anje ribera
Jueves, 15 de septiembre 2022, 18:29
El convulso Cáucaso, escenario histórico de las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán por las particulares fronteras definidas en la era soviética, vivió este jueves por sorpresa una jornada de paz. Las armas callaron cuando nadie se lo esperaba. Ambas partes respetaron el alto el fuego ... alcanzado el miércoles tras dos días de enfrentamientos que dejaron más de 170 muertos y amenazan con torpedear el frágil proceso de paz auspiciado por la UE.
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La implicación de la comunidad internacional, según indicó el Consejo de Seguridad Nacional armenio, obró un milagro que, sin embargo, nadie cree que será prolongado. Previamente, Rusia, tradicional mediador en la región, anunció también una tregua que fue incumplida. Ambos países se acusaron mutuamente de bombardeos.
Este nuevo episodio de una lucha histórica, agravada a finales de los noventa en el marco de la desintegración de la URSS, ha provocado numerosas bajas en los dos ejércitos beligerantes, además del éxodo de cientos de civiles armenios residentes en las áreas limítrofes de este importante territorio estratégico del sudeste de Europa que sufre profundas divisiones políticas, culturales y étnicas, con Nagorno Karabaj en el corazón del enquistado conflicto. La zona está habitada por una población mayoritariamente armenia, pero las fronteras internaciones la dibujan integrada en Azerbaiyán.
Los combates que se iniciaron el lunes son los más graves desde 2020, cuando se registraron más de 6.500 muertos y Armenia se vio obligada a ceder territorio. Fue la punta de un iceberg que oculta en su base discrepancias político-territoriales que también salpican religiones y que desde los años cincuenta del pasado siglo suma decenas de miles de víctimas por la política implantada en la comarca por Josef Stalin, partidario siempre de la estrategia de divide y vencerás para evitar cualquier tipo de homogeneidad en todas las repúblicas soviéticas.
El dictador nunca hizo nada para intentar solucionar los conflictos de esta importante región montañosa, escenario durante siglos de luchas por lograr parcelas de control. Siempre fue defensor de crear pequeñas repúblicas dentro de cada república. Es el caso también de Chechenia, Georgia o incluso Ucrania, en la región del Donbás.
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Para el Gobierno de Erevan el área de Nagorno Karabaj (Alto Karabaj) forma parte de su idea irreal de aglutinar a los territorios que históricamente han sido poblados por la etnia cristiano-ortodoxa armenia. Sin embargo, los aproximadamente 150.000 habitantes de esta religión que residen en la zona desde 1923 han estado bajo control de las autoridades azeríes, musulmanes, aunque gozaban de una ligera autonomía, una especie de 'Estado fantasma' sustentado por un conflicto sin fin de tipo etnonacionalista que se retroalimentó durante la desintegración del antiguo bloque comunista de la Guerra Fría.
El conflicto, lejos de otear un final, sigue muy vivo en un momento ya muy difícil para la región por la invasión rusa de Ucrania. Por tanto, la actual geopolítica dificulta la resolución, ya que tanto Armenia como Azerbaiyán parecen estar bajo el programa de expansión diseñado por Vladímir Putin. Muchos ven allí el siguiente campo de batalla.
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