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Putin estrecha la mano de Surovikin tras imponerle la Orden de San Jorge en Moscú el pasado diciembre EFE
¿Ha sido el 'carnicero de Siria' cómplice de la rebelión de los mercenarios contra Moscú?

¿Ha sido el 'carnicero de Siria' cómplice de la rebelión de los mercenarios contra Moscú?

El general Surovikin, héroe de guerra y antiguo hombre fuerte de Putin, es investigado por su posible conocimiento de los planes de Prigozhin para amotinarse y averiguar si pudo ayudarle junto a otros jerarcas militares

M. Pérez

Miércoles, 28 de junio 2023, 15:44

El 'carnicero de Siria' o 'general Armagedón', Serguéi Surovikin, antiguo jefe al mando de las tropas desplegadas en Ucrania, se encuentra presumiblemente bajo sospecha de las autoridades rusas por su conocimiento previo sobre los planes del jefe del Grupo Wagner de amotinarse contra el Kremlin. ... Los servicios de seguridad investigarían, además, si otros mandos militares estaban al tanto de los planes de Evgueni Prigozhin, lo que haría elevar la teoría de que el líder mercenario se rebeló únicamente por motivos personales a la hipótesis de un levantamiento en toda regla, finalmente frustrado por falta de apoyos.

De 56 años, Surovikin es un peso pesado dentro del organigrama militar ruso, pese a sus desavenencias con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú. El propio presidente, Vladímir Putin, le confió la coordinación sobre el terreno de toda la invasión el pasado octubre, aunque en enero decidió su relevo por el general Valery Gerasimov de manera expeditiva.

Héroe de guerra por sus despiadadas acciones en Siria y Chechenia, el 'general Armagedón' se convirtió este invierno en el cerebro del plan de destrucción de las infraestructuras energéticas de Ucrania, que bloqueó buena parte de las operaciones militares del ejército de Kiev y dejó a cientos de miles de civiles expuestos a un frío letal. Sin embargo, perdió gran parte de ese 'crédito' al verse obligado a retirar al ejército de la plaza conquistada de Jersón ante la presión ucraniana e incumplir las expectativas de avance del Kremlin en la exrepública. Trasladado de nuevo a Moscú, pasó a ejercer de vicecomandante de la invasión.

El 'general Armagedón' y el ministro de Defensa, Seguéi Shoigú, en el cuartel general de Ucrania EP

Prigozhin fue el mayor de los críticos con el relevo de su amigo y exmentor en el frente. Tanto es así, que el líder mercenario entró en una espiral de quejas contra el ministro de Defensa y su equipo debido a la «débil» gestión de la guerra y el insuficiente envío de pertechos que se ha prolongado hasta este fin de semana, cuando el cúmulo de críticas desembocó en la rebelión. Incluso Gerasimov le prohibió este invierno pasado la entrada en el cuartel general por sus continuas visitas plagadas de exabruptos.

Miembros de la Administración estadounidenses han expresado a 'The New York Times' su convencimiento de que el jefe mercenario no se habría lanzado a una rebelión contra Moscú sin pensar que tendría algún apoyo desde el interior de la estructura militar rusa. La ausencia de una respuesta armada a su motín, más allá de un enfrentamiento con varios helicópteros de combate en su camino, y la facilidad con la que tomó el distrito militar de Rostov apuntaban en esa dirección, al igual que las características del propio envite. Ningún analista se imagina cómo Prigozhin, un veterano en combate, pudo pensar que llegaría a buen puerto una revuelta con solo 8.000 hombres enfrentados a las fuerzas armadas rusas.

Las sospechas sobre Surovikin, reveladas por el rotativo neoyoquino en su edición de hoy, deberán concretarse en las próximas horas. Para la Inteligencia de EE UU y de Ucrania, su implicación sería una gran noticia, ya que el 'carnicero de Siria' continúa figurando entre los estrategas de la invasión y es conocido por sus métodos bélicos expeditivos. Su remoción sería celebrada por Occidente y además podría causar un fuerte impacto psicológico en su país, donde está considerado un héroe nacional.

Aparte de concretar si Surovikin pudo conocer los planes de Prigozhin, las fuerzas de seguridad deben ahora averiguar hasta qué grado participó o si, en cambio, decidió no secundarlos. Esta posibilidad alumbraría otro escenario más cómodo y evitaría a Putin su destitución y arresto. Al menos, de manera inmediata. De hecho, la CIA ha asegurado que el propio presidente ruso estaba al corriente de las intenciones del líder del Grupo Wagner horas antes de la rebelión, del mismo modo que lo sabía la Casa Blanca y los líderes del Congreso de EE UU desde el miércoles. La única incógnita residía en cuándo Prigozhin daría el paso.

Un soldado ruso yace muerto junto a un tanque destrozado en el frente de Donetsk, en la que todavía se denomina 'línea Surovikin' de defensa de las tropas invasoras. Reuters

El general Surovikin se declaró en contra de la revuelta al poco de conocerse que el Grupo Wagner ocupaba Rostov, una ciudad rusa a cien kilómetros de la frontera con Ucrania donde opera uno de los cinco distritos militares que dirigen la invasión. «Le insto a que se detenga. El enemigo solo está esperando que la situación política interna empeore en nuestro país», apeló el 'carnicero de Siria' en un mensaje dirigido a su exaliado, con una mano descansando sobre un fusil ametrallador. Más allá de una proclama espontánea, también cabe pensar en este juego de incógnitas, sospechas y traiciones que se tratara de un mensaje forzado por las circunstancias.

Resulta llamativo, según revela 'The New York Times', que otro mando, el teniente general Vladimir Alekseyev calificara la revuelta como «una puñalada en la espalda del país y del presidente» en un mensaje público y horas más tarde se le viera conversando tranquilamente con Prigozhin en una plaza de Rostov. En ese momento, Putin ya había declarado al cabecilla del Grupo Wagner de traidor y ordenado su detención, que nadie llevó a cabo.

Lo que está claro es que al jefe del Kremlin posiblemente le gustaría ahora dar marcha atrás en el tiempo y borrar la ceremonia celebrada en diciembre en la que le impuso la Orden de San Jorge de Tercera Clase a Surovikin por sus logros en el campo de batalla. Un alarde efímero si se tiene en cuenta que un mes más tarde le destituyó en uno de los más sonados episodios de patetismo que ha vivido el Gobierno ruso desde el comienzo de la invasión.

Surovikin regresó a Moscú mientras el segundo en la jerarquía de Defensa, Valery Gerasimov, ocupaba su puesto. Nadie entendió nada. El general y el ministro Shoigú evidenciaban así su profunda enemistad en un momento crítico. Los progandistas del régimen se preguntaban cómo el presidente hacía volver al héroe que había logrado el apagón energético de Ucrania, una táctica bélica puesta de relieve por no pocos entendidos como una manera de hacer rehén a la población en vísperas de un crudo invierno e intentar obligar a las autoridades de Kiev a una negociación. Una forma terrible de ganar fama, pero no inaudita en alguien que se ha ganado el apodo de carnicero de Siria.

La retirada de las tropas rusas y prorrusas de Jersón conllevó un alto coste político para Surovikin Reuters

La maniobra dejó tocado a Putin, pero también generó una enemistad sin retorno entre Prigozhin y Serguéi Shoigú. Ambos mantienen una fuerte rivalidad. El jefe de Wagner entendió que el revelo del 'general Armagedón' era la vía del ministro para segarle la hierba bajo los pies en el frente. En Moscú también se vio como una maniobra política del presidente y su Estado Mayor. «Era obvio que el nombramiento de Surovikin y los elogios que recibió se debieron, al menos en parte, a la necesidad de crear una figura con mando para acciones 'vergonzosas' que Putin no quería tomar en su propio nombre», explicó a Reuters el investigaddor del grupo de expertos Carnegie Endowment for International Peace. Es decir, el general habría jugado el papel el chivo expiatorio de Putin para purgar los fracasos militares en un invierno que los propagandistas radicales consideraban crucial en el objetivo de derrocar al Gobierno de Zelenski.

La amistad de Surovikin con el líder del Grupo Wagner se remonta a Siria cuando ambos ejercían aparentemente como dos fieras sueltas con licencia para matar. Prigozhin afirma de él que «es el comandante más competente del Ejército ruso». Considerado un maestro en logística, fue éste uno de los motivos por los que fue trasladado al frente ucraniano en octubre, entonces un desastre en cuestión de abastecimiento y suministro de munición a los soldados rusos combatientes en primera línea.

Surovikin tiene una fama bien construida de despiadado. Quienes le han analizado afirman que su técnica consiste en conseguir logros militares aterrorizando a la población civil. Algo así como decantar una victoria midiendo quién tiene más estómago en una guerra. Supervisó la campaña de Alepo en 2016 y la destrucción de esta ciudad siria bajo una serie de bombardeos sistemáticos que no dejaron piedra sobre piedra.

Los bombardeos sobre Alepo causaron la devastación completa de la ciudad siria AFP

Las informaciones al respecto afirman que asaltó escuelas, hospitales y viviendas. Murieron 600 civiles, entre ellos numerosos niños. Sobre ellos cayeron armas prohibidas como las bombas de racimo y las de tipo incendiario. Así nació el 'carnicero de Siria', que ha sido acusado de utilizar el mismo arsenal en Ucrania. El día en que le nombraron al mando se estrenó con un intenso bombardeo sistemático sobre varias ciudades de la exrepública. Luego condenó a sus ciudadanos a la muerte por sed o congelados.

¿Cómo un individuo así resiste la presión de ser investigado por ayudar a una rebelión? De su declaración depende ahora algo mucho más grave que la iniciativa armada deun caudillo mercenario frustrado. Si se demuestra que «ayudo a planificar» este motín, dejaría claro que una parte de la jerarquía militar está, al menos, a favor de un cambio en el Kremlin, Hasta qué grado no se sabe aún. Prigozhin declaró este lunes que su intención no era derrocar a Putin. Su enemistad con el ministro Shoigú, Gerasimov y otros miembros de la cúpula del Ejército, común por otra parte con Surovikin, puede apuntar a que su objetivo hubiera sido una remoción completa del Minsterio de Defensa y de la dirección de una guerra cuyaduración y coste de vidas hace mella cada vez más en la sociedad rusa.

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