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Rafael M. Mañueco
Viernes, 21 de julio 2023, 12:19
Por cuarto día consecutivo, Rusia se afana en destruir el potencial de exportación ucraniano de cereales con el bombardeo de las terminales portuarias y los silos de grano en Odessa. El Ministerio de Defensa insiste en que tales ataques son la represalia por la incursión ... de drones acuáticos lanzada el lunes por Ucrania contra el puente de Kerch. Al mismo tiempo, la marina de guerra ha iniciado ejercicios de tiro en el mar Negro en una clara señal intimidatoria para disuadir a Kiev de que cualquier acción de fuerza contra sus navíos tendrá una drástica respuesta.
Ucrania advirtió ayer que, desde este viernes, considerará hostil cualquier barco que se dirija hacia puertos rusos o aquellas terminales situadas en los territorios ucranianos ocupados. La misma medida, pero en relación con las embarcaciones que naveguen hacia puertos ucranianos sospechosos de transportar carga militar, fue adoptada el miércoles por Moscú. Las espadas no pueden estar más en alto tras la negativa del Kremlin a prolongar el acuerdo de exportación de grano.
El Ministerio de Defensa ruso anuncia en un comunicado que las maniobras navales en curso de la Flota del Mar Negro consisten en ejercicios de tiro contra objetivos simulados con el fin de «aislar el área cerrada temporalmente a la navegación». La nota castrense precisa que «se ensayó la captura de un barco intruso y se disparó contra un blanco» flotante. «La tripulación del navío portamisiles 'Ivánovets' realizó disparos de combate con misiles de crucero antibuque contra un barco objetivo en una zona de entrenamiento en la parte noroeste del Mar Negro«m que »quedó destruido», añadió elministerio. Al mismo tiempo, navíos de guerra rusos y chinos participan en unas maniobras en el mar de Japón, durante las que, según la agencia TASS, «destruyeron una falsa mina flotante y repelieron un ataque de un objeto flotante enemigo de alta velocidad».
Los puertos ucranianos están ubicados en la costa de la parte noroeste del mar Negro. Funcionarios de la Administración estadounidense han especulado en los últimos días sobre la posibilidad de que Rusia pudiera lanzar ataques contra barcos civiles. Pero el embajador ruso en los Estados Unidos, Anatoli Antónov, ha rechazado tales suposiciones señalando que «los intentos de atribuir a Rusia la preparación de ataques contra barcos civiles son una falsificación».
La pasada madrugada, los silos de grano en Odessa fueron atacados con dos misiles «Kalibr» rusos desde un barco situado en el mar Negro. Así lo asegura en jefe de la Administración Militar local, Oleg Kiper, quien constató que se trata del «cuarto ataque contra la región de Odessa en lo que va de semana». Según Kiper, el bombardeo «ha destruido 100 toneladas de guisantes, 20 de cebada y herido a dos personas».
La portavoz del Mando Operativo Sur del Ejército ucraniano, Natalia Gumeniuk, ha asegurado en una aparición televisiva que los dos cohetes rusos han destruido prácticamente las instalaciones de una empresa agrícola en Odessa, casi todo el equipo y hasta dos coches de bomberos. Las explosiones han provocado un enorme incendio. Gumeniuk explicó que «los misiles fueron disparados según una trayectoria complicada y a baja altura, lo que impidió su detección y destrucción».
A juicio de los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra estadounidense (ISW), los actuales ataques contra infraestructuras de grano en Ucrania y las amenazas de atacar barcos mercantes buscan provocar una situación de «emergencia» que permita a Rusia regresar al acuerdo de exportación de cereales, pero «en condiciones más favorables», poniendo así en riesgo todavía más su imagen internacional ante países africanos, afectados por el cese de las exportaciones y que hasta ahora han estado apoyando a Moscú. Según el ISW, estas acciones «muestran que el Kremlin está listo para usar la Marina y las armas de precisión para resolver problemas económicos apremiantes, no en concreto para operaciones militares en Ucrania».
A este respecto, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, ha mostrado la preocupación de Naciones Unidas por esta situación. «Todo esto no nos está llevando en la dirección correcta. Lo que está ocurriendo allí también está teniendo un efecto negativo en los precios del trigo y del maíz...», ha deplorado en una rueda de prensa.
«Hemos visto las fluctuaciones en los precios. Van arriba y abajo. Eso no es bueno para el mercado, y lo que no es bueno para el mercado es malo para las personas en situación vulnerable, que no pueden pagar la comida, que no pueden permitirse las subidas de precios de los alimentos. La mayor parte de ellos está en el sur global», señaló Dujarric. También el secretario general, António Guterres, ha condenado los ataques rusos y la salida de Moscú del pacto de granos, firmado con la mediación de Naciones Unidas y Turquía, ya que se había comprometido «a facilitar la exportación sin trabas de alimentos, aceite de girasol y fertilizantes desde los puertos del mar Negro controlados por Ucrania».
Por otro lado, cuatro personas perecieron en las últimas horas en la región de Zaporiyia a causa de bombardeos rusos, según reporta el jefe de la Administración Militar local, Yuri Malashko. Según sus informaciones, «durante el último día, el enemigo lanzó ochenta ataques contra veinte localidades». Como resultado del bombardeo, añadió Malashko, «en una instalación de infraestructura civil en el distrito de Pologovski, murieron cuatro empleados (de edades comprendidas entre los 29 y 43 años) y dos personas tuvieron que ser hospitalizadas».
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