de sus casi cuatro décadas de servicio, y dispuestos a no permitir, como prometió el propio Boris Johnson, «que los que cometen actos de maldad triunfen sobre la democracia y el Parlamento que sir David ... tanto amaba», la Cámara de los Comunes rindió tributo este lunes al diputado conservador asesinado el viernes en un atentado que la Policía considera terrorismo islamista. Los representantes recordaron a David Amess como un hombre decente, comprometido y amable, según las palabras de sus compañeros y rivales políticos, que dejaron por un día sus diferencias aparcadas en la puerta.

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Fuera de la Cámara, sin embargo, el debate giró en torno a la seguridad de los cargos electos en Reino Unido, ya cuestionada tras el asesinato de la diputada laborista Jo Cox hace cinco años en plena campaña del referéndum sobre el 'brexit'. Amess fue asesinado en una iglesia de la localidad de Leigh-on-Sea en un encuentro con votantes. El atacante había solicitado, al parecer, una cita para reunirse con él. El Gobierno sopesa ahora ofrecer protección policial a los políticos en estos encuentros y, según la ministra del Interior, Priti Patel, se baraja incluso el uso de arcos de seguridad como los que se utilizan en los aeropuertos. Por el momento no hay nada específico, pero el refuerzo de las medidas de seguridad no convence a todos por igual.

Las 'surgeries', como se conoce esta cita semanal de los viernes entre los diputados y los miembros de las comunidades a las que representan, son unas de las bases del sistema parlamentario británico, permiten el contacto directo entre los políticos y los problemas cotidianos de sus electores, ayudan a no perder la perspectiva sobre lo que importa en la circunscripción y a rendir cuentas con los votantes. Algunos diputados consideran, sin embargo, que la presencia policial podría desanimar a los electores y pervertir la naturaleza de estos encuentros. El propio primer ministro pidió ayer a los diputados que no redujeran el contacto con los ciudadanos y que no se amedrentaran por «aquellos que buscan dividirnos y extender el odio».

Insultos y amenazas

Son muchos los políticos que en los últimos días han denunciado los insultos y amenazas a los que se ven sometidos casi a diario, alimentados por el deterioro del debate político, en un clima enrarecido por el 'brexit' y las dificultades de la pandemia, y al abrigo del anonimato de las redes sociales. El último ha sido el exministro de Exteriores, Dominique Raab, que este lunes reconocía que había recibido tres amenazas de muerte en los últimos dos años, según explicó al canal ITV, o el propio presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsey Hoyle, al que amenazaron por Twitter con ponerle una bomba en el coche. Patel ha asegurado que la Policía ya está en contacto con aquellos representantes que han recibido algún tipo de amenaza y, ayer mismo, un hombre de 76 años fue detenido tras amenazar de muerte a otro diputado laborista, Chris Bryant.

Pero no está claro, sin embargo, que este refuerzo hubiera salvado a David Amess, sobre el que no pendía ninguna intimidación concreta. La Policía investiga si el detenido tras el ataque, Alí Harbi Alí, de 25 años, lo eligió al azar por ser un representante público y aún busca pistas sobre sus posibles motivaciones. Según diversos medios británicos, el joven podría haberse radicalizado viendo vídeos en internet de predicadores extremistas. Precisamente, las horas pasadas delante de las pantallas durante el confinamiento preocupan los servicios de inteligencia británicos que consideran, según publicaba este lunes el 'Daily Telegraph', que podrían dar lugar a una ola de ataques de 'lobos solitarios' radicalizados durante los largos meses de encierro por la pandemia.

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