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IVIA UGALDE
Jueves, 5 de agosto 2021, 20:08
La mayor ola de calor en cuatro décadas ha traído la guerra este verano al Mediterráneo oriental. La amenaza climática ha unido incluso a enemigos irreconciliables como Grecia y Turquía en torno a un mismo propósito: combatir la llamas, que también causan estragos desde hace ... días en Italia, Albania, Macedonia del Norte, Kosovo y Bulgaria. El sur de Europa arde mientras los bomberos libran una batalla contrarreloj por contener la catástrofe y preservar algunos de los principales símbolos del Viejo Continente.
La antigua Olimpia, donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la Antigüedad, era este jueves el reflejo más claro del drama provocado por los fuegos. La ciudad, normalmente abarrotada de turistas, tuvo que ser evacuada al igual que otras seis localidades cercanas por el azote de unas llamas que amenazaban los restos arqueológicos tras devorar decenas de casas en el oeste de la península del Peloponeso. Más de 170 bomberos, unos cincuenta vehículos y seis helicópteros e hidroaviones apoyados por el Ejército se afanaban por proteger la cuna donde la llama olímpica inicia su viaje hasta la sede que alberga los JJ OO modernos.
«Si hay personas con dudas sobre si el cambio climático es real, les pido que vengan aquí y vean la intensidad del fenómeno», aseguró el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, tras sostener que las autoridades hacían «todo lo humanamente posible» por combatir los incendios. La pesadilla que vivieron ayer los bomberos en Olimpia tras una noche sin descanso no fue mucho mejor en Atenas, donde el fuego se reavivó a las afueras del norte de la capital, a solo 20 kilómetros del centro.
Un despliegue de gran envergadura tuvo que ser igualmente necesario en la isla de Eubea, a 200 kilómetros de Atenas, para controlar otro incendio que se expandió como la pólvora tras ser declarado el martes en un terreno montañoso y arbolado. Cientos de viviendas ardieron, así como más de 25.000 hectáreas de pinares, mientras que unas 90 personas fueron evacuadas por mar el miércoles desde la playa de Rovies, y tuvieron que ser desalojados otros dos poblados.
La agonía griega se repetía al otro lado del mar Egeo, donde la vecina Turquía trasladaba a lugares seguros a centenares de habitantes a bordo de lanchas de guardacostas movilizados en el puerto de Oren. Los incendios, descritos por el presidente Recep Tayyip Erdogan como los peores que sufre el país en toda su historia, han devastado decenas de miles de hectáreas de bosque y obligado a huir a miles de residentes y turistas. Pero si algo preocupaba ayer sobremanera al Gobierno de Ankara era la situación de una central térmica, repleta de miles de toneladas de carbón, y con las llamas a sus puertas.
De la central de Kemerkoy, ubicada en la provincia de Mugla, tuvieron que escapar con lo puesto sus trabajadores mientras los bomberos batallaban anoche por alejar el fuego de las instalaciones, si bien los líderes regiones informaron de que «todos los productos químicos explosivos» pudieron ser retirados del lugar. «Libramos una guerra», reconocía el ministro turco de Agricultura, Bekir Pakdemirli, al tiempo que Erdogan equiparaba los fuegos con «amenazas terroristas».
En Turquía, donde ocho personas han muerto, se han registrado 187 incendios en ocho días. En Grecia, por parte, se contabilizaban este jueves 92 focos activos de los más de 150 decretados en las pasadas jornadas. Con temperaturas que superan los 40 grados y vientos secos y muy fuertes, el Mediterráneo oriental se ha convertido en un horno en llamas que afecta, aunque en menor grado, a otros países.
En Italia, los fuegos han arrasado ya cerca de 20.000 hectáreas en el oeste de la isla de Cerdeña, así como en Albania, donde las llamas se aproximaban a la base naval militar de Pashaliman y el parque natural de Llogara. En Macedonia del Norte, una decena de focos sigue sin extinguirse. En Kosovo, otros cuatro. Por su parte, en Bulgaria, donde los incendios han calcinado grandes áreas boscosas, uno de ellos se acercó a solo 300 metros del gasoducto que transporta carburante a Grecia.
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