Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Miércoles, 12 de febrero 2025
Resuelta, a su manera, la guerra de Gaza, mediante la expulsión permanente de todos los palestinos para crear 'la Riviera de Oriente Medio', Donald Trump se dispone ahora a resolver el otro gran conflicto que ha heredado, el de Ucrania. Con ese objetivo, ayer tomó el teléfono para acordar con Vladimir Putin el comienzo «inmediato» de las negociaciones.
Publicidad
«Estoy convencido de que estos esfuerzos llevarán a un final exitoso, ¡con suerte pronto!», escribió en Truth Social, la red que él mismo creó. Volodimir Zelenski se enteró de la noticia como el resto del mundo, por las redes sociales, aunque Trump cumplió su promesa y tardó muy poco en llamarle para informarle de la «larga y productiva» conversación que había sostenido con el mandatario ruso sobre el futuro de su país.
Zelenski dio cuenta de la llamada a través de Telegram. «Acabo de hablar con Donald Trump. Ha sido una larga conversación sobre las posibilidades de lograr la paz y nuestra voluntad de trabajar juntos», detalló, asegurando que también han discutido sobre capacidades militares, sobre todo drones.
El presidente ucraniano también ofreció detalles sobre su encuentro con el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, que le presentó ayer en Kiev un plan que condiciona la ayuda de la superpotencia americana a su acceso a tierras raras y materias primas clave para el desarrollo tecnológico. «Ucrania quiere la paz más que nadie», apostilló Zelenski. «Definiremos nuestras medidas conjuntamente con Estados Unidos para detener la agresión rusa y garantizar una paz confiable y duradera. Como dice Trump, ¡hagámoslo!», concluyó.
Menos cortesías tuvo el presidente de Estados Unidos con su propio enviado especial para la guerra entre Rusia y Ucrania, el general retirado Keith Kellogg, al que no mencionó cuando informó de que ha encargado a su equipo el comienzo de las negociaciones, en las que, según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, él mismo estará involucrado. Según su publicación, la tarea recae sobre el secretario de Estado, Marco Rubio, el director de la CIA, John Ratcliffe, el asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, y el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, quien trabó el alto al fuego en Gaza días antes de su investidura.
Publicidad
Witkoff se encontraba el martes en Rusia, donde se le atribuye la liberación del maestro de Pensilvania, Marc Fogel, condenado a 14 años por portar marihuana con fines medicinales. El multimillonario neoyorquino, un viejo amigo de Trump, enriquecido también por sus inversiones inmobiliarias, al que el presidente le ha encargado «asistir con la paz», se trajo al maestro de vuelta en su avión privado, pero dijo no saber si se le había dado algo a cambio a Rusia por ese gesto de «buena voluntad».
Preguntado al respecto, Trump negó que se le hubiera otorgado contraprestación alguna a Rusia. «No, muy poco», afirmó. Ayer se conoció a través del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, que en realidad había sido un intercambio por Alexander Vinnik, detenido en Grecia en 2017 por fraude de criptomoneda y lavado de dinero.
Publicidad
A la luz de ese «éxito» diplomático, Putin contestó ayer la primera llamada que recibe de un presidente estadounidense desde febrero de 2022, cuando Joe Biden intentaba evitar que invadiese Ucrania. «El presidente ruso invitó al presidente de EE.UU. a visitar Moscú y expresó su disposición a recibir a funcionarios estadounidenses en Rusia en aquellas áreas de interés mutuo, incluyendo, por supuesto, el tema de la resolución del conflicto en Ucrania», dijo Peskov.
Putin estaba preparado para la tarea de ganarse al líder estadounidense conocido por el tamaño de su ego. «¡Incluso usó mi poderoso lema de campaña del 'sentido común' en el que los dos creemos!», se congratuló Trump en las redes sociales. «Hemos acordado trabajar juntos muy de cerca, incluyendo visitar nuestras respectivas naciones».
Publicidad
Hace diez años que el mandatario ruso no viaja a Estados Unidos, desde que en septiembre de 2015 le recibió Barack Obama en el marco de la Asamblea General de la ONU. Hay que remontarse a 2005 para encontrar una visita específica a la Casa Blanca, cuando le recibió George W Bush hace ya 20 años. «No hay ningún motivo para recibir con pompa de Estado a un criminal de guerra perseguido por el Tribunal Penal Internacional», protestó en CNN Evelyn Farkas, adjunta al Secretario de Defensa para Rusia, Ucrania y Eurasia durante el segundo mandato de Obama.
Los analistas republicanos y demócratas reaccionaban con espanto a la noticia, no solo por el clima de complicidad patente entre ambos mandatarios, sino por el hecho de que Estados Unidos esté cediendo sus herramientas de negociación antes de sentarse a la mesa. El nuevo secretario de Defensa se estrenó en Bruselas descartando de antemano la entrada de Ucrania en la OTAN y la vuelta a las fronteras de 2014, que su gobierno no considera «realista», y ve como un mal comienzo para las negociaciones. «Perseguir ese objetivo ilusorio solo prolongará la guerra y causará más sufrimiento», justificó en el marco de la reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, que reúne a más de 40 países.
Publicidad
El Pentágono ni siquiera planea poner tropas para la defensa de Ucrania cuando acabe la guerra, una tarea que deja a los europeos, a los que también demanda una mayor contribución militar. «Estados Unidos está comprometido con la OTAN, pero no tolerará una relación desequilibrada», enfatizó. De utilizarse tropas de la OTAN, tendrían que desplegarse fuera del artículo 5, para no activar la cláusula de mutua defensa, aleccionó.
Hoy se espera que participe en la reunión que sostendrá el presidente ucraniano con el vicepresidente estadounidense JD Vance en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde también estará el secretario de Estado estadounidense, al que Trump ha encargado ser parte de las negociaciones. «Hemos acordado parar los millones de muertes que están ocurriendo», escribió Trump.
Noticia Patrocinada
Satisfecho con el devenir, el Kremlin reportó la misma cordialidad en la llamada, pero puso el acento en que ambos mandatarios han acordado resolver también «las causas profundas» del conflicto, lo que anticipa que la negociación puede ser más lenta de lo que promete Trump.
Si hay algo que Ucrania pueda ofrecer a Trump es recursos energéticos. El presidente estadounidense ha manifestado su interés en obtener 500.000 millones de dólares en minerales de tierras raras, además del litio, titanio y uranio, con los que seguir garantizando su apoyo defensivo. De ahí la presencia ayer en Kiev del secretario del Tesoro, Scott Bessent, que por el momento ofrece a Zelenski «una asociación mutuamente beneficiosa que incluya el desarrollo conjunto» de sus recursos. Una oferta mucho más generosa que la que ha hecho a Palestina por quedarse con Gaza.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.