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Las autoridades de Kiev han cerrado el paso al gas de Gazprom. AFP

El gas ruso ya no circula por Ucrania

El gasoducto que conduce a Europa a través de la exrepública en guerra ha dejado de funcionar con la entrada del nuevo año, lo que afectará sobre todo a los países de la zona oriental

M. P.

Miércoles, 1 de enero 2025, 14:16

Kiev y Moscú han confirmado el cese del suministro de gas ruso a Ucrania a través de Europa. Los dos países firmaron un contrato temporal en 2019 y no lo han renovado debido a la guerra, por lo que la medianoche pasada se ordenó el cierre del gasoducto. La medida preocupa especialmente en Europa oriental; concretamente en Moldavia y Eslovaquia. La UE, por el contrario, parece mostrarse tranquila. Este martes emitió un comunicado en el que asegura que los Veintisiete «se han preparado desde hace más de un año» para amortiguar los efectos del cese de suministro, que en realidad resulta anecdótico: apenas un 5% de su consumo global llegaba por Ucrania.

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«Hemos interrumpido el tránsito de gas ruso. Es un acontecimiento histórico. Rusia pierde mercados y sufrirá pérdidas financieras», ha afirmado el ministro ucraniano de Energía, Guerman Galushchenko, tras confirmar que desde las ocho de la mañana (5.00 horas GMT) ya no hay abastecimiento. Gazprom, la empresa rusa, ha ratificado este cierre. Algunos cálculos indican que la compañía perderá unos 5.000 millones de dólares anuales al dejar de operar este gasoducto frente a unos 800 millones de pérdidas en el lado ucraniano.

Hasta ahora, los dos países habían respetado el gasoducto pese a la crueldad de la guerra, aunque bajo la decision inapelable de no renovar el contrato desde esta madrugada de Año Nuevo. Mientras Kiev celebra el cierre como un triunfo asimilable a una victoria militar sobre Moscú, en los medios rusos no ha tenido una gran repercusión.

'Izvestia' ha publicado una información donde explica que la empresa energética podría incrementar el volumen de suministro a través de sus redes balcánicas para abastecer a Moldavía, Rumanía, Hungría, Eslovaquia y Austria con una cantidad de gas equiparable a casi la mitad de la que circulaba por Ucrania. Más allá del gas, los medios moscovitas prefieren detenerse en las lecturas geopolíticas sobre la guerra en el país vecino con aires triunfalistas. Así, el 'Pravda' hace su particular análisis del conflicto para 2025 comparando a Ucrania con «esa maleta sin asa que resulta incómoda de transportar y es una lástima tirarla». La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero, sostiene su análisis, «dejará a los europeos responsables de una tarea para la que no están preparados financiera, militar y políticamente».

De momento, Eslovaquia y Moldavía parecen ser los principales sufridores de las consecuencias del corte de gas por Ucrania. Alrededor de un tercio del volumen que Rusia ha vendido a Europa, incluso bajo las sanciones internacionales,, ha sido transportado por el canal ucraniano, cuyo cierre afecta a la zona oriental.

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Emergencia energética

Moldavia, por ejemplo, se ha declarado en estado de emergencia energetica ante la eventualidad de una pérdida de suministro que afectará a las calefacciones y la producción de electricdad, en especial en el Estado separatista de Transnitria. Las autoridades moldavas han denunciado la actitud del Kremlin, al que acusan de ejercer «tácticas opresivas» sobre su país. La confrontación no es solo material. También es económica. En el trasfondo de todo este asunto, Rusia afirma que Moldavia tiene una deuda de 700 millones de dólares en facturas del gas mientras Chisinau objeta que solo asciende a 8 millones en función de auditorías independientes.

Por su parte, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha asegurado que el cierre del gas tendrá un «drástico impacto» no solo en su país, sino en todo el espacio de la Unión Europea. «Detener el tránsito de gas a través de Ucrania tendrá un impacto drástico para todos nosotros en la UE, pero no para la Federación Rusa», ha explicado en su perfil de Facebook en un discurso con motivo del Año Nuevo.

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Fico viajó a finales de diciembre a Moscú y se entrevistó con el presidente Vladímir Putin. Ambos abordaron la cuestión del gas y de la paz, algo que está firmemente vinculado según las autoridades eslovacas. El primer ministro ofreció incluso su país como sede de unas hipotéticas conversaciones para acabar con la guerra en 2025. Pese al revés energético, Fico ha señalado que Eslovaquia seguirá manteniendo «una política orientada hacia los cuatro lados del mundo, así como una política exterior activa basada en el respeto del Derecho Internacional y la no injerencia en los asuntos internos de otros».

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