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Donald Trump ha tenido que cambiar el paso en su camino hacia la Casa Blanca. Con Joe Biden retirado de esa carrera ya no le valen sus bromas de dudoso gusto sobre la edad, la salud o los sucesivos despistes del presidente que tantas carcajadas despertaban entre sus simpatizantes. Ahora su estrategia debe ser otra, y el magnate lo sabe. De hecho, el mismo fin de semana que se rumoreaba que su rival planeaba hacerse a un lado -como así ocurrió- el candidato republicano comenzó a elevar el tono de sus comentarios sobre Kamala Harris. Y desde entonces no ha parado. La ola de ilusión que ha despertado la vicepresidenta, a la que no le ha salido ningún contrincante para la nominación demócrata, sólo le ha dado más motivos para atacarla sin piedad.
La última ocurrencia de Trump sobre su nueva rival -a falta de la designación oficial, un proceso que ha comenzado este jueves de manera virtual- es que «se volvió negra» de la noche a la mañana. «Ella siempre tuvo ascendencia india y sólo promovía esa ascendencia. No sabía que era negra hasta hace unos años, cuando se volvió negra y ahora quiere ser conocida como negra. Así que no sé si es india o negra», soltó en un encuentro con periodistas afroamericanos en Chicago. Las caras de la mayoría de sus interlocutores eran un poema. «Creo que alguien debería investigar eso», insistió el expresidente, convencido de que Harris utiliza sus orígenes como estrategia electoral.
La líder demócrata, de 59 años, es hija de padre jamaicano y madre india, y ella misma se reconoce como «negra». «El mismo show de siempre (...). El pueblo estadounidense merece algo mejor que la división y la falta de respeto de Donald Trump», respondió Harris, que está acostumbrada a ataques de todo tipo por parte del republicano. Ya lo advirtió hace unos días: «Fui fiscal, conozco a tipos como él». La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, salió también en defensa de la vicepresidenta porque «nadie tiene derecho a decirle a alguien cómo se identifica». Los comentarios del magnate son «insultantes», zanjó.
Al magnate poco parece importarle lo que otros digan de él. En el encuentro de Chicago volvió a demostrarlo al jactarse de haber sido «el mejor presidente para la población negra desde Abraham Lincoln». Incluso se quejó de las preguntas de algunos periodistas, a los que acusó de haber sido «muy groseros». El nerviosismo en el equipo de campaña de Trump va en aumento desde la irrupción de Harris, que además de haber dado la vuelta a las encuestas -a su favor- se ha encontrado con el camino libre para su designación como candidata demócrata. Nadie más se ha postulado. El proceso para su nominación virtual ha comenzado este jueves (1 de agosto) y se extenderá hasta el lunes (5), sin esperar a la convención que el partido celebrará a mediados de mes debido a los plazos legales que manejan algunos Estados. En Ohio, por ejemplo, se exige que los nombres que vayan en las papeletas estén registrados antes del miércoles (7).
This afternoon, Donald Trump spoke to the National Association of Black Journalists.
— Kamala Harris (@KamalaHarris) August 1, 2024
It was the same old show.
Let me just say: The American people deserve better than Donald Trump’s divisiveness and disrespect.
Justo antes, probablemente el martes, Harris comunicará quién será su compañero de fórmula electoral y competirá con el republicano J. D. Vance, la 'pareja' de Trump para los próximos comicios, por el puesto de vicepresidente de EE UU. La popularidad del senador de Ohio, de 39 años, ha caído en picado en apenas dos semanas por una ristra de comentarios desafortunados sobre la candidata demócrata, a quien incluyó en el saco de «mujeres gato sin hijos, solitarias e infelices». El propio Trump tuvo que salir al paso de esta polémica, que no le conviene nada, justificando que su 'número dos' es un gran defensor de la familia. Pero el magnate tampoco se queda corto y la pasada semana acusó a su rival de cometer una «ejecución de bebés» debido a su postura a favor del aborto.
Hasta ahora Trump y Harris sólo se han hablado a través de sus respectivos actos electorales y las redes sociales, pero ambos están de acuerdo en enfrentarse en un debate televisado. Ella le retó el martes: «Si tienes algo que decir, dímelo a la cara». Él recogió el guante el miércoles: «Desafío aceptado». El expresidente deberá decidir cómo se dirige a su rival en un plató, porque fuera ya ha hecho gala de su 'ingenio' con apodos como «Kamala la mentirosa», «la divertidísima» o «la loca».
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