Irán, un sistema en manos del Líder

El sistema iraní se basa en corrientes o movimientos, pero no en partidos políticos en su sentido tradicional. Hay dos grandes bloques denominados reformista, o moderado, y principalista, o conservador, pero las diferencias son leves y comparten la fidelidad sin fisuras hacia el Líder Supremo y la república islámica.

La economía es la prioridad del programa reformista y la necesidad de levantar las sanciones internacionales llevó a Rohani a acelerar el pacto nuclear con Occidente. Libres de castigos, el siguiente paso era atraer inversiones extranjeras y bajar el nivel de desempleo, que entre los jóvenes es de un 50 por ciento, pero tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca su plan se vio frustrado.

Es la máxima autoridad religiosa y política del país. Es una cargo creado tras el triunfo de la revolución islámica y que ocupó primero el ayatolá Jomeini y desde 1989 el ayatolá Jamanei. Su poder no puede ser puesto en entredicho ya que se basa en el principio del «velayat-y-faqih», que le da la supremacía espiritual y le convierte en guía infalible.

Tiene el poder máximo sobre todas las decisiones importantes en la república islámica como fue el acuerdo nuclear con Occidente y no lo frenó. Dependerá del tipo de cambio que se plantee y de si considera que puede afectar a la supervivencia del régimen.

El veto se realiza por motivos «técnicos» e «ideológicos» y es competencia del Consejo de Guardianes, que en estas elecciones ha apartado a un número récord de reformistas y moderados. Seis de sus miembros los nombra el Líder y los otros seis el poder judicial.

La juventud en los centros urbanos se ha movilizado para que los cambios iniciados por Rohani en política exterior se puedan traducir en una mayor apertura dentro del sistema. Empresarios, gente del mundo de la cultura… los iraníes de clase media y alta que miran a Occidente y quieren pasar página a las últimas tres décadas.

Son los más cercanos al Líder Supremo y a la Guardia Revolucionaria, el grueso del funcionariado público, las clases menos favorecidas que viven gracias a los apoyos de instituciones de caridad y los habitantes del Irán más rural y conservador.