Aroma de Regencia de Carlos en la apertura del Parlamento

El Discurso de la Reina es una representación ritual de la idea constitucional del Reino Unido, la de ser gobernados mediante la soberanía de «la Reina en el Parlamento». Se ilustra cada año con esplendor de carruajes, cornetas y atuendos medievales. La monarca inaugura el curso parlamentario leyendo, en el trono de la Cámara de los Lores, el programa de leyes escrito por el Gobierno.

La reina leyó el discurso en 2021 acompañada por su hijo, Carlos, un mes después del fallecimiento de su marido, Felipe de Edimburgo. Lo había pronunciado cada año de su largo reinado salvo en tres ocasiones, en las que los embarazos le retuvieron en palacio. La de este martes fue la primera vez que la monarca no participaba en la ceremonia desde hace 59 años.

Carlos fue acompañado en el carruaje y en la ceremonia por su esposa, Camilla, duquesa de Cornualles y por Guillermo, duque de Cambridge. En su recorrido por los pasillos y la Galería Real del Palacio de Westminster, caminaron por detrás de un paje que portaba la Corona Imperial de Estado, sobre un cojín que sostenía con sus manos. Pesa más de un kilo e Isabel II renunció a llevarla en 2021.

Carlos no se sentó en el trono de la Cámara que acogió en su día a los aristócratas y que ahora tiene su espacio desbordado por lores de todos los rangos. En la ceremonia anual, un ujier llama a los miembros de los Comunes, que caminan hacia la vecina sala de los lores, cuyos asientos suelen ocupar también embajadores en la Corte de St. James.

Carlos observó con aparente melancolía la corona, depositada durante el Discurso en el cojín sobre un banquillo. Las sucesivas cancelaciones de la reina, que solo ha presidido en los últimos meses el servicio religioso en memoria de su marido, ponen en duda que pueda unirse a los actos de su Jubileo de Platino, siete décadas de reinado. Los eventos principales están previstos en el primer fin de semana de junio.

Hay un aire de regencia en el Reino Unido, con el príncipe de Gales extendiendo sus actividades de representación de la corona y Camilla multiplicando también sus actividades. Guillermo y Catalina han sido criticados en el pasado por no asistir a muchos actos ceremoniales, pero suplen ahora a la reina, a Carlos y Camilla, más ocupados, y huecos dejados por la marcha de Enrique y Meghan a Estados Unidos.

En el Discurso de la Reina de este martes el aroma de regencia era más punzante, porque la ausencia de Isabel II, cuyo reinado está siendo celebrado por su dedicación constante y metódica, solo puede justificarse, en el caso de esta ceremonia, por algún aspecto de su salud, cuya mejoría parece a su edad improbable. El príncipe Carlos está de hecho al mando de la monarquía británica, con el asesoramiento de su madre.

Príncipe con sus propias ideas y corresponsal incansable con ministros de sucesivos gobiernos, a los que aconseja tal o cual acción, leyó la promesa de leyes del Gobierno de Johnson sobre el planeamiento urbano o sobre la energía sin poder expresar su opinión. Su entorno es investigado por la Policía por sospechas de otorgar títulos a millonarios que financiaron sus organizaciones benéficas.