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Rafa sanz del RÍO
Martes, 3 de mayo 2022, 12:16
En medio de un contexto complejo marcado por la invasión a Ucrania, Europa entera observó expectante las elecciones presidenciales de Francia. Emmanuel Macron salió victorioso y consiguió salir reelegido, pero el triunfo supo amargo con el histórico 40% del partido derechista capitaneado por Marine Le ... Pen. El papel protagónico del gobierno galo en el continente, obliga a poner bajo la lupa un proceso electoral particular, con la Unión Europea como tema central. Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano en torno a la UE explica, durante un coloquio del think tank: «Tenemos una Francia dividida cada vez menos en eje derecha e izquierda, y más centrada en el sí o no a la Unión. Al igual que ocurrió en Gran Bretaña». El proceso electoral francés ha estado marcado por el modelo de inserción del país en el mundo y en el continente. En varios Estados miembros hay cierto «decepcionalismo» con Europa.
Macron eligió el himno de Europa, la bandera de la UE, frente al euroescepticismo de Le Pen y Melenchon. La cuestión europeísta ha pasado a primer plano, pero también el choque entre los núcleos urbanos y rurales con un matiz generacional entre ambos. Precisamente esto último ha llamado la atención de los expertos. A Carmela Ríos, ex corresponsal en Francia durante más de una década y columnista de El País, le sorprendió que la mayoría de simpatizantes de Macron eran muy jóvenes. «Ha entendido que su comunicación política pasa por incorporar a gente jóven». El trabajo detrás del candidato identificó los códigos de comunicación de los jóvenes: instagram,youtube.twitter, snapchat… Lo que le ha convertido en el candidato más votado entre los 18-24 años según las encuestas.
La periodista explica que el candidato de centro derecha cambió todo su equipo informativo tras una campaña traumática en 2017. «La desinformación y los ciberataques en 2017 les afectaron tanto, que se ha notado en su aparición con muchísima más dificultad». La digitalización y la gestión de RRSS ha sido la clave. Macron se acercó a medios millenials como Brut o Jeuxvideo.com, y ha evitado los medios tradicionales como Le Monde, para atraer unas generaciones desencantadas en un ambiente electoral afectado por el aumento abstencionista. Este ha llegado hasta el 28% durante la segunda vuelta, datos históricos desde 1969 y un punto por encima del resultado de hace semanas. Según un estudio de Ipsos, el perfil de los abstencionistas está entre los jóvenes con una renta baja.
De todas las estrategias políticas del dirigente, a Ríos le llama la atención la famosa sesión de fotos donde el político mostró su pelo en el pecho. «Es un acierto de su equipo. Al igual que Obama con su retrato. Representa el alma de un candidato humano, lejos de las élites y campechano». La profesional añade que esto se está haciendo también en España, y pone de ejemplo a Juanma Moreno Bonilla, que en Instagram sigue ese mismo registro de cara a las elecciones andaluzas.
Cécile Thibaud, corresponsal en Madrid de Les Echos La Tribune de Genève, Sud-ouest y Challenges, expone que la situación interna que ha atravesado dichas votaciones ha sido especial, y anuncia las repercusiones de las mismas en el viejo continente. «Hay un malestar francés en general. «El referéndum constitucional europeo de 2005, la crisis de los chalecos amarillos y la concepción de la UE amenazan la visión ególatra del pueblo francés». Thibaud cuenta que mientras España ve la Unión como un éxito, la democracia pura, los derechos sociales, …Francia tiene la sensación de que tiene algo que perder.
La informadora considera que la UE es algo bueno para Macron, y viceversa. Es precisamente esa perspectiva lo que le diferencia de los otros dos. Su posición es más válida y sólida, frente a una desconfianza poco elaborada. «La victoria es una buena noticia en un momento convulso, y con una nación tan importante para el proyecto. Y que sea su sello de identidad es una muy buena noticia. Sin embargo, el debate en torno a este punto ha sido algo simplista en torno a Europa. Ignacio Medina, comenta que fue como el que hubo en Gran Bretaña con la pinta de cerveza. «Nunca se habla de política exterior en las campañas electorales. Los mensajes simplistas abundan y provocan problemas, porque como en el Brexit utilizan el enfado o descontento de toda la comunicación política.El queso francés, la letra ñ… Todo lo mismo».
De todas maneras, como exclama Thibaud, «si alguien cree que las elecciones francesas han resuelto algo, que se de cuenta de que no«. A este sufragio presidencial le siguen las elecciones legislativas, que tendrán lugar en junio de este año, donde se eligen los 577 diputados de la Asamblea Nacional. El bloque de partidos de izquierdas plantea una candidatura conjunta para frenar tanto a Macron como LePen, pero los expertos aseguran que el último resultado es alentador. «Es una victoria muy grande, por 15 puntos. Francia es un estado europeísta, fundador, y Macron debe asentar su partido, ya que no podrá ser reelegido».
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