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Soldados ucranianos durante un simulacro en el Donbás. AFP
El plan de Trump para lograr la paz en Ucrania en cien días: en la OTAN no, en la UE sí

El plan de Trump para lograr la paz en Ucrania en cien días: en la OTAN no, en la UE sí

El medio ucraniano Strana publica la hoja de ruta para acabar con la invasión rusa en cien días. Kiev cedería el territorio ocupado a Rusia.

Lunes, 27 de enero 2025, 19:19

Aparentemente, Donald Trump ya tiene un plan para lograr la paz en Ucrania. Sabe que no es algo que se pueda solucionar en un día, pero está convencido de que en cien sí. Y, por eso, ha desarrollado una hoja de ruta que debería desembocar en una conferencia internacional de paz que ponga punto final a la invasión rusa. El 9 de mayo es la fecha que el presidente de Estados Unidos tiene en mente para ese hito que le acercará a la figura de «pacificador y unificador» en la que se quiere convertir.

Es lo que se deduce del plan filtrado al medio de comunicación ucraniano Strana, que ayer publicó un resumen del documento supuestamente redactado en la Casa Blanca. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirma que es falso y acusa al diario de diseminar propaganda rusa, pero la verdad es que recoge algunos de los puntos que ya se daban por sentado y que muchos ucranianos ven irremediables.

Entre los más relevantes se encuentra la renuncia de Ucrania a pertenecer a la OTAN y la exigencia de que se declare neutral, uno de los principales requisitos del presidente ruso, Vladímir Putin. A cambio, el país continuaría con el proceso para ingresar en la Unión Europea, algo que debería suceder en 2030, y podría mantener el tamaño actual de su Ejército, que continuaría recibiendo el apoyo de Estados Unidos.

El plan de paz de Trump también dilucida el futuro de los territorios actualmente ocupados por Rusia. Una vez más, es Kiev la que tendría que dar su brazo a torcer, ya que debería renunciar a recuperarlos, tanto por la vía militar como por la diplomática. Eso no quiere decir que esté forzada a reconocer la soberanía rusa, pero sí a detener los ataques contra el idioma ruso y a permitir que los partidos políticos que aboguen por la coexistencia pacífica de ambos países se presenten a las elecciones. Actualmente, algunos partidos prorrusos están ilegalizados.

Precisamente, el documento también estipula los pasos que se deberían dar hasta el momento en el que Ucrania vuelva a las urnas, algo que no hace desde 2019. Primero, en febrero o marzo, se celebraría una reunión trilateral entre Trump, Putin y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Para eso, el último tiene que derogar el decreto que impide negociar con Rusia.

Si los tres están de acuerdo en las bases de la negociación, Trump propone declarar un alto al fuego el 20 de abril, coincidiendo con la Semana Santa. En paralelo, las tropas ucranianas abandonarían la región rusa de Kursk. Y, a partir de ahí, se organizaría la conferencia internacional de paz –en la que intervendrán China, países europeos sin determinar y también otros del 'sur global'– de la que debería salir una declaración de paz el 9 de mayo.

Una factura para Europa

El supuesto documento estadounidense va más allá y determina incluso qué debería suceder en el terreno económico y comercial. Una vez más, Moscú sale ganando. En primer lugar, porque muchas de las sanciones que pesan sobre el invasor serían retiradas. Algunas de forma inmediata y otras a lo largo de tres años, según se vaya certificando el cumplimiento de los acuerdos. Así podría continuar comerciando libremente con sus combustibles, aunque Trump contempla la introducción de una tasa especial a esos productos para financiar la reconstrucción de Ucrania, que recaerá en Europa.

50,4% de ucranianos

acepta ahora una salida negociada a la guerra

Independientemente de que el documento filtrado sea real o no, es evidente que refleja bastante bien las intenciones que ha ido haciendo públicas el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Incluso en el frente, los soldados ucranianos son conscientes de que no cuentan con la fortaleza necesaria para ganar la guerra y, aunque muchos se oponen a ceder los territorios ocupados, algo que resultará difícil de digerir para una parte importante de la población, cada vez más lo ven como un mal necesario.

Es más, una de las pocas encuestas de opinión pública que se hacen al respecto, publicada por Times of Ukraine, asegura que, por primera vez, una mayoría de ucranianos –50,6%– está a favor de una salida negociada a la guerra, con la intervención de la comunidad internacional. Por su parte, quienes abogan por luchar hasta recuperar las fronteras de 1991 bajan del 33,5% al 14,7%#en un año. Les supera el grupo de quienes quieren congelar la guerra como está, la opción más minoritaria a principios de 2024.

Es reflejo de un hastío que se siente, sobre todo, en las zonas más alejadas del frente, que no sufren el daño más duro de la invasión pero sí las consecuencias sociales y económicas que lastran al país. Enfrente tienen a quienes no están dispuestos a ceder un centímetro de territorio. «Soy de Donetsk y no puedo volver a mi casa desde que en 2014 la ocuparon los rusos. Si cedemos ese territorio estaremos expulsando a mucha gente de su hogar y, además, miles de personas habrán muerto en vano», afirma Bogdan, un joven que actualmente vive en la capital. Esa ha sido la política oficial hasta ahora, y Zelenski no va a tener fácil justificar ahora un giro que le permita hacer todo lo que prometió que no haría. De momento, no parece que vaya a pasar por el aro y prefiere apostar por planes para fortalecer su industria militar y reducir así su dependencia de Occidente para defenderse.

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