Más de 60 migrantes desaparecidos, entre ellos 26 niños, tras un nuevo naufragio en Italia

La última tragedia migratoria en el Mediterráneo Central tiene como protagonistas a las 66 personas, entre ellas 26 niños, a las que se han dado por desaparecidas al hundirse a unas 120 millas náuticas de las costas de la región italiana de Calabria, al sur del país, el velero con el habían zarpado desde Turquía ocho días antes. Fue un buque francés el que lanzó la alarma en la noche del domingo tras haber socorrido a 12 supervivientes de la nave cargada de inmigrantes, provenientes en su mayoría de Irak, Irán, Siria y Afganistán, por lo que la Guardia Costera italiana movilizó a dos patrulleras y a un avión para tratar de socorrerlos. Las autoridades italianas también ordenaron que se desviaran hasta el lugar donde se produjo el naufragio a varios cargueros que se encontraban por la zona.

Las 12 personas socorridas, que fueron trasladadas del buque francés a una de las patrulleras italianas y llevadas luego al puerto de Roccella Ionica, contaron que el motor del velero se incendió, lo que provocó que el barco acabara dándose la vuelta y hundiéndose. «La escena era desgarradora, frente a nosotros personas traumatizadas, el dolor era palpable. Ver ahogarse a un familiar o a un amigo siempre es horrible», relató Shakilla Mohammadi, mediadora intercultural de Médicos Sin Fronteras, que atendió a los supervivientes en tierra. «Familias enteras de Afganistán habrían muerto. Salieron de Turquía hace ocho días y llevaban tres o cuatro días haciendo agua. Nos contaron que viajaban sin chalecos salvavidas y que algunos barcos no se detuvieron a ayudarles», relató Mohammadi.

La Fiscalía italiana ha abierto una investigación para aclarar las causas de esta nueva tragedia, que se produjo el mismo día en el que murieron otros 10 migrantes en el Mediterráneo Central, en este caso tras haber zarpado desde las costas libias en una vieja embarcación de madera. En el rescate, realizado por los socorristas de la ONG alemana Resqship y en el que hizo falta utilizar hachas para acceder a la bodega de la nave, fueron salvadas 51 personas que se encuentran ahora en el centro de acogida de la isla italiana de Lampedusa, situada en el centro del Mediterráneo. Provenían en su mayoría de Bangladesh, Paquistán, Egipto y Siria y habrían pagado por el viaje unos 3.500 dólares (unos 3.260 euros).

El documento final de la reciente cumbre del G7, celebrada la semana pasada en la región italiana de Apulia, al sur del país, abogaba precisamente por poner en marcha una coalición internacional para luchar contra los traficantes de seres humanos. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, anfitriona de la cita, señaló que hacía falta «una nueva estrategia» para «combatir a los esclavistas del Tercer Milenio» siguiendo el flujo del dinero que mueven con su negocio.

Con las personas fallecidas o de las que se ha perdido el rastro en estos últimos naufragios, serían ya más de 800 los migrantes muertos y desaparecidos en la ruta del Mediterráneo Central desde comienzos de 2024, según los datos de las agencias dependientes de Naciones Unidas. Esta organización supranacional mostró su «frustración» por lo sucedido, pidiendo que se «potencien» los recursos para buscar y socorrer en el mar a los migrantes. «Todos los naufragios representan un fracaso colectivo, una señal tangible de la incapacidad de los Estados para proteger a las personas más vulnerables», remarcó la ONU.

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