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karen pinto garzón
Miércoles, 26 de agosto 2020, 01:13
El supremacista blanco que asesinó a 51 fieles musulmanes a tiros mientras rezaban en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, está a punto de ser condenado. La audiencia del australiano Brenton Tarrant, autor de la matanza que estremeció al mundo entero en marzo del año ... pasado, comenzó ayer y terminará mañana en el Tribunal Superior de la ciudad neozelandesa. Tras una ronda de desgarradores testimonios de unas 90 víctimas y supervivientes, el autor confeso de la masacre decidió este miércoles no tomar la palabra a la espera de conocer el jueves la condena.
En el tribunal se enfrentó a varios familiares de los fallecidos y a supervivientes del brutal ataque. Con testimonios desgarradores, expresaron su sufrimiento y rabia frente a Brenton de 29 años. Y le calificaron de «terrorista» que no debería «ver nunca más el sol». Aunque el arrepentimiento es una de las expresiones más humanas, según los testigos, no mostró ninguna señal de remordimiento por sus crímenes. «No puedo perdonarte», dijo Maysoon Salama, la madre de uno de los fallecidos. «Te diste a ti mismo la autoridad de tomar las almas de 51 personas. Mataste a tu propia humanidad y no creo que el mundo te perdone por tu horrible crimen», concluyó.
Brenton se declaró culpable del ataque unos días después de perpetrarlo, lo que hizo que se agilizara su juicio, por lo que se enfrenta a 51 cargos de asesinato, 40 de intento de asesinato y uno por terrorismo. Se prevé que sea sentenciado a cadena perpetua sin opción de libertad condicional, convirtiéndose en el primer hombre con ese tipo de condena en Nueva Zelanda.
La lectura de los hechos y de las declaraciones de Brenton no fue menos tormentosa, pues sobre esas páginas reposan los detalles del ataque y sus intenciones posteriores. El fiscal Barnaby Hawes leyó el resumen en el que se detalla que el objetivo del terrorista era incendiar ambas mezquitas, Al-Noor y Linwood, después del tiroteo y aunque no pudo «le habría gustado hacerlo». Y añadió que él «quería haber disparado a más personas de las que pudo». Su intención era «infundir miedo» a quienes describió como «invasores».
El juez del Tribunal Superior, Cameron Mander, escuchará 66 declaraciones. Unas cuantas ya se dijeron ayer, y escenifican el sufrimiento de quienes perdieron a sus seres queridos, y de los supervivientes. «Lloro mucho ahora. El recuerdo del tiroteo es muy difícil para mí. No puedo dormir bien. Estoy muy enojado ahora. No voy a mezquitas porque tengo miedo», dijo uno de los afectados.
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