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Roma
Lunes, 19 de septiembre 2022, 19:50
En medio de una campaña electoral protagonizada por la emergencia de los precios de la energía, un problema para el que los partidos ofrecen soluciones para todos los gustos, en Italia ha sonado a música celestial el reciente anuncio de Vito Bardi, presidente de la ... región de Basilicata. A partir de octubre, en este pequeño territorio del sur del país no se pagará por el consumo de gas natural en las primeras viviendas. Los vecinos, eso sí, tendrán que seguir abonando el coste del transporte, mantenimiento de la red y otros servicios presentes en la factura. Se calcula que se beneficiarán alrededor de 110.000 familias, que podrán ahorrarse unos 350 euros anuales de media. Quedan excluidas de esta medida las empresas (para no incurrir en ayudas ilícitas del Estado) y los vecinos que utilicen otras fuentes de energía en sus casas, que obtendrán no obstante una subvención para instalar placas solares.
El bienvenido anuncio de Bardi es fruto del acuerdo al que ha llegado el gobierno regional con las empresas petroleras que explotan los yacimientos de hidrocarburos con que cuenta Basilicata, conocida como la 'Texas de Italia' por su riqueza en petróleo y gas natural. Como compensación a la población local por los daños medioambientales, Eni y Total se han comprometido a regalar 200 millones de metros cúbicos anuales en total de gas natural, más que suficientes para cubrir el consumo de los vecinos de esta región, la segunda con la renta per cápita más baja del país y con una fuerte emigración hacia otras zonas más ricas.
Elecciones legislativas el domingo
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Precisamente el decreto firmado por Bardi espera que al ofrecer gas natural gratis se «favorezca el proceso de repoblación» de Basilicata, un territorio gobernado por la misma coalición de partidos conservadores que parte como favorita para las elecciones legislativas del domingo.
«Lógicamente los ciudadanos han visto muy bien esta medida, especialmente en un momento en el que el gas ha alcanzado un precio récord», explica a este diario Michele Catalano, presidente regional de la asociación de consumidores Federconsumatori. «Habríamos querido que la exención fuera ligada al nivel de renta familiar, pero no nos hicieron caso», lamenta no obstante Catalano, que se muestra poco esperanzado en que este anuncio pueda contribuir a que los jóvenes no se marchen de esta tierra en busca de mejores oportunidades laborales.
«No creo que vaya a lograr un cambio de tendencia. Para eso haría falta que tuviéramos un sector industrial fuerte, pero aquí los yacimientos de hidrocarburos generan poco trabajo. Deberían tener un mayor impacto económico». A su juicio hubiera sido muy útil que las empresas locales también se beneficiasen de la gratuidad del gas natural o, al menos, de una sustanciosa rebaja en el precio. «Así se habría facilitado la creación de un polo industrial local, mientras que ahora toda la labor de refinado y de las empresas auxiliares se desarrolla en la vecina Taranto».
Matteo Salvini, líder de la Liga, se ha mostrado encantado con la idea desarrollada en Basilicata, que querría extender a todo el país, por lo que se comprometió incluso a hablar de ello con el primer ministro saliente, Mario Draghi. Muy inquieto de cara a las elecciones del domingo debido a cómo le ha comido el terreno Fratelli d'Italia (FdI, Hermanos de Italia), el partido de extrema derecha liderado por Giorgia Meloni, Salvini ha pecado de exceso de optimismo. Se antoja muy difícil que vaya a encontrar alguna compañía petrolífera dispuesta a ofrecer gratis las necesidades gasísticas del país, que ascienden a unos 70.000 millones de metros cúbicos anuales, alrededor de la mitad de los cuales se dedican a la generación de energía eléctrica.
Además de la imposible idea de extender a todo el territorio nacional la exención existente en esta pequeña región meridional, Salvini apuesta por resolver la actual crisis energética haciendo que Italia vuelva a construir centrales nucleares, cerradas tras la decisión tomada en un referéndum celebrado en 1987. «Habría que levantar la primera planta nuclear en mi barrio de Milán», declaró el pasado mes de junio para mostrar su tranquilidad frente a los riesgos de la energía atómica.
Menos convencida está Meloni, favorita para convertirse en la próxima primera ministra de Italia, que teme que si el país volviera a la energía nuclear podría apostar por una «tecnología obsoleta». El programa electoral del bloque de centroderecha pide en cualquier caso crear «plantas de última generación sin vetos ni conceptos preconcebidos, valorando recurrir al nuclear limpio».
También exige el retorno a esta energía Carlo Calenda, líder del bloque centrista, mientras que Enrico Letta, cabeza de lista del Partido Democrático, principal formación del centro izquierda, aboga por la construcción de regasificadoras como «solución puente» hasta que las necesidades energéticas del país puedan satisfacerse al completo en 2050 con fuentes renovables. Sí que hay en cambio acuerdo entre todos los candidatos en la petición de que se establezca un techo al precio del gas a nivel europeo.
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