Bruselas planta cara a las mafias con más penas para el tráfico de migrantes

La propuesta, que deberán debatir los Veintisiete y el Parlamento Europeo antes de su adopción final, plantea además que la jurisdicción de los Estados miembros se aplique también en los casos en los que los barcos se hundan en aguas internacionales. De este modo, «se pretende perseguir específicamente las redes de tráfico de migrantes» y se incide en que la actividad de las ONGs que llevan a cabo la búsqueda y rescate de migrantes «no debe ser criminalizada bajo ningún concepto», explica la directiva.

«Se trata de poner el foco donde se debe poner: castigar a las mafias, nunca a los migrantes», resumió la comisaria de Interior, Ylva Johansson. En esta cruzada contra los grupos dedicados al tráfico de extranjeros resulta indispensable «reforzar las capacidades y los recursos de los países europeos». Bruselas insta a dar a las autoridades nacionales los recursos necesarios para asegurar la efectiva prevención, investigación y persecución de estas actividades ilegales. En paralelo, la institución comunitaria apuesta por la recolección de datos y el intercambio de información entre los Estados miembros, así como armonizar sus regulaciones, para mejorar la lucha contra estas bandas.

Para facilitar la persecución de estas actividades, Bruselas propone definir de forma más clara dentro de la UE los delitos de contrabando que puedan causar daños graves a una persona. Otra de las cuestiones en las que la Comisión Europea pone el foco es en reforzar el papel de la Europol, con herramientas avanzadas de coordinación y análisis, que podrán ser de ayuda a los países de la Unión.

La directiva presentada este martes se enmarca dentro de las acciones propuestas por Bruselas para frenar las llegadas irregulares a la UE, en un momento en el que la inestabilidad amenaza con una nueva ola de migrantes. La Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) alertó en septiembre de «un fuerte incremento» de entradas ilegales al continente entre enero y julio de este año. Aumentó especialmente la migración a través del Mediterráneo central y de la ruta de los Balcanes, dos de las más mortíferas en el camino para desembarcar en Europa.

El giro en los países del bloque también ha sido importante, con la proliferación de discursos antiinmigración en naciones como Suecia, Países Bajos e Italia, entre otros. El atentado que tuvo lugar el pasado mes de octubre en Bélgica -en el que un tunecino que residía de forma irregular en el país mató a dos ciudadanos suecos- también ha servido a la Unión para endurecer su postura en torno a esta cuestión, por miedo a los denominados 'lobos solitarios'.

El futuro Pacto sobre Migración y Asilo, que se sigue negociando entre los Veintisiete y las instituciones comunitarias, recoge el derecho de los países de la UE a expulsar de su territorio a las personas consideradas «peligrosas para la seguridad nacional». Apuesta, además, por los acuerdos con terceros países para frenar las llegadas irregulares, las contribuciones solidarias a aquellos Estados miembros que más refugiados acojan y acelerar el proceso de devolución de quienes no cumplan con los requisitos para pedir asilo en el bloque.