Los ataques a cuchilladas se disparan en Alemania y abren el debate sobre la prohibición de las armas blancas

«Necesitamos un mayor control sobre unas armas de acceso fácil y con las que se pueden cometer crímenes brutales«, afirmó hace esacasos días la ministra alemana del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser. Su frase resulta ahora profética, a la vista del acuchillamiento múltiple de Solingen, donde tres personas han muerto y siete resultado heridas por un individo que posteriormente se dio a la fuga.

Faeser no se refería a armas de fuego, adquiridas legalmente o en el mercado negro, sino a cuchillos o navajas, como los que pueden comprarse en cualquier centro comercial o ferretería. Desde el cuchillo de cocina a una navaja de abanico o mariposa. Los ataques con arma blanca se han disparado en los últimos años. Más de un 12 % en un año, según la estadística policial de Interior. Y, además, su espectro se ha amplificado: ya no se trata de reyertas, atracos o delitos atribuibles a la delincuencia común. Proliferan también los ataques del yihadismo con arma blanca, así como las agresiones a policías, a controladores en los trenes o al personal sanitario de hospitales y consultas médicas.

Faeser se plantea endurecer al menos las leyes correspondientes al porte de cualquier arma blanca en la vía pública. Se propone la prohibición de cualquier cuchillo o navaja cuya hoja exceda a los 6 centímetros. Actualmente el límite está en los 12 centímetros. Cuenta con el apoyo de las filas socialdemócratas, a las que pertenecen tanto ella como el canciller Olaf Scholz, así como de sus socios Los Verdes, aunque no del tercer aliado de la coalición de gobierno, los liberales. Esta situación no es anómala en el Ejecutivo alemán, donde viene a ser casi constante el rechazo liberal a múltiples propuestas, especialmente las que, según ese partido, afectan a las«libertades individuales«. El ministro de Justicia, Marco Buschmann, es un liberal, por lo que la iniciativa de la ministra deberá sortear numerosos obstáculos procedentes de su departamento.

Pero, por lo menos, Faeser tiene un buen aliado desde el estamento policial, cuyo sindicato apoya la propuesta. El bloque conservador, primera fuerza de la oposición, considera incluso que debería prohibirse el porte de cualquier arma blanca. Y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), actualmente segunda fuerza en intención de voto, aprovecha el debate para sostener que un alto porcentaje de los ataques o delitos con arma blanca proceden de la población de raíces extranjeras o migrantes irregulares.

El caso reciente del policía muerto a cuchilladas en Mannheim por un afgano de 25 años, que se lanzó contra un mitin ultraderechista y acabó matando al agente, alimenta los argumentos de la AfD. También el más reciente del joven austríaco-macedonio de 19 años, detenido en Viena por presuntamente planear un atentado yihadista ante un concierto de Taylor Swift. La fotografía difundida por las autoridades austríacas, y que el propio sospechoso había colgado junto a un juramento de fidelidad a Estado Islámico (EI), le muestran portando dos grandes cuchillos, supuestamente para cometer su ataque.

Pero además de los casos presuntamente relacionados con el yihadismo, está el incremento de la violencia con arma blanca y ni siquiera relacionada con la delincuencia común. Mientras que los atentados, inclusive los cometidos por los llamados 'lobos solitarios', responden a planes que pueden ser interceptados por el espionaje, otros ataques a cuchilladas pueden originarse de forma espontánea, como respuesta violenta de alguien que lleva esa arma en el bolsillo o que reacciona usándola ante situaciones de pánico o nerviosismo. Son, por tanto, imposibles de detectar.

Solo el año pasado se registraron en Alemania 8.951 casos de lesiones físicas por arma blanca. Los ataques a cuchilladas en trenes alemanes se situaron en 2023 en 777. En lo que va de año, se está ya en los 430 casos de agresiones en ferrocarriles o estaciones.

El cómputo total de delitos con arma blanca en Alemania subió en 2023 a casi 400.000 delitos, un aumento del 12 % respecto al año anterior.

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