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Caroline Conejero (Nueva York)
Jueves, 12 de septiembre 2019, 22:46
La Administración estadounidense reconoció públicamente ayer que Israel espiaba los teléfonos móviles del presidente, Donald Trump, y de otros miembros de su equipo y asesores como Steve Wynn, presentador de la cadena de televisión Fox y el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani.
Las «actividades ... anómalas» detectadas en los dos últimos años en la capital provienen de sistemas de vigilancia no autorizados conocidos que finalmente han sido atribuidos a operativos hebreos. Al parecer, utilizaron dispositivos emplazados en los alrededores de la Casa Blanca y en otras localizaciones sensibles en Washington.
A pesar de ello, desde el Ejecutivo norteamericano nunca se ha presentado una protesta contra el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, siempre definido como «amigo». Según declaraciones anónimas de tres exmiembros de la Administración Trump, el caso se ha tratado de forma muy diferente a como se hubiera realizado en presidencias pasadas. Ni siquiera se han producido críticas en privado ni se ha trasladado una mínima queja diplomática formal.
La oficina de Netanyahu, que lucha por su sobrevivencia política en las elecciones presidenciales del próximo martes, ha refutado estas acusaciones calificándolas de «mentiras» y ha señalado que su país tiene un compromiso desde hace largo tiempo de no espiar a Estados Unidos.
Los 'stingrays' son dispositivos de vigilancia en miniatura capaces de capturar llamadas y mensajes de móviles. Normalmente estos interceptores son del tamaño de un maletín y envían señales que 'engañan' a los teléfonos para que se conecten y se identifiquen compartiendo su información. Además, permiten conocer la localización exacta del usuario, así como el contenido de las llamadas y el uso de datos.
Ya el pasado año los medios de comunicación publicaron numerosas advertencias sobre el posible espionaje extranjero a Trump, un presidente conocido por su desdén a los protocolos de seguridad. En aquel momento se advertía de «espías chinos» y el teléfono del mandatario fue reforzado contra intrusiones.
En esta ocasión, un minucioso análisis forense de los interceptores permitieron al FBI y a otras agencias federales vincular los dispositivos de espionaje con Israel, como también confirmó una investigación posterior de la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia de Inteligencia Central y el Servicio Secreto.
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