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T. Nieva
Jueves, 4 de enero 2024, 18:12
El grupo Estado Islámico ha reivindicado la autoría del atentado que el miércoles desató una masacre en torno a la mezquita Saheb al-Zaman en la ciudad de Kermán con un balance final de 84 muertos y casi tres centenares de heridos. La asunción de ... este asesinato en masa, el mayor perpetrado en la república islámica, confirma las sospechas que se han abierto camino desde la mañana de este jueves en medios de la investigación a medida que se reunían datos del ataque y consolidaban la hipótesis de una acción cometida por suicidas. Teherán incluso ha reforzado desde primeras horas la vigilancia en las fronteras con Afganistán y Pakistán, teatro de operaciones del Isis.
La posibilidad de una doble acción suicida surgió ya en instantes posteriores de la masacre. Algunos testigos aseguraron ver cómo dos individuos hicieron explotar sendos cinturones explosivos en dos lugares distantes cientos de metros uno del otro y con casi quince minutos de diferencia, en medio de la explonada donde una multitud conmemoraba el cuarto aniversario del asesinato del general Qasem Soleimani, enterrado en el cementerio junto a la mezquita. Sin embargo, las autoridades finalmente dieron como buena la versión de que los artefactos estaban escondidos en bolsas de plástico y fueron detonados a distancia.
La agencia estatal IRNA ha informado que se han encontrado los restos dispersos de, al menos, uno de los dos kamikaces. El propio Daesh ha facilitado sus identidades en su mensaje grabado, como es habitual en sus acciones suicidas. Se trata de Omar al Mowhid y Saifalá al Muyahid, cuya muerte querría advertir a «los politeístas que sepan que los yihadistas están detrás suyo y de sus proyectos». Los dos activaron sus bombas en medio de «una gran multitud de apóstatas, cerca de la tumba de su líder Qasem Soleimani».
La organización alude al conflicto isarelí, que denomina una guerra religiosa y advierte a Hamás que no colabore con los chiíes, en lo que sería una advertencia al apoyo de Hezbolá. Estado islamico llama además a los «leones del islam» a perseguir a «judíos, cristianos y sus aliados en las calles de Estados Unidos, Europa y el mundo» en represalia por la ofensiva lanzada en Gaza. Aparte de sus objetivos de unir y dirigir el mundo musulmán, uno de sus principios declarados consiste en la «liberacion de Palestina». En su comunicado aboga por atentar sobre civiles y «objetivos fáciles» como las iglesias y las sinagogas de Occidente.
El 'modus operandi' de la organización terrorista es casi calcaldo al que este pasado mes de agosto utilizó en Afganistán al detonar un explosivo de alta potencia en medio de la muchedumbre que asistía a un mitin del principal partido del país en una localidad del noroeste. En ese ataque murieron 54 civiles.
El grupo yihadista llegó a controlar hace unos años gran parte de Siria e Irak, con sus campos de petroleo y las principales ciudades. Bajo su dominio viven al menos ocho millones de habitantes sometidos a la aplicación más rigurosa de la sharia. Cuenta con miles de militantes y ha sido responsable de varios atentados en la República Islámica. El último de ellos, antes del perpetrado el miércoles, sucedió a finales del año pasado, en octubre, cuando un comando de Estado Islámico atacó el mausoleo de la ciudad de Shiraz, un lugar de culto para los chiiés, y abrió fuego contra los reunidos. Mató a quince personas y otras cuarenta resultaros heridas
Tras haber dicho que hubo 95 muertos y 181 heridos, Teherán rebajó este jueves el balance de víctimas mortales. «Según las últimas estadísticas, 84 personas murieron», anunció el jefe de los servicios de emergencia del país, Jafar Miadfar, en la televisión estatal. El atentado dejó «284 heridos», de los cuales «195 siguen hospitalizados», añadió Miadfar.
El atentado -dos explosiones con un intervalo de 15 minutos- se produjo cerca de la mezquita Saheb al Zaman, donde se encuentra la tumba del general Qasem Soleimani, responsable de las operaciones militares iraníes en Oriente Medio, asesinado por Estados Unidos el 3 de enero de 2020 en Irak. Las bombas estallaron cuando una multitud conmemoraba el cuarto aniversario de su muerte. El ministro del Interior, Ahmad Vahidi, advirtió sin embargo que el balance de víctimas aún podía aumentar, ya que algunos heridos se encuentran en un «estado crítico».
El ataque se produjo en plena tensión en Oriente Medio y un día después de que el número dos del movimiento islamista palestino Hamás, Saleh Al Aruri, aliado de Irán, muriera en un ataque en Beirut, que las autoridades libanesas atribuyeron a Israel.
Teherán decretó este jueves un «día de duelo nacional», tras el atentado más sangriento en el país desde 1978, cuando un incendio criminal causó al menos 377 muertos en un cine en Abadan (sudoeste), según los archivos de la AFP. El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, prometió una «dura respuesta» y otros dirigentes iraníes acusaron a Israel y Estados Unidos. El Estado hebreo, archienemigo de Irán, no se pronunció sobre el atentado y afirmó «estar concentrado en los combates» en Gaza.
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