Interpol ha emitido una alerta roja sobre Mohamed Amra, que lleva casi un mes en paradero desconocido. Reuters

Mentiras, coartadas y sexo en la cárcel, así fue la relación entre el fugitivo más buscado por Francia y su novia 'Pitufina'

Los audios grabados en la celda de Mohamed Amra, alias 'la Mosca', y la confesión de una de sus novias han revelado cómo el recluso logró mantener su negocio desde prisión, pero no han dado pistas sobre su paradero

Jueves, 6 de junio 2024, 02:05

Hace más de tres semanas que Francia intenta atrapar a 'la Mosca' pero la presa, o más bien el preso, se le resiste. Mohamed Amra, el fugitivo que se encuentra detrás de ese apodo, continúa en paradero desconocido desde que a mediados de mayo escapó del furgón que le trasladaba de los juzgados a la prisión de Évreux con ayuda de varios cómplices que, encapuchados y armados, embistieron la furgoneta con su vehículo a la altura del peaje de Incarville y mataron a dos agentes que le escoltaban. Laure Beccuau, la fiscal de París, dijo hace unos días que contaban con «pistas importantes» sobre el caso, pero en los medios galos se cruzan versiones contradictorias de quienes dicen conocer la investigación. Unos sostienen que Amra no se ha movido de la zona del asalto. Otros afirman que lleva tiempo en el extranjero.

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Pero los escasos avances en la búsqueda de 'la Mosca', a la que se ha sumado la Interpol con la emisión de una alerta roja y tiene cerca de 350 investigadores implicados, no han hecho que el caso caiga en el olvido. De hecho, su desaparición ha alimentado la curiosidad sobre este preso que arrastra trece condenas -robo, tentativa de extorsión, toma de rehenes, intento de asesinato...- y ha pasado por varias cárceles francesas. De Amra (Ruán, 30 años) interesa ahora hasta su vida amorosa, y no ha hecho falta dar con él para conocerla. Las grabaciones de audio realizadas en su celda -y que durante meses permanecieron archivadas en un expediente judicial- revelan la relación salpicada de mentiras que mantuvo con una veinteañera marsellesa llamada Nawel, y a la que su 'suegro' apodaba Pitufina, que acabó involucrada en el asesinato de un traficante que le quitaba negocio a su novio.

Amra, según se ha sabido tras su fuga de película, utilizó hasta nueve móviles diferentes durante su estancia en prisión, lo que le permitió controlar sus negocios y dar todo tipo de órdenes a la sombra. También a Nawel, que le llamaba «vendedor de sueños» en los mensajes de Snapchat que intercambiaban. Su relación, cuenta el diario francés 'Le Parisien', comenzó en el verano de 2020 cuando se encontraron en la calle y se dieron sus números de teléfono. Él le dijo que su nombre era Yanis. Ella quería poner «un poco de locura en su día a día» tras romper con su pareja de toda la vida, suspender una oposición y probar suerte como masajista. Fue «amor a primera vista», aseguró la chica cuando se derrumbó ante los policías que la detuvieron dos años y medio después de aquel flechazo.

Un Audi de alquiler con agujeros de bala

Hasta entonces vivió un romance lleno de señales de alerta que Nawel no vio o no quiso ver, tal vez por la distancia que había entre ambos, primero, por su lugar de residencia y, después, por el encarcelamiento de su pareja. 'La Mosca' le invitaba a viajes a París y a Marbella y manejaba mucho dinero, pero siempre evitaba las preguntas sobre su vida personal. Su novia nunca supo bien a qué se dedicaba y tampoco que Amra tenía otra amante en Dreux que estaba embarazada. En el entorno de la joven marsellesa sólo encuentran una explicación: «Estaba perdidamente enamorada». Hasta tal punto que de manera habitual alquilaba vehículos a su nombre que luego ponía en manos de su novio y una vez tuvo que devolver un Audi con agujeros de bala en su carrocería sin que eso, aparentemente, le hiciera sospechar de él.

Exterior de la cárcel de Évreux, a la que se dirigía el furgón donde iba 'la Mosca' cuando fue asaltado. Lou Benoist/AFP

Nawel se metió hasta el fondo en los negocios sucios del que ahora es el fugitivo más buscado por Francia. Incluso con él encarcelado cumplió sus órdenes. Como en junio de 2022, cuando Amra le encargó recibir a varios hombres en la estación de Saint-Charles y alquilarles un apartamento donde descansar de la tarea que les había llevado hasta allí y que no era otra que asesinar a Ugur T., un traficante que le hacía la competencia en Dreux. Su cadáver acabó durante un tiempo escondido en el lugar de trabajo de la chica -un salón de masajes- y ella probablemente quemó las bolsas de basura con la ropa de la víctima. «Me utilizaron», se excusó cuando fue detenida. Aún llamaba Yanis a Mohamed.

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Los audios recabados en la cárcel desde la que operó este preso no sólo han ayudado a entender cómo logró continuar con su labor delictiva entre barrotes, sino que también han revelado la actividad sexual del preso. De hecho, los encargados de analizar las grabaciones se llevaron una enorme sorpresa al escuchar una de las visitas de Sabah, la hermana de Amra, y descubrir que el vis a vis acabó «con toda probabilidad en un coito». La joven se trataba, en realidad, de Nawel, que había entrado con la documentación de la otra mujer. Nadie se explica ahora cómo lo hizo porque apenas se parecen físicamente, y nadie entiende tampoco cómo no se valoró mejor la peligrosidad de 'la Mosca' -lo que ha derivado en una investigación judicial- para evitar que echara a volar.

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