Lourdes Gómez
Londres
Miércoles, 16 de octubre 2024
No hubo límites legales ni morales en la operación de una oscura unidad de Scotland Yard, la Brigada Especial de Manifestaciones (SDS), que se formó al calor de las protestas contra la guerra de Vietnam, en 1968. Sus agentes se infiltraron en un millar de sindicatos, grupos, asociaciones y partidos de izquierdas, donde lideraron misiones y perpetraron otros abusos que están saliendo a la luz en una investigación independiente, que preside el juez jubilado John Mitting desde 2014. Para ello incluso llegaron a formar familias con los activistas.
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«Fue una unidad policial política que sobrepasó los límites normales de la legalidad», expuso el abogado Peter Weatherby, que representa a la Asociación de Saboteadores de Cacerías. Cerca de 140 operativos de la SDS están bajo examen por acciones y falsedades cometidas hasta al menos 2010, incluidas la interferencia y manipulación de procedimientos judiciales.
Este es el caso de Dave Morris, cartero de profesión y activista comunitario desde 1974, quien declaró oralmente esta semana. Morris y su colega Helen Steel- cuyo testimonio se ha retrasado a noviembre- ganaron un pulso popular a McDonald's, en un pleito por difamación de la multinacional de la hamburguesa, que se prolongó de 1990 a 2005. «El juicio más largo en la historia legal inglesa», observó Morris sobre el McLibel (apodo adaptado en inglés) en su testimonio por conexión electrónica.
El ahora primer ministro, Keir Starmer, que se había licenciado en Derecho en 1985, asesoró legalmente a la pareja, sin cobrar honorarios, en la enconada batalla contra el gigante estadounidense. «Lucharon hasta el final y ganaron», se recuerda con orgullo en un video de la campaña al liderazgo laborista del abogado en Derechos Humanos y libertades civiles.
La encuesta pública está hurgando ahora en la implicación de la SDS en el McLibel, que afecta a Starmer. Morris identificó a dos agentes cómplices en el proceso: Bob Lambert, quien tuvo un hijo con una activista y desapareció de sus vidas durante años; y John Dines, quien, según explicó al juez, «maquinó una larga, fraudulenta, cínica y abusiva relación» con Steel.
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La falsa relación de pareja duró dos años, los «más importantes en términos de fijar la dirección y estrategia» del pleito abierto por McDonald's. Morris aludió a una sección del testimonio del agente infiltrado en que admite haber tenido acceso a información confidencial transmitida por Starmer. Los consejos del abogado llegarían a los jefes de la brigada e incluso al equipo de la multinacional.
«Es correcto decir que yo estuve al lado de Helen Steel y Dave Morris en 1991 y que transmití el consejo legal a mis jefes en la SDS», leyó de la declaración escrita del agente corrupto. La investigación continúa.
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