Dos militares caminan por un sendero seguro abierto en un campo minado. AFP

Mil kilómetros de minas separan a rusos y ucranianos

Los invasores han sembrado con varias barreras de trampas explosivas la línea del frente en el Donbás para intentar contener una contraofensiva de las tropas de Kiev

Miguel Pérez

Viernes, 2 de junio 2023, 22:12

En la pasada reunión del G-7 en Hiroshima, la imagen de Zelenski como centro de atención de los líderes de las principales potencias mundiales acaparó la histórica cita. Sin embargo, otra conferencia de tono más modesto pasó desapercibida. El ministro de Política Agraria, Mykola ... Solski, pidió a sus homólogos ayuda financiera para desminar los campos ucranianos tras exponer que existen 470.000 hectáreas de cultivos plagadas de artefactos explosivos que han matado a decenas de agricultores. Los 26.000 desactivadores que trabajan para Kiev, muchos de ellos profesionales de agencias privadas, han conseguido sanear 57.000 hectáreas en un lento proceso debido al riesgo y la complejidad de su labor, pero también a la falta de maquinaria especializada, aclaró Solski. Aun así, se han desarmado 350.000 minas.

Publicidad

Occidente ha suministrado a Ucrania un vasto arsenal. Desde rifles a misiles, blindados, carros de combate e incluso minas terrestres; trampas que su ejército ha dejado en el camino para fortificar sus líneas y bloquear el avance de los rusos y que ahora debe también eliminar si quiere volver sobre sus pasos en una eventual contraofensiva. De todo ese material, lo que menos han enviado los aliados son máquinas 'limpiadoras' que neutralicen los campos de la muerte, a pesar de que Kiev ha reunido una flota aceptable de Leopard 2R –suministrado por Finlandia y que adosa un gran rastrillo blindado a un carro de combate–, el robot Armtrac 400 o el M58MICLIC, un sistema remoto de patente estadounidense que detona un cordón explosivo para activar las bombas enterradas y abrir un pasillo a los convoyes militares.

El 'meteorito' de Kiev

Washington ha rechazado, sin embargo, enviar su joya de la corona: el M1150 Assault Breacher Vehicle (ABV) que estrenó en 2010 contra los talibanes en Afganistán. Basado en la carrocería de los tanques Abrahams, fue el empeño de los marines el que llevó a término este proyecto, que la Casa Blanca no veía con agrado debido a los fracasos previos con otros experimentos. Estados Unidos mantiene desde 2013 varios de estos vehículos en la península de Corea en previsión de que resultara necesario despejar la famosa DMZ, la zona desmilitarizada de 250 kilómetros de longitud que separa Pyongyang y Séul, donde habría enterradas millones de minas.

Así que Ucrania debe valerse sobre todo del UR-77 Meteorit que guardaba en el garaje, un blindado desactivador eficaz, polivalente y heredado de la URSS. Conocido como el 'dragón rojo', el ejército soviético empezó a utilizarlo en 1978. Las tropas sirias lo han empleado en la década pasada para abatir a grupos armados guarecidos en edificios y fortificaciones tras comprobar su letal eficacia en la guerra urbana a las afueras de Damasco.

El 'dragón ruso' lanza un proyectil en línea que, al explotar, es capaz de abrir una senda de 90 metros de longitud tras activar por la vibración las posibles minas enterradas en el camino. Ministerio de Defensa de Rusia

La urgencia para intensificar el desminado que manifestaba Solski en la conferencia del G-7 no solo afecta a los campos de cereal. La existencia de un número tan cuantioso como desconocido de artefactos enterrados a lo largo de los mil kilómetros de frente ruso son uno de los principales obstáculos para un contragolpe de Ucrania. Y se trata de un obstáculo, a priori, apabullante si el diagrama de ataque que baraja Kiev –o al menos, así lo quiere reflejar en los análisis occidentales– resulta parecido al que cualquiera ha podido contemplar en una película bélica clásica: avanzar como una daga y pinchar el cerco ruso allí donde resulta más débil.

Publicidad

Siete modelos para matar

Cierto es que la larga batalla de Bajmut ha diezmado las fuerzas invasoras, desgastado su arsenal y evitado que Moscú golpeara en otros enclaves del Donbás. Pero también le ha dado a los rusos el tiempo necesario para fortificar su línea de contacto de una manera que impresiona a muchos observadores internacionales. Han cavado miles de kilómetros de trincheras serpenteantes, edificado troneras, colocado miles de 'colmillos' de hormigón destinados a frenar los tanques y sembrado el terreno con explosivos.

El espionaje aéreo ha permitido a Kiev observar el trabajoso diseño defensivo puesto en práctica por su enemigo. Paralelo al frente, el ejército ruso ha construido una franja formada por tres barreras de minas antitanque y antipersona intercaladas. Lo suficiente para causar importantes bajas entre sus rivales, sobre todo si están sometidos a un fuego cerrado de los invasores desde las trincheras. Para llegar a esa endiablada trampa, previamente los ucranianos deben limpiar los cebos que ellos mismos han colocado en el campo de batalla.

Publicidad

La profusión de artilugios colocados bajo tierra tienen una alta capacidad de inmovilización de las tropas. El peligro de una mina no estriba solo en su capacidad de mutilar o quitar la vida a un número determinado de soldados, sino en el efecto paralizante que imprime al resto del batallón. Por norma, la explosión de una de ellas bloquea a los compañeros de la víctima al desconocer qué rumbo tomar en mitad del campo minado sin poner en riesgo su vida.

Unos militares se llevan varias minas antitanque rusas desactivadas. Ukinform

La cifra de artilugios activos en suelo ucraniano es desconocida, pero unos 174.000 kilómetros cuadrados de territorio estan minados. Es decir, alrededor de un tercio de la exrepública soviética. La mayoría se concentran en el Donbás, que todavía encierra en el subsuelo minas colocadas al principio del conflicto en 2014. Desde los primeros intercambios de disparos en febrero de 2022 hay constancia de que un millar de civiles han fallecido como consecuencia de estas trampas en el curso de la actual invasión. Sin embargo, se supone que su número real es muy superior. Tras el asedio ruso a Kiev en las primeras semanas de guerra, decenas de vecinos de la capital perdieron la vida al tropezarse con ellas cuando salían a caminar por los senderos boscosos de la periferia

Publicidad

Rusia ha diseminado hasta siete modelos diferentes de minas antipersona que las organizaciones humanitarias consideran prohibidas debido a su letal efecto sobre la población civil. Entre ellas predominan artefactos de última generación como el POMZ-2M y el POM-3, un dispositivo 'inteligente' equipado con un sensor de vibración capaz de detectar a una persona en cincuenta metros a la redonda y explotar a la altura de su cabeza. Además, los ucranianos han encontrado cientos de minas 'mariposa', vetadas por la Convención de Ginebra. Debe el nombre a su forma alada, que le permite planear tras ser lanzada desde el aire por un proyectil de racimo. Apenas mide unos centímetros, pero puede dejar sin piernas a quien la pisa. En total, el Kremlin guardaba unos 26,5 millones de minas antipersona en sus arsenales antes de la invasión.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad