Una multitud pide en Londres «paz» para Gaza

La marcha propalestina -la «mayor» organizada en Londres desde el 7 de octubre, señaló la Met- estaba en el punto de mira pos posibles altercados después de que el propio Gobierno británico la calificara de «irrespetuosa» por haber sido convocada el mismo fin de semana en que se conmemoraba el armisticio. La polémica ministra de Interior, Suella Braverman, elevó el tono al hablar de manifestaciones «de odio» y vincular a algunos organizadores de la protesta de este sábado con grupos terroristas, incluido Hamás. La concentración fue autorizada por la Policía, que decidió desplegar casi 2.000 agentes.

Los contramanifestantes se plantaron en el Cenotafio de Whitehall, la avenida gubernamental donde este domingo está previsto un acto solemne en recuerdo a los caídos, casi tres horas antes de que arrancara la concentración en favor del pueblo palestino, en la que se vieron pancartas con mensajes como 'Alto a los bombardeos contra Gaza'. Al inicio de la cita cientos de ultraderechistas se abrieron paso a la fuerza y la Policía -«ya no sois ingleses», coreaban algunos exaltados a los agentes- arrestó a más de noventa personas «para evitar que se pusiera en peligro la paz» cuando «intentaban acercarse a la marcha propalestina».

En Tachbrook Street, unos doscientos policías lograron retener durante horas en las aceras de un elegante barrio a decenas de hombres vestidos de negro que se agrupaban en la Alianza Democrática de Tíos del Fútbol y se habían citado en un pub local. Corin, de unos 45 años, se mostraba «enfadado». «Se supone que es un país libre, pero no tenemos libertad de expresión», decía. «El Gobierno y la oposición son débiles. Han dejado que entre cualquiera y destruirán el país, como España fue destruida, desde dentro», advertía.

El grupo de hinchas del fútbol ha sido señalado por la Premier League, la mayor liga de Europa, como promotor de actos antimusulmanes en los estadios. Se conectan con otros grupos de nacionalismo extremo. «Estamos aquí para proteger pacíficamente nuestros monumentos, pero la Policía nos ha bloqueado», respondía Corin. Los agentes los detuvieron en una calle paralela a la vía por donde avanzaba la marcha propalestina hacia su final. El primer coro que se oía en aquel momento era el de chicos y chicas jóvenes clamando «¡paz ahora mismo!». De la multitud se apartaba Alyson, de 76 años, profesora jubilada de Biología.

«He venido para pedir un alto el fuego. Que no haya más muertes. Me he sentido obligada a venir, porque hay tanta gente que quiere que se pare la guerra en Gaza», explicaba. Su opinión sobre la marcha era muy diferente a la de Braverman. «No estoy de acuerdo con ella, creo que lo que dijo es monstruoso, porque está causando aún mayor división», aseguraba, sin ocultar su preocupación por el efecto que la destrucción de esta guerra tendrá también en el medio ambiente.

El rey Carlos III presidirá este domingo la ceremonia conmemorativa de la paz de 1918, que mezcla celebración y luto. Se depositan ofrendas florales en el Cenotafio y las bandas militares tocan himnos nacionales, música castrense y clásica. Cuando terminen los eventos de este fin de semana, el Gobierno británico tendrá que responder a las críticas, también dentro de sus propias filas, por haber creado tensiones innecesarias.