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Iñigo Gurruchaga
Londres
Sábado, 22 de octubre 2022, 11:48
El exprimer ministro británico, Boris Johnson, ha aterrizado en el aeropuerto de Gatwick, al sur de Londres, para reclutar a cien diputados del grupo parlamentario conservador que le permitirían entrar, este lunes, en la segunda fase del proceso de elección del sustituto de Liz Truss. ... Tras un largo vuelo desde Punta Cana, en la República Dominicana, tiene 48 horas para lograr su objetivo.
Los sentimientos que provoca Johnson se demostraron antes de su despegue. Una reportera de la televisión Sky, que compró un billete en el vuelo que transportó a Johnson, a su mujer y a sus dos hijos, afirma que fue abucheado por otros viajeros en el embarque. Ocuparon asientos en la clase turista, confirmando la austeridad típica del líder británico cuando se trata de su dinero.
Según 'The Times', Johnson ha explicado estos días a sus allegados en el grupo parlamentario que su afán es contar con sus ministros en el Gabinete que formó en 2019. Con Michael Gove, al que despidió el 8 de julio cuando su más influyente colaborador fue a Downing Street para decirle que debía elegir entre la dimisión o ser arrollado por la ola de repulsa que había provocado su última mentira.
La elección de Liz Truss como sustituta de Johnson se debe en gran medida a la propagación desde el círculo del derrocado de la idea de que había sido víctima de una conspiración de su dimitido ministro de Economía, Rishi Sunak. Fue, sin embargo, el más votado por los diputados. Perdió la votación de los miembros del partido, teniendo que defenderse de la persistente acusación de deslealtad.
Sunak guarda silencio. No ha confirmado su candidatura, pero en su círculo se afirma que ya tiene más de cien apoyos. La idea de un pacto con Johnson está descartada. Del ala conservadora que apoyó a Johnson, luego a Truss y ahora regresa a Johnson salió más recientemente la acusación de que Sunak, ex gestor de fondos, había conspirado con sus amigos de la City financiera para provocar la crisis que derrumbó a Truss.
Si Johnson fuese elegido, pasaría sus primeros meses enredado con la investigación de un comité de los Comunes sobre la acusación de que mintió al Parlamento como primer ministro. Funcionarios multados y dañados en su expediente profesional por participar en las fiestas de Downing Street durante la pandemia testificarán públicamente ante el comité.
Si el comité llega a la conclusión de que mintió, cuando afirmó en varias ocasiones que no se habían incumplido en Downing Street las leyes para mitigar la pandemia, puede recomendar la suspensión o la expulsión del primer ministro de su escaño. La Cámara de los Comunes, en la que los conservadores tienen una mayoría de 71 escaños, tomaría la última decisión.
Esa mayoría se ha debilitado por la batalla entre facciones conservadoras. El aterrizaje de Johnson en el enredo constante del Partido Conservador agudiza entusiasmos y odios. En ese contexto, la agencia Moody's ha calibrado como negativo su pronóstico sobre la evolución de la economía británica, basándose en que su política es imprevisible.
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