Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 20 de enero
Bernie Sanders. Reuters
El triunfo en New Hampshire convierte a Bernie Sanders en el rival a batir en las primarias

El triunfo en New Hampshire convierte a Bernie Sanders en el rival a batir en las primarias

Comienza la guerra sucia contra el veterano senador en Nevada, la siguiente parada en la carrera demócrata

Mercedes Gallego

Nueva York

Miércoles, 12 de febrero 2020, 22:46

New Hampshire no decepcionó. El Estado del 'Vive Libre o Muere' enterró el martes a dos candidatos -Andrew Young y Patrick Devau-, desmoronó al presunto favorito -Joe Biden-, relegó a Elizabeth Warren, que prácticamente jugaba en casa, y coronó al nuevo líder de la contienda, ... Bernie Sanders. Esto último es lo que ha desatado el pánico entre los barones del Partido Demócrata, que temen perder las elecciones y el control del juego político.

'Viene el Apocalipsis', titulaba 'The New York Post', citando a demócratas «quemados» con Bernie (Berned Out, dice el juego de palabras inventadas para atacarle). La etiqueta de 'NeverBernie' se multiplica en Twitter, como hizo la del 'NeverTrump' que crearon los republicanos en 2016. No es lo único en lo que se parece el camino de Sanders.

En 2016 otro 'outsider' tomó al asalto el Partido Republicano durante la eliminatoria de primarias gracias a que la formación conservadora no pudo definirse a tiempo por un solo candidato de su gusto, sino que el voto tradicional se dividió entre 16 candidatos. Los analistas asumían que, a medida que se retirasen de la contienda, los votantes se unirían en torno a cualquier superviviente que no fuera Trump.

Solo que para cuando Ted Cruz emergió como favorito ya era demasiado tarde. Entonces confiaron en que su retórica combativa acabaría con la campaña, prometió Paul Ryan a empresarios y diplomáticos durante la Convención del partido, y si Trump perseveraba en sacudir el orden existente, el Congreso lo frenaría. Ryan dimitió hace más de un año. El monstruo lo había devorado.

Alejado de las cámaras

En el ala izquierda, Sanders comparte algo de ese Frankestein por haber crecido con el sentimiento 'antiestablishment' de nuestro tiempo, por algo el 12% de sus seguidores votaron por Trump, pero no goza del oxígeno mediático porque no intenta escandalizar ni busca el megáfono de las cámaras. Trump las necesita. El martes por la noche, mientras veía a las televisiones absortas con el recuento de votos en New Hampshire, protestaba por la falta de atención, mientras «los falsos medios buscan concienzudamente la Gran Noticia Demócrata», tuiteó. Algo que, a su juicio, desmerecía su propia victoria en ese Estado en el que ni siquiera estaba (su nominación está garantizada).

Los medios preferían centrarse este miércoles en el candidato revelación, Pete Buttigieg, que trae un soplo de aire fresco a una campaña repleta de septuagenarios. El alcalde de South Bend (Indiana) tiene 38 años, está casado con otro hombre desde hace cinco, fue combatiente en Afganistán y le pisa los talones al favorito. Con todo, la historia revela que quien gane Iowa y New Hampshire, como ha hecho Sanders, asciende hasta la nominación del partido. La única excepción fue Bill Clinton en 1992, en unas elecciones atípicas que acabaron dándole la victoria gracias a la irrupción de un tercer candidato, el multimillonario Ross Perot, que dividió el voto conservador.

Quizás por eso es hora de frenarle a toda costa. La guerra sucia ha empezado en Nevada, la siguiente parada de la eliminatoria demócrata. Por primera vez el senador de Vermont, el único socialista en la historia de EE UU, se encuentra bajo el ataque de los sindicatos que debían ser la espina dorsal de su movimiento por los obreros. La 'Revolución Sanders' que pelea por subir el salario mínimo, instaurar la sanidad universal, proporcionar educación superior gratuita, proteger el medio ambiente y subir los impuestos a los ricos para financiar programas sociales.

Advertencias

Al poco de cerrar las urnas en New Hampshire, el poderoso Sindicato Culinario, que agrupa a 130.000 trabajadores y sus dependientes, distribuyó una octavilla a sus 60.000 miembros -cuando la participación en las anteriores primarias fue de 84.000- avisándoles de que Sanders «te quitará el seguro médico que te da este sindicato».

El movimiento obrero organizado se ha pasado al ala moderada del partido, donde Buttigieg, Amy Klobuchar y Biden compiten por formar una gran coalición capaz de apelar a los conservadores decepcionados con Trump.

Animado por sus buenos resultados en Iowa y New Hampshire, Buttigieg ha contratado a un centenar de personas en Nevada, donde ensaya anuncios en español. Biden se ha refugiado en Carolina del Sur, donde los afroamericanos le veneran como el escudero de Obama, y Klobuchar ... «No tengo una gran cuenta corriente, ni un nombre conocido, ni soy una cara fresca sin antecedentes políticos, pero obtengo resultados», prometió en New Hampshire. Por eso, porque en 13 años se ha convertido en la senadora que más leyes ha conseguido aprobar, el consejo editorial de 'The New York Times' la apoya. Y porque Sanders es una amenaza para el orden establecido. De aquí a junio le espera la gran batalla de su vida, a los 78 años.

Los que se quedan por el camino

Llegó más lejos de lo que nadie esperaba. A Andrew Yang se le veía inicialmente como una anécdota de Silicon Valley, un millonario de origen asiático que prometía dar mil dólares a cada estadounidense para fomentar el consumo sin las disparidades sociales de nuestro tiempo. Poco a poco, debate tras debate, la gente escuchó con atención su discurso bien informado y dejó de reírse de él para sonreír con él, pero el martes fue su último día en esta contienda.

«No soy alguien que acepte donaciones y apoyos sabiendo que no voy a ganar», explicó. Con el 2,8% de los votos en New Hampshire y el 1% en Iowa, las cuentas no salían. «Y ya sabéis, soy el tipo de las matemáticas». Pese a parecer el payaso de la campaña, ha sobrevivido a más de una docena de candidatos con pedigrí y sale de ella con un nuevo respeto. A sus 45 años, no le faltarán oportunidades para volver a intentarlo, aunque todavía le queda la esperanza de poner una cara joven en la papeleta como segundo de quien gane. «Tenemos que resolver los problemas de este país rápido, así que si puedo ayudar como vicepresidente lo haré encantado», dejó caer.

Con menos fanfarria se despidió también ayer el exgobernador de Massachusetts Deval Patrick, que pretendía seguir los pasos de Barack Obama como el segundo presidente negro, pero apenas obtuvo el 0,4% en un Estado contiguo al suyo. En total, una veintena de aspirantes han dejado ya la contienda demócrata, que no ha hecho más que empezar y aún tiene a ocho luchando por enfrentarse a Trump.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta El triunfo en New Hampshire convierte a Bernie Sanders en el rival a batir en las primarias