Investigadores británicos aseguran que la vacuna contra el coronavirus podría llegar en septiembre

Unos 30 equipos están trabajando en diferentes lugares del mundo para identificar una vacuna. Gilbert lo hace como profesora universitaria y en Vaccitech, un centro de investigación de vacunas contra la gripe y patógenos emergentes que ella cofundó. En la entrevista que publica el diario, manifiesta su frustración porque no se hiciera caso a su recomendación de invertir en más vacunas.

Los ensayos con animales han comenzado y Gilbert afirma que todo los resultados, con otros adicionales que no revela, son positivos. Las pruebas con humanos comenzarán 'pronto'. El equipo está identificando y hablando con países en los que la infección se propaga para organizar las pruebas, porque el confinamiento de la población en Reino Unido o España complica los ensayos.

El ente regulador británico está facilitando que el proceso avance a la mayor velocidad posible. Gilbert cree que, para que se cumplan los plazos y se cuente con una vacuna que proteja a la población de una nueva ola de virus en otoño, la fabricación tiene que comenzar antes de que la vacuna haya cumplido todos los trámites de certificación.

El gobierno federal alemán teme que debido a las fuertes restricciones de contactos personales el ambiente social empeore entre la población. «Lo más tarde tras la Semana Santa hay que contar con que se produzca un 'agotamiento por aislamiento'», señala un documento estratégico del ministro federal del Interior, Horst Seehofer sobre los «efectos psicosociales y sociológicos» de la crisis del coronavirus», revela el rotativo Tagespiegel. Hay que contar con que «en cualquier momento se hunda profundamente la actual aprobación mayoritaria de las medidas y que se cuestiones la necesidad, el sentido y la legalidad de las restricciones», subraya el papel.

Dos tercera partes de los alemanes se muestran satisfechos con la gestión de la crisis del coronavirus por parte del ejecutivo de la canciller federal, Angela Merkel, y la tendencia es al alza. Según un sonde del instituto demoscópico YouGov, el 66% de los ciudadanos de Alemania valora positivamente las medidas tomadas por el gobierno federal para combatir la pandemia. Hace dos semanas era el 54%. El índice de insatisfechos ha bajado del 38% al 27%. El gabinete de Merkel se reúne el miércoles próximo para decidir como continuará actuando a la vista de los datos sobre la epidemia en Alemania. Los seguidores de todos los partidos alemanes apoyan la gestión gubernamental con una sola excepción. El 52% de los votantes de la ultraderechista Alternativa para Alemania critica al gobierno por su política de crisis, aunque también se nota una tendencia positiva ya que hace dos semanas era el 68%.

Alemania continúa contando con un amplio excedente de camas de cuidados intensivos con respiración asistida, según datos de la Sociedad Clínica Alemana. Más de 10.000 camas se encuentran libres actualmente, después de que las autoridades sanitarias incrementasen apreciablemente su número de las 28.000 previas a la crisis a más de 40.000. «No contamos con servicios de urgencias saturados debido a la crisis del coronavirus», dijo el presidente de la citada sociedad, Gerald Gass, quien se mostró «optimista de que la atención a los pacientes de Covid-19 tenga lugar durante la Pascua sin ninguna estrechez». Gass subrayó que lo importante es mantener lo más plana posible la curva de contagios.

La Confederación de la Banca Alemana ha exigido del Banco Central Europeo un apoyo directos a los institutos crediticios del viejo continente por la crisis del coronavirus. Desde mediados de 2014 el BCE ha «recaudado» de los bancos europeos intereses negativos por valor de 26.500 millones de euros y ese dinero debería ser devuelto ahora, reclama Hans-Walter Peters, presidente de la cvitada confederación en el diario Süddeutsche Zeitung. «Los intereses negativos deben desaparecer. El BCE debe devolver ese dinero a los bancos en esta crisis», reclamó Peters.

El gobierno federal quiere apoyar a los países en desarrollo con fondos suplementarios durante la crisis del coronavirus. El ministro federal de Cooperación y Desarrollo, Gerd Müller, ha preparado un paquete de 150 millones de euros que será entregado al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. «La gente más pobre en los países en desarrollo son los que más sufren por la crisis del coronavirus», dijo Müller al grupo de medios Funke. Sobre todo quienes viven hacinados en campos de refugiados se encuentran en una situación dramática, añadió el ministro. «Debemos hacer todo lo posible para evitar que mueran de hambre», añadió el ministro alemán, que destinará 30 millones de euros al Líbano, donde viven más de un millón de refugiados sirios, y 56 millones a los países del Sahel.

El fabricante alemán de juguetes Playmobil ha comenzado a producir mascarillas reutilizables para proteger a la población en la epidemia de coronavirus. Fabricadas con los mismos plásticos que sus populares «clicks», las mascarillas no están destinadas al personal sanitario, sino a la población y pueden ser dotadas de filtros para proteger a sus portadores. Una parte de los ingresos por el producto será destinado a los fondos de la Cruz Roja Alemana para la epidemia. La producción se hace con las mismas máquinas de inyección de plástico de los juguetes aunque con nuevos moldes desarrollados por sus técnicos.

Por segundo día consecutivo, el número de pacientes en las unidades de cuidados intensivos francesas ha disminuido ligeramente, un «pálido rayo de sol» que parece marcar el inicio de «una meseta muy alta», según el número dos del ministerio de Sanidad, Jérôme Salomon, encargado diariamente de dar las terribles cifras de contagiados y fallecidos. Francia supera ya los 13.000 fallecidos, entre ellos un niño de menos de 10 años, que padecía otras enfermedades, pero que da una nueva dimensión a la tragedia.

Unos 160.000 policías y gendarmes han sido desplegados por todo el país para reforzar los controles durante este fin de semana de Pascua, en el que una parte del país inicia sus vacaciones de primavera. El Elíseo ha anunciado que el confinamiento se prolongará más allá del 15 de abril previsto inicialmente, y se espera que el presidente Emmanuel Macron dé más detalles sobre su duración en el discurso que dirigirá a la nación el lunes. También podría tratar otras cuestiones que están en el aire como el uso generalizado de mascarillas, el tratamiento, los tests, el seguimiento digital de los contagiados, los controles o las condiciones del desconfinamiento.

El centro nacional de crisis y el servicio federal de salud pública de Bélgica han informado este sábado de 327 nuevos fallecidos con coronavirus, de los que 219 se produjeron en residencias de mayores del país, los principales puntos de preocupación de las autoridades. Porque del total de las 3.346 muertes que ha provocado la pandemia, el 42% han tenido lugar en estos centros y el 55% en los hospitales.

Con respecto a la información aportada el viernes, se han producido 421 nuevas hospitalizaciones, lo que eleva el número de camas actualmente ocupadas a 5.635 (25 más en las últimas horas). 1.261 se encuentran en las unidades de cuidados intensivos (16 menos que la víspera) y 981 pacientes permanecen conectados a respiradores artificiales (12 menos). El dato positivo de cada jornada: 418 personas han recibido el alta lo que eleva el global a cerca de seis mil recuperados (5.986).

Los más de cien mil test que se han realizado hasta la fecha (la mayoría en el norte del país) han arrojado más de 28.000 positivos, los últimos 1.351 infectados se detectaron el viernes. 16.140 infectados residen en la región de Flandes, 8.468 en Valonia y 2.991 en la región de Bruselas.

El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, ya expresó el jueves su preocupación por la dinámica de contagios en la capital del país, la más afectada entre todas las demás ciudades y territorios, y ayer por la tarde anunció nuevas medidas para hacer frente a la pandemia, entre ellas el cese de toda la actividad económica e industrial no imprescindible durante una semana a partir del lunes.

Las restricciones se extienden fundamentalmente a los sectores de la construcción, que deberán suspender las obras, al del comercio, salvo alimentación, farmacia y artículos de primera necesidad, al de maquinaria industrial, papel, textil y peletería. Sobianin dijo en una nueva alocución televisiva que «estamos registrando un aumento de los enfermos graves por neumonía (...) los próximos días serán muy complicados».

El alcalde moscovita informó de que hay 25 hospitales en toda la ciudad ya preparados para recibir enfermos de coronavirus y otros 40 lo estarán en breve. Algunas televisiones rusas mostraban hoy una enorme cola de ambulancias con personas que presentan síntomas de neumonía intentando acceder a urgencias en el principal centro sanitario de Jimki, en la periferia de Moscú.

La vicealcaldesa de la capital rusa, Anastasia Rákova, manifestó el viernes que «el número de hospitalizaciones en los últimos días ha aumentado considerablemente en Moscú en comparación con la semana pasada, se ha duplicado -de 2.600 a 5.500- y el 85% son por coronavirus». Rákova alertó además de que «el número de pacientes en estado grave también ha aumentado (...) y hay en los hospitales de la ciudad más de 6.500 enfermos» de COVID-19. La vicealcaldesa dijo temer una avalancha en los próximos días que suponga para el sistema sanitario «una sobrecarga excesiva».

Sobianin señaló que casi el 75 % a de los moscovitas está obligados a observar el confinamiento domiciliario, pero lamentó que «no todos obedecen esta orden». Así que, además de amenazar con el endurecimiento de las multas, ha dispuesto a partir de lunes una sistema de permisos que se extenderán online para poder efectuar los desplazamientos por la ciudad por motivos laborales u otros que estén justificados. La provincia de Moscú que circunda la capital se ha unido a las medidas decretadas por Sobianin, según ha declarado su gobernador, Andréi Vorobiov.

Por su parte, el ministro de Sanidad ruso, Mijaíl Murashko, ve «lamentable» la «actitud irresponsable» de muchos rusos en relación con la necesidad de respetar las medidas de autoaislamiento. «Observamos que la población, desafortunadamente, no ha tomado plena conciencia y responsabilidad de las medidas que debemos adoptar. Lamentablemente, a nivel general, la población de Rusia no ha asimilado totalmente el nivel de gravedad de la situación», considera el ministro. A su juicio, «el pico de la pandemia en Rusia puede estar cercano, pero existen cálculos con la indicación de que podría retrasarse hasta el verano».

En las últimas 24 horas se han registrado en Moscú 1.030 nuevos casos de COVID-19, elevando la cifra total a 8.852. El de muertes se sitúa ya en 58. En el conjunto de Rusia, el número de infectados ha aumentado en 1.667, lo que supone un total en todo el país de 13.584 enfermos y 106 fallecidos.